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Albogue: es un instrumento de viento, con uno o dos tubos sonoros paralelos, un pabellón de cuerno de vaca que hace las veces de embocadura y otro que sirve de resonador, y una estructura semicircular de sujecion, hecha de madera sobre la que se montan los tubos.

Añafíl: se trata de un instrumento, del grupo de los metales, conocido en todas las culturas antiguas, y usado habitualmente con fines militares o heráldicos. A lo largo de la temprana Edad Media cayó en desuso hasta que los contactos con el mundo árabe lograron reintroducirla en el continente europeo (s. XI); desde entonces sufrió sucesivas modificaciones hasta originar la trompeta moderna. 

Axabeba: (ajabeba, exabeba, es la denominación con la que, desde el s. XII, empieza a ser conocida en territorios occidentales la flauta travesera. Aunque su origen etimológico es árabe, en realidad llegó a Europa a través del imperio bizantino desde donde pasó a territorios germánicos por lo que, durante mucho tiempo, también fue conocida como fistula germánica para diferenciarla de la fistula anglina; en las fuentes literarias hispánicas se opta por la simplicidad y se habla de axabeba o de flauta. Construida habitualmente con caña, lo que permitía aprovechar uno de sus nudos como 'tapón, fue frecuentemente utilizada con finalidad militar junto con el tambor, algo que se mantuvo hasta la Edad Moderna.

Bocina: Si bien es cierto que, con frecuencia, el término bocina (bozina o buzina) aparece en las fuentes medievales con una significación ambigua, aunque siempre referida a instrumentos del grupo de los metales, en el Libro de Alexandre se marcan claramente diferencias entre 'cuernos e tronpas e bozinas' El cuerno, del que hablaremos más adelante, será de menor tamaño, curvo, sección claramente cónica y hecho con material orgánico (marfil o asta de vacuno); por su parte, la tronpa sería el equivalente a la trompeta medieval de tamaño regular y la bozina (lat.: bucina), la denominación europea del añafil oriental; de cualquier manera, la terminología seguirá siendo confusa hasta la conclusión de la Edad Media.

Caramillo: A pesar de que en algunos relatos mitológicos se da a entender que el caramillo (gr. kálamos) es una pequeña flauta de origen pastoril, en realidad se trata de un aerófono rústico (hecho de caña) con una o dos lengüetas. Sus características organológicas y la comparación con otros instrumentos semejantes, que aún hoy siguen utilizándose, nos permite afirmar que poseería un timbre chillón y penetrante.

Cuerno: Si hay un aerófono presente en la mayor parte de las actividades medievales (cinegéticas, heráldicas y militares) éste es el cuerno. Proveniente del olifante asiático, un verdadero cuerno de marfil tallado, y llegado a Europa gracias a intercambios comerciales o presentes cortesanos, su rica ornamentación pronto lo convirtió en signo de ostentación y demostración de poder, aunque gradualmente el marfil será substituido por asta de toro o vaca y el instrumento pasará a estar en manos de pastores, monteros y militares. Organológicamente podemos hablar de un instrumento muy sencillo: cuerpo curvo y de tamaño más bien reducido, sección cónica y sin boquilla ni orificios modificadores del sonido. Con tales características sus posibilidades musicales serán muy reducidas (emisión de dos o tres sonidos diferentes) hasta que, a mediados del siglo X, comience a generalizarse la costumbre de añadir en el extremo una pequeña boquilla del mismo material, con forma de copa o embudo, para favorecer el soplo y lograr que los labios vibren más fácilmente; además, en el cuerpo se abrirán tres o cuatro orificios de digitación, lo que nos permitirá hablar de un claro antecedente de la corneta renacentista.

Flauta: Siempre que en las fuentes medievales se habla de la flauta, se está aludiendo a la flauta dulce o 'de pico, instrumento que, prácticamente hasta nuestros días, ha permanecido inalterable. Se trata de un aerófono de la familia del viento madera, con bisel y soplo indirecto; cuenta con un tubo regular y vertical, cilíndrico (en ocasiones, ligeramente cónico), en el que se practican un número variable de orificios modificadores de la altura del sonido. Lo más frecuente es que se construyese con madera o caña, aunque también podían encontrarse flautas realizadas con hueso.

Gaita: Tomando la parte por el todo, el autor del Libro de buen amor denomina 'odrecillo' a la gaita ya que una de sus partes constituyentes es el fuelle, odre, 'fol' o, simplemente, depósito; por lo tanto la expresión 'francés odrecillo' estaría haciendo referencia a una especie de cornamusa o musette, nombre dado a la gaita en territorio francés.Sus partes esenciales son el odre o depósito, los barriletes y los tubos sonoros. El odre es el receptáculo para el aire, hecho tradicionalmente de piel curtida de cabra y recubierto por algún material con función ornamental (terciopelo, fieltro o pelo de animal); precisamente aquí estaría su origen etimológico ya que, en opinión de Corominas (Estudios dedicados a Menéndez Pidal, CSIC, Madrid, 1950, pp. 20 y ss.), el término, utilizado en el castellano y el galaico-portugués, provendría del vocablo suevo gaits (cabra), en alusión al animal con cuya piel frecuentemente se hacía el fuelle; esta derivación etimológica no sería privativa de los pueblos germánicos ya que, en determinadas zonas de Francia, la gaita todavía hoy es conocida como chevrette o cabreto. En el odre se insertan los barriletes, piezas que sirven de adaptador entre el depósito y los tubos (uno insuflador o soprete y dos sonoros: punteiro y roncan).

Trompa: Tal y como ya hemos indicado, aunque en la Edad Media hubo tres instrumentos (cuerno, bocina y trompa) que, a menudo, eran denominados indistintamente por desempeñar funciones musicales similares, lo cierto es que en la actualidad se acepta que la tronpa sería el equivalente a la trompeta medieval. Usada desde la antigüedad en todo el imperio romano (tuba), conoció una nueva etapa de esplendor gracias a la civilización árabe que la reintrodujo en el continente europeo. De tamaño medio, lo más frecuente fue que contase con tubo recto hasta que, en el siglo XIV adopte forma de 'S'

Zampona: El último instrumento de nuestro estudio es la zampoña, también conocida como siringa o flauta de Pan. No es más que una flauta policálamo, es decir, de varios tubos cerrados por su extremo inferior, cada uno de los cuales produce un sonido de diferente altura gracias a su distinta longitud. Podía estar hecha con cañas de tamaño decreciente, en cuyo caso adopta la forma y la denominación de ala, con cañas iguales (obturadas por el nudo a diferente altura) o con una sola pieza rectangular de madera en la que se realizaban orificios de diferente profundidad; si era así, se denominaba siringa en forma de balsa. Desde la antigüedad ha sido asociada con actividades pastoriles y contextos populares debido a su fácil construcción y a su técnica elemental (sólo hay que soplar, sin tener que realizar ninguna digitación); tales características le permitirán pervivir a través del tiempo, sin ningún tipo de modificación, llegando hasta nuestros días como «emblema» de determinados oficios tradicionales (paragüero, afilador o capador de puercos).

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