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Biblioteca fraseológica > Serie «Repertorios» > N.º 5 > Índice > Acebuche
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4. Acebuche (Olea europaea, var. sylvestris)

olivastro (ara); acebuche (ast); ullastre (cat); olibondo basatia (eus); oliveira brava (gal)

 

Orden-Lamiales

Acebuche

Ilustración 21. Acebuche en Sierra Morena, Córdoba.
Fuente: Fotografía del autor (10/03/2020).

Familia-Oleáceas

Lámina: Acebuche, del libro de Köhler, F. E.

Ilustración 22. Lámina: Acebuche.
Fuente del libro original: Köhler, F. E. (1887).

 

DESCRIPCIÓN. El acebuche, pariente silvestre del olivo, puede presentar porte arbustivo o arbóreo. Sus hojas perennes son simples, opuestas, ovales y menores que las del olivo. Su fruto, mucho menor que el del olivo, es la acebuchina, drupa elipsoide, poco carnosa y negruzca sin valor alimenticio [B.4], aunque vital para muchas aves. Convive en bosques con encinas, coscojas, alcornoques, o con matorrales resultantes de la degradación de este tipo de bosque, como el lentisco, mirto, jara, romero, palmito, espinos, etc. Florece entrada la primavera y al inicio de verano (mayo-junio). Es muy longevo.

HÁBITAT Y DISTRIBUCIÓN. Se desarrolla en la cuenca del Mediterráneo: suroeste de Asia, noroeste de África y sur de Europa. Es resistente a las sequías y capaz de soportar altas temperaturas [B.1], aunque vulnerable a las heladas. Se adapta a cualquier terreno, incluso a los más áridos, aunque prefiere los calizos y de buen drenaje. Prefiere los climas cálidos, de secos a subáridos, pero de inviernos suaves. Puede crecer desde el nivel del mar hasta 1500 m de altitud.

USOS. Su madera es de excelente calidad, de las más duras que se conocen [A.1-3]. Sus bonitas vetas y su capacidad de curvarse la hacen muy apreciable para la ebanistería fina y tornería. Su madera también se usa como leña y carbón, así como para confeccionar garrotas de pastoreo, armas [A.1-4], piezas [A.1] y herramientas agrícolas, recipientes, cubiertos y objetos de artesanía.

 

A. Paremias

UN ÁRBOL MUY DURO Y PENDENCIERO (A.1-5)

A.1 El peñazo* y la lanterna*, de acebuche será buena (CO: E 990).

  • TIPO. Refrán.
  • TEMA. Cultura material: tecnología popular (molinos de viento e hidráulicos).
  • DATACIÓN. Siglo xvii.

Rueda de molino de acebuche

Ilustración 23. La madera de acebuche por su gran dureza se ha estimado como excelente materia prima para la fabricación de ruedas de molino.
Fuente: Ralf Pfeifer & Museo de Múnich (2005)

El peñazo y la lanterna,
de acebuche será buena

*«Lanterna es una manera de rueda de madera que anda encima de la muela de los molinos de viento y la hace andar. Peñazo llaman unos dientes recios de una rueda que dan en la linterna, y la mueven como las ruedas de una aceña, y conviene que sean de madera fuerte, como es el acebuche, que es olivo silvestre» (CO: E 990).

Correas aclara los términos de este refrán referido a la madera de acebuche como material idóneo para fabricar molinos de viento y agua, destinados a la molienda de cereales y aceitunas, labor de primordial importancia en nuestro país. La «lanterna» se identifica con la «linterna» o eje vertical del sistema de rodaje, y el «peñazo», con los dientes o piñones del engranaje de las ruedas.

A.2 El acebo y el acebuche no hay madera que la luche, la retama se la encama y la encina se la echa encima, el berezo lo utiliza para carbón el herrero (Fajardo et alii, 2007: 259). Cuenca.

  • TIPO. Refrán.
  • TEMA. Árbol y naturaleza: madera (dureza). Recursos expresivos del lenguaje: competitividad, rivalidad (acaba uno por toparse con un rival a su medida).
  • NIVEL METAFÓRICO. Sentido figurado.

Sobre este refrán ya tratamos en la sección del acebo (ACEBO.A.3). Se trata de una de las muchas variantes que parte de la paremia-madre o más antigua recogida por Correas: Al acebuche no hay palo que le luche, si no es la encina, que le quiebra la costilla (CO: A 1110; véase A.3).

A.3a Al acebuche no hay palo que le luche, si no es la encina, que le quiebra la costilla (CO: A 1110).

A.3b Al acebuche no hay palo que le luche, más que la encina, que es su madrina (RM1: 13).

A.3c Al acebuche no hay palo que le luche, si no es la encina, que se le monta encima (RM4: 17).

A.3d Al acebuche no hay palo que le luche, sino el moral, que le hace rabiar (RM1: 13).

A.3e Al acebuche no hay palo que le luche si no es la retama; pero es la raíz, no la tarama (FC: I, 159).

A.3f Al acebuche, no hay palo que le luche; / al escobón, le dio un bofetón / al almendrero, le dio tres palos en el terrero, / al brezo y al escobezo, le dio por los besos, / al barbuzano, lo partió por lo sano, / de la melosilla, hizo astilla, / del til, hizo mil (Jorge Domínguez Naranjo, 2000, en www.bienmesabe.org/noticia/2008/Enero/el-acebuche). Canarias

A.3g Al acebuche no hay palo que le luche, / al escobón le dio un bofetón, / al almendrero le dio dos palos en el terrero, / al brezo y al escobezo le dio por los besos, / solo la sabina se le empina (Grupo Acorón [https://www.youtube.com/watch?v=nGLvIK9zm4Y). Canarias.

A.3h Acebuche: no hay palo que te luche. / Tan solo la sabina te echa la pata por encima (Inventario, 2018: III, 277). Canarias.

A.3i Al acebuche no hay palo que le luche, / saltó la sabina y le rompió una costilla (Inventario, 2018: III, 277). Canarias.

A.3j Con el acebuche no hay palo que luche; / pero llegó el escobón y le dio un bofetón; / y llegó el orijama y lo puso en la cama; / y llegó el palo blanco y lo botó al barranco (Inventario, 2018: III, 287). La Gomera.

A.3k Al asabuche no hay palo que le luche / y entra el barbusano y no le dejó un hueso sano, / llegó el palo blanco y lo botó al barranco (Inventario, 2018: III, 277, 287). La Gomera.

A.3l Al amigo el acebuche, que no hay palo que le luche, / pero llegó el barbusano, y no le dejó un hueso sano, / y saltó pallá el marmolán, / ¡apártese!, que voy a pasar (Inventario, 2018: III, 277). Canarias.

  • TIPO. Refranes.
  • TEMA. Cultura material: palo. Cultura inmaterial: actividades lúdicas (deportes; juegos: juego del palo o garrote canario; ritual). Recursos expresivos del lenguaje: rivalidad (siempre acaba uno topándose con un rival a su medida), competitividad.
  • NIVEL METAFÓRICO. Sentido figurado.
  • REFERENCIA A OTRAS PLANTAS. Acebuche canario (asabuche, olivillo, olivo macho; var. Olea europea ssp. guanchica), alcornoque, almendro (almendrero), almez, barbusano (Apollonias barbujana), brezo (Erica arborea), ciprés, encina, escobezo (escobeso, codeso; Adenocarpus foliolosus), escobón (Chamaecytisus o Cytisus proliferus), marmolán (Sideroxylon canariensis), melosilla (Ononis angustissima), moral, orijama (Cneorum pulverulentum), palo blanco (Picconia excelsa (Aiton) DC.), retama, roble, sabina canaria (Juniperus turbinata), til (Ocotea foetens), tuya.
  • DATACIÓN. [A.3a] Siglo xvii.

Como puede verse, la paremia-madre (A.3a) ha dado lugar a diversas variantes, bien con la encina como competidora: Al acebuche no hay palo que le luche, más que la encina, que es su madrina (A.3b), o Al acebuche no hay palo que le luche, si no es la encina, que se le monta encima (A.3c), o bien con la alusión a otras especies vegetales con madera de celebrada dureza.

Las variantes de este refrán son tantas que incluso veremos refranes paralelos en la que la primacía del acebuche es suplantada por otros árboles como el alcornoque o el roble: Al alcornoque no hay palo que le toque, sino la encina, que le quiebra la costilla (ALCORNOQUE.A.1); Al roble no hay madera que le doble, salvo la encina que le echa la pata encima (Inventario, 2015: 176), etc. Sobre el posible sentido figurado de este tipo de refranes véase lo apuntado en ACEBO.A.3.

Pero volvamos sobre los directos competidores del acebuche en la entrada que nos ocupa. Sobre la encina, además de la paremia-madre y las variantes aludidas (A.2-3a-c), son muchos los refranes que se refieren a la extraordinaria dureza y calidad de su madera. Nos detendremos en las especies mencionadas en las demás variantes: sobre la madera del moral (A.3d: Al acebuche no hay palo que le luche, sino el moral, que le hace rabiar), que debemos relacionar con la del moral negro (Morus nigra L.) —la morera o moral blanco se vincula al cultivo de la seda—, ha de decirse que es muy resistente a los cambios de humedad. Se utiliza en carretería, tonelería, ebanistería y mangos de herramientas. Escribía ya Teofrasto (Historia de las plantas, V, 4, 2): «De las otras maderas, la más incorruptible, después del ciprés y la tuya, dicen que es la del moral, que es, además, dura y difícil de trabajar. Cuando envejece esta madera, se torna negra, como la del almez».

Respecto a la retama presente en la variante de Fernán Caballero: Al acebuche no hay palo que le luche si no es la retama; pero es la raíz, no la tarama, debe señalarse, como dijimos en la entrada del acebo (ACEBO.A.3) y aclara este refrán, que no se alude a la madera de la «tarama» (andalucismo), es decir, támara o ramaje de la retama, sino a la de su raíz o «rechizo», pues según dice Fernán Caballero: «no se conoce palo más duro que el de aquella, y sirve para hacer clavos que se emplean en los labijeros (lavijero o clavijero, lugar para meter la clavija o clavo) de los arados» (FC: I, 159). También sabemos que la raíz de la retama se ha aprovechado por su dureza para fabricar cencerros:

Según nos cuenta Marcelino Fraile, nacido en Fuente de Santa Cruz, donde pasó muchos años trabajando de pastor, y que actualmente vive en Vallelado [Segovia], los materiales utilizados para hacer los badajos, tienen que ser duros para que el sonido de las cencerras sea limpio. El hueso utilizado solía ser de pata de choto o ternero […]. También se utilizaba la madera, sobre todo de encina por ser muy dura, pero la que tenía una dureza suprema era el «rechizo» o raíz de la retama, más duro aún que la encina. («Embadajar cencerras», 2000; en www.vallelado.net).

Pero es en Canarias donde se registran las variantes que nos aportan más especies competidoras del acebuche (A.3f-l). Debemos, no obstante, matizar que el acebuche canario es una subespecie endémica (Olea europea ssp. guanchica), presente en todas las islas, de cuya resistente madera los guanches confeccionaban lanzas que endurecían tras pasarlas por el fuego. Es un árbol de hoja perenne que puede alcanzar los 12 m de altura, aunque en Fuerteventura presenta un porte arbustivo no pasando de los 4-5 m. Popularmente también se lo conoce como «olivillo», «olivo macho» u «olivo silvestre» de Canarias, por su semejanza con este último.

Dos hombres jugando al palo canario

Ilustración 24. El juego del palo canario.
Fuente: El coleccionista de instantes (2011).

Al acebuche, no hay palo que le luche;
al escobón, le dio un bofetón,
al almendrero, le dio tres palos en el terrero,
al brezo y al escobezo, le dio por los besos,
al barbuzano, lo partió por lo sano,
de la melosilla, hizo astilla.
Del til, hizo mil.

Las variantes canarias se relacionan con un curioso ritual folclórico, un ejercicio de lucha de secular tradición aborigen: «el juego del palo» o «lucha del garrote canario». En la variante A.3f, al fin de la disputa el acebuche se erige en airoso vencedor. El «terrero» es el recinto en el que se desarrolla la lucha canaria, que consta de un círculo de tierra con dos círculos centrales de un diámetro de 15 y 17 metros cada uno.

En un documento etnográfico canario a propósito de la lucha con el garrote se apunta:

Si bien existen otras especies arbóreas que nos surtan de varas dignas de ser empleadas para [estos] usos (como lo son el escobón, el almendrero o el brezo), el acebuche ha tenido siempre una consideración especial tanto por parte de los pastores como de los campesinos. «Al escobón le dio un bofetón», «al almendrero le dio palos en el terrero» (…), etc. Estos versos nos hacían comprender el lugar que ocupaba, y ocupa, el acebuche a la hora de ser comparado con otras maderas. La dureza y flexibilidad de sus varas quedaban, por lo tanto, disculpadas. (Eduardo González Pérez, en http://consejovecinoscastillo.blogspot.com/2010/05/al-acebuche-no-hay-palo-que-le-luche.html [Consulta: 21/02/2020]).

Sabemos, como ocurría en ciertos refranes del acebo vinculados con danzas asturianas, que estas variantes han podido derivar de canciones folclóricas tradicionales, como esta del grupo Acorón dedicada al Juego del Garrote Canario (A.3g). En esta variante la sabina «se le empina» al acebuche, poniendo en duda su suprema dureza, como ocurre en las dos siguientes («echa la pata encima», «le rompió una costilla») (A.3h-i). Otras dos variantes documentadas en La Gomera (A.3j-k) realzan la dureza del «palo blanco», mencionando además el nombre de otras tantas especies preciadas por su sólida madera: escobón, orijama y barbusano. En la última variante se suma a ellas la del marmolán (A.3l). Todas son maderas de especies arbóreas o arbustivas endémicas de las Canarias que suministran varas o lanzas de excelente calidad para el juego del palo o garrote canario.

A.4 Lanza de acebuche, lanza de arrechuche* (Esteve, 2011, en http://www.olearum.es/det_olivos_monumentales.php?id=67).

  • TIPO. Refrán.
  • TEMA. Cultura material: herramientas o utensilios (armas, lanza). Cultura inmaterial: actividades lúdicas (deportes, juegos, ritual). Recursos expresivos del lenguaje: rivalidad, competitividad.
  • NIVEL METAFÓRICO. Sentido figurado.

*Arrechuche. Acción y efecto de arrechuchar, empujar.

Ya hemos visto al acebuche como material predilecto con que se arman de palos y garrotes los lugareños cántabros o canarios. Valga el siguiente pasaje literario para ilustrarlo.

Ambos combatientes se arrojaron el uno sobre el otro con el corazón henchido de un furor salvaje. (…) El palo de Nolo era corto, de acebuche, pintado al fuego y sujeto a la muñeca por una correa. El de Toribio, largo y pesado, de roble. (Armando Palacio Valdés, La aldea perdida, 1903).

A.5 Con manteca de acebuche, la más agria se hace dulce. «Llama manteca de acebuche a la vara, por lo que suaviza a la mujer más áspera de carácter» (RM1: 82).

  • TIPO. Refrán.
  • TEMA. Cultura inmaterial: sociedad (mujer: desigualdad de género, machismo, maltrato, misoginia).
  • NIVEL METAFÓRICO. Sentido figurado.
  • REFERENCIA A OTRAS PLANTAS. Abedul, avellano, encina (carrasca), nogal.

«El refrán aconseja golpear a las mujeres para que sean dóciles con sus maridos. “Manteca de acebuche” aquí metonímicamente se refiere a la madera del olivo salvaje, con la que se pueden hacer varas para fustigar. Irónicamente, se le llama manteca como si se tratase de una receta de cocina (como en la expresión moderna jarabe de palo, tal como observan Pamies Bertrán y Tutáeva, 2010). Estos autores señalan que en ruso existe una metáfora muy parecida con el abedul: dar gachas de abedul» (Yara El Ghalayini, 2012: 167).

En este dicho manifiestamente machista, que no es exclusivo de nuestro lenguaje y cultura como se constata por la correspondencia fraseológica rusa, vemos una muestra del recurso a la violencia, en este caso contra la mujer, a la que eran propensas las antiguas sociedades de mentalidad atrasada y rústica.

Sbarbi recoge uno muy similar al de esta entrada: Con manteca de encina se ablandan las mujeres más duras (Sbarbi, 1922: II, 31, s. v. manteca). Abundan los refranes en relación con esa troglodita «cultura del palo»: Palo de carrasca, que quiebra costilla y no rasca (MK: 37970); Palo de nogal, que quiebra costilla y no hace señal (MK: 37973); Al villano, con la vara de avellano (RM1: 28); etc. Otra entrada de esta sección [B.3] constituye un ejemplo más de este abundante género de expresiones.

El motivo de «la manteca» o «vara de acebuche» como eficaz correctivo o castigo para corregir conductas desviadas se ha empleado como un recurso expresivo del lenguaje oral; también ha sido frecuente su uso literario, ya sea con finalidad humorística o de denuncia social. Hemos seleccionado dos pasajes literarios en español en que se ve aplicada la «vara de acebuche» como correctivo o eficaz ingrediente de tan peculiar «receta» punitiva.

● A las mujeres quererlas
y servirles de rodillas
con un tronco de acebuche
entre costilla y costilla
(Cancionero popular de Jujuy, recogido y anotado por Juan Alfonso Carrizo, 1935).

● Animal más digno de desprecio y lástima no se ha visto ni verá. Una y otra vez en el curso de la semana, y principalmente los domingos y lunes, hacía sus cuentas sobre las costillas de su mujer con una vara de acebuche o simplemente con la mano, más dura que granito.
(Benito Pérez Galdós, La desheredada, 1881).

LLUVIAS DE VERANO SOBRE EL ACEBUCHE

A.6 [cat] La pluja de juliol porta glòria als ullastres i a les herbes duu dol [La lluvia de julio lleva gloria a los acebuches y a las hierbas luto] (http://elrefranyer.com).

  • TIPO. Refrán del calendario. Refrán meteorológico (agrometeorológico).
  • TEMA. Árbol y naturaleza: ciclo biológico (crecimiento, lozanía del acebuche con las lluvias de verano); agrometeorología (lluvia de julio beneficia a los acebuches y perjudica a las hierbas).
  • NIVEL METAFÓRICO. Sentido figurado.
  • REFERENCIA A OTRAS PLANTAS. Hierba.

Mar Miranda junto al refrán La lluvia de julio hace madera (Miranda, 2001: 26) anota la creencia popular de que las aguas en estas fechas favorecen el desarrollo de los árboles. No parece esto contradecirse con el paulatino e incesante crecimiento vegetativo de las especies arbóreas en verano, a las que el agua aporta vigor y lozanía. Por el contrario, muchas hierbas anuales en la estación calurosa se marchitan e incluso mueren; la lluvia de verano, con su aporte de humedad, en nada contribuye a prolongarles su ciclo vital, sino que acelera el fin de su vida pudriendo sus raíces.

 

B. Fraseologismos

DE SU RUDEZA

B.1 (Ser) Más duro que un acebuche (Arturo Reyes, La Miraflores).

  • TIPO. Comparación estereotipada (comparativa hiperbólica).
  • TEMA. Árbol y naturaleza: ecosistema y hábitat (rusticidad). Recursos expresivos del lenguaje: dureza, fortaleza, resistencia.
  • NIVEL METAFÓRICO. Sentido figurado, simbolismo vegetal.
  • MARCADOR DE USO. Uso literario.

Expresión elativa para referirse a una persona de extremada rudeza parangonándola con la dureza y resistencia del olivo silvestre.

● Total, que si no es porque me cogió a mí allí, tienen un enganche, y hubiera sío una cosa mu esaboría, porque Joseíto es más duro que un acebuche, y el otro me parece a mí que no es de to comer, ni es de to mantequilla de cacao.
(Arturo Reyes, La Miraflores, 1909).

SINÓNIMOS Y CORRESPONDENCIAS. Más duro que el pedernal (DFEA: s. v. pedernal); Más duro que una piedra (DFEA: s. v. piedra); Más duro que una roca (DFEA: s. v. roca). En clave arbórea tenemos otro recogido en este libro: Más duro que un alcornoque (véase ALCORNOQUE.B.1).

DE SU SACRIFICADA FIRMEZA

B.2a [cat] Fer l'ullastre [Hacer el acebuche] (DCVB: s. v. ullastre). La Vall de Gallinera/Vall de Gallinera, Calp/Calpe (Alacant/Alicante). Menorca.

B.2b [cat] Fer l'ullastre esbrancat [Hacer el acebuche desramado] (DCVB: s. v. ullastre). Mallorca.

  • TIPO. Locución verbal.
  • TEMA. Cultura inmaterial: actividades lúdicas (juegos). Recursos expresivos del lenguaje: firmeza (esforzarse mucho por alcanzar algo), sacrificio.
  • NIVEL METAFÓRICO. Sentido figurado, simbolismo vegetal.
  • REFERENCIA A OTRAS PLANTAS. Pino; quejigo (cajiga), roble (carbachu, carbayu).
  • MARCADOR DE USO. De uso actual.

Fer l'ullastre [Hacer el acebuche]: «Posar-se amb el cap en terra i les cames per amunt; cast.: “tenerse la tela”; fig., fer tot el que es pot, esforçar-se a fer coses gairebé impossibles per aconseguir qualque cosa» [Ponerse con la cabeza en el suelo y las piernas hacia arriba; cast. «tenerse la tela»; fig., hacer todo lo que se puede, esforzarse en hacer cosas casi imposibles para conseguir algo] (DCVB: s. v. ullastre).

Hombre haciendo el pino

Ilustración 25. Esta acción acrobática se dice de distintos modos según el lugar. En algunos pueblos alicantinos y en las Baleares se alude a ella evocando al acebuche.
Fuente: Yogazilla (2019).

Fer l'ullastre
[Hacer el acebuche]

En zonas interiores de Valencia, también en Cuenca, se documenta la locución tenerse la vela, próxima a la fórmula castellana recogida en el DCVB; y en Huesca, nordeste de Teruel y zona limítrofe de Cuenca hacer la vela o hacer la veleta, todas ellas sinónimas de la expresión, más común en castellano, hacer el pino.

● Hasta que heredó de una parienta, apenas si contaba con dinero, pero como era la persona más generosa del mundo lo poco que tenía se lo gastaba en comprarnos juguetes, golosinas, cromos, libros de cuentos, baratijas y chucherías «de esas que os parecen tan maravillosas», decía. Por nosotros, por mis hermanos y por mí hubiera estado dispuesta a fer s'ullastre esbrancat, frase mallorquina que a menudo salía de su boca y que a mí me gusta usar para enfatizar la disposición de algunas personas a darlo todo en favor de los demás.
(Carme Riera, Tiempo de inocencia, 2013).

Esta expresión en catalán, por tanto, guardaría correspondencia con la castellana hacer el pino, mientras que el sentido figurado que a veces porta, la de hacer un esfuerzo sobrehumano para alcanzar algo, como se constata en el pasaje literario de Carme Riera, se expresa en castellano diciendo: Hacer el pino con las orejas. El especificativo «esbrancat» [desramado, tronchado] sugiere, como la paralela expresión castellana, que esta acción se efectúa sin ayuda de los brazos.

En Cantabria, el equivalente sería hacer la cajiga, «que consiste en ponerse al revés, apoyada la cabeza en la tierra y mantenerse erecto de esta guisa, asido con las manos a la hierba», a veces con el sentido figurado de «obedecer en aquellas cosas más difíciles» (Bartolomé, 1993: 210). La voz «cajiga» alude al «quejigo». El «cajigal» o «cajiguera» es el sitio poblado de quejigos. En Asturias existe el xuegu'l carbachu [juego del carballo], «juego que consiste en sostenerse con las manos y cabeza en el suelo y los pies estirados hacia arriba» (DGLA: s. v. carbayu); en Parres, la castañar horcada [el castaño ahorquillado] es ponerse «sobre la cabeza, con los pies hacia arriba» (DGLA: s. v. castañal).

DE SU HOSTIGADORA INCLINACIÓN

B.3 Enderezar a alguno con una vara de acebuche desechada por gorda. «Castigarlo, dándole una buena paliza» (SB: II, 428b).

  • TIPO. Locución verbal.
  • TEMA. Cultura inmaterial: sociedad (conflicto social: castigo, maltrato, violencia). Recursos expresivos del lenguaje: amenaza.
  • NIVEL METAFÓRICO. Sentido figurado.

El espantoso grosor del varapalo, que lo hace inservible para otros menesteres y tan solo útil para azotar, no hace sino aumentar el efecto expresivo de la amenaza.

● Y tomando de un rincón una vara de acebuche, desechada por gorda, se fue temblando de ira hacia la provocativa y altanera, e hiriente, y ¡blin! ¡blan! ¡blin! ¡blan! ¡blin! ¡blan!… ¡vaya! Que se durmió descargando varazos por toda la periferia de su costilla.
(J. F. Muñoz Pabón, «Buenas palabras» (Cuento popular), en La avalancha, Pamplona, 25/10/1915, Año XXI, n.º 450, p. 240.

DE SU ESTERILIDAD

B.4 Estar aceuchá [acebuchada]. «Se refiere a las olivas que no crecen como se espera o que no dan el fruto debido» (López Fernández, 2004: 28). Toledo.

  • TIPO. Locución adjetiva.
  • TEMA. Producción agraria: improductividad, esterilidad. Antecedentes clásicos. Recursos expresivos del lenguaje: revela aceitunas ajadas, olivos improductivos.
  • NIVEL METAFÓRICO. Sentido figurado, simbolismo vegetal.

La naturaleza estéril e improductiva de este árbol dio origen al proverbio griego: Ἀκαρπότερος ἀγρίππου [Menos fructífero que un acebuche] (Zenobio, 1, 60; Atoa, 5, 44). Los laconios llamaban al acebuche «agripo». La expresión se aplicaba a los que eran muy pobres y a los vagos.

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