¿Por qué cambian de color los calamares? Este es uno de esos misterios de la naturaleza que impulsa grandes investigaciones científicas que podrían tener un gran impacto en su aplicación. La especie de calamar Doryteuthis Opalescens sobresale en las investigaciones principalmente porque es una captura común a nivel comercial para las pesquerías en el Pacífico del norte de México y sur de Estados Unidos. Tienen un tamaño pequeño, además de un color opaco blanquecino muy peculiar. Pero lo importante es que comparte —junto con los pulpos y otras especies de calamares, que en conjunto son llamados Cephalopodos— la capacidad de que su piel refleje diversos colores, y gracias a ello puede camuflarse en su medio ambiente.
A partir de estas características, Daniel DeMartini y sus colaboradores de la Universidad de California comenzaron a estudiar esta interesante función. Lo que se sabía era que los calamares poseen un grupo de células conocidas como iridocitos, capaces de sintonizar y reflejar a través de diversas capas de piel la luz y los colores, modulando las propiedades ópticas del lugar donde se encuentren. Gracias a ello logran confundirse con su entorno.
Cuando DeMartini estudiaba estas células, notó que las hembras de los calamares tenían una inusual raya brillante de iridiocitos para cada lado de su cuerpo. Esta raya de brillo intenso permitió que fuera fácil estudiar y poder determinar las proteínas responsables de esta característica. Después de analizar la información se dio cuenta de que también existían otro tipo de células llamadas leucoforos. Durante mucho tiempo estas células se consideraron no tan dinámicas como los iridocitos, ya que se pensaba que permanecían estáticas y poseían únicamente un color blanco opaco.
DeMartini y sus colaboradores investigaron más acerca de este grupo de células, ya que los leucocitos no podrían ser completamente estáticos. Lo que descubrieron fue que las dos células —los iridocitos y leucoforos— usan la misma proteína, pero adoptan diferentes funciones. Es decir, cuando el calamar manda una señal, los iridocitos se pueden condensar permitiendo los intercambios de luz; esta condensación ayuda a que los colores puedan cambiarse afinadamente de rojo a azul. En cambio los leucoforos dispersan las proteínas para volverse transparentes u opacos.
Estos descubrimientos generan todo un nuevo panorama para el desarrollo de aplicaciones, que pueden ir desde la tecnología de telas, camuflaje con aplicaciones militares, y lo más importante: un esquema para el desarrollo de la comunicación óptica. Todo gracias a la información contenida en las células que provocan que cambien de color los calamares.
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