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Publicado por Derubín Jácome

El origen de este nombre no tiene relación alguna con cascos blancos o constructores proletarios, tampoco con la ciudad dormitorio, repleta de bloques prefabricados, que conocemos. Por el contrario, su denominación está vinculada quizás al ingenio o capricho de un representante de la burguesía cubana, el abogado Guillermo Alamilla Gutiérrez, propulsor de la primera urbanización de esta zona, “Constructora Alamar S.A”, constituida el 2 de setiembre de 1957.

Alamilla era propietario y presidente de dicha constructora, contratista responsable de obras de las urbanizaciones de los cinco repartos en La Habana del Este. Además era también Presidente del “Residencial Alamar”, propietario de los terrenos de este reparto, uno de los fomentados en la llamada “Zona General de influencia del Túnel de La Habana”.

¿Por qué entonces el nombre “Alamar”? Al parecer surge de la unión de las dos primeras filas de su apellido paterno, del que toma las dos primeras sílabas, a lo que le añade las primeras letras del nombre de su madre, llamada María. Esto da nombre al reparto: ALAmilla + MARía: ALAMAR. Existe otra versión en la red que relaciona la últimas letras con el nombre de “su esposa” Margarita, pero vale aclarar que Guillermo nunca estuvo casado, al menos según consta en su biografía.

Esta región al este de La Habana, en su origen estaba poblada de tupidos bosques los que serían sometidos a una tala tan indiscriminada, que en 1775 el Gobernador y Capitán General de la Isla, Don Felipe Fonsdeviela y Ondeano, Marqués de la Torre, tendría que emitir una orden para prohibirlo, de lo que tenemos constancia en documentos de la época. Recordemos que dicho Capitán General desde su llegada a Cuba reconoció el estado deplorable en que se encontraba. A él le debemos, entre otras, el primer empedrado de las calles, la ampliación del muelle, la construcción del Teatro Principal, la Plaza de Armas, la Alameda de Paula y la Alameda Nueva. Al parecer su orden de prohibición de la tala en esta zona, resulto tardía.

También podemos asegurar que por esta zona pasaron los ingleses durante la conocida toma de La Habana ocurrida en 1762, ya que existen anotaciones en sus “libros de bitácora”, relacionadas con los desembarcos producidos por tierra, pues era costumbre que los marinos, en sus respectivas guardias, registraran todos los datos de lo que acontecía. Pero aún esta zona no se llamaba Alamar.

La mayor parte del territorio que hoy conocemos por Alamar correspondía hasta finales de la década del 1950 a la finca “La Noria”, propiedad de la familia Velazco, dueña de grandes extensiones de terreno desde el Morro hasta Bacuranao.

Otras fincas, también propiedad de los Velazco y arrendadas a otras familias, completaron el territorio. Los Hernández eran los arrendatarios de los terrenos que bordeaban la Vía Blanca hasta Cojímar y que abarcaban la cima de la loma que hoy conocemos por “El Mirador”. Esta finca se dedicaba principalmente a la cría de ganado vacuno lechero. En “La Noria” también había un picadero de caballos. Como restos de estas fincas aún se conservan una casa de tejas y una torre cercana a la avenida Neptuno.

Su hermano Gustavo era médico cirujano y oftalmólogo graduado de la Universidad de la Habana, tenía un gran capital financiero y se convirtió en una de las primeras figuras del próspero negocio de la urbanización de La Habana del Este, del que poseía 3 785 acciones de la “Constructora Alamar S.A.”.

ALAMARLas urbanizaciones de Alamar nacieron como parte de un gigantesco plan de la Ciudad de la Habana del Este, “Zona General de influencia del Túnel de La Habana”, con las perspectivas y beneficios que ofrecía como nueva ciudad que se construía favorecida por la construcción del Túnel bajo la bahía, lo que la unía a la Capital posibilitando una rápida comunicación y por tanto se revalorizarían los terrenos de la región.

El 7 de marzo de 1956 el ayuntamiento de Guanabacoa aprueba los planos y memoria de la sección de Alamar “El Olimpo” a favor de la residencial “Alamar S.A.” de Guillermo Alamilla Gutiérrez y otros. El ayuntamiento de La Habana aprobaría, el 26 de junio de 1957, el llamado “Costa Azul” de Alamar, ambos pertenecientes a la Territorial “Alturas del Olimpo” S.A.

Después de sucesivos cambios, modificaciones y ampliaciones, Alamilla presentó al ayuntamiento el 5 de abril de 1958 el proyecto de reglamento urbanístico. Las oficinas de urbanización y ventas de terreno, estaban situadas en el edificio “Hoster” sito en Obrapía nº 61, 4to piso, en La Habana. La edificación de almacenes y alguna otra construcción, constituyeron el verdadero centro de la urbanización y se le conocía como “Batey de Alamilla”, hoy el área ocupada por el parque “Hanoi”.

La sección Alamar “El Olimpo”, que corresponde con el actual “Alturas de Alamar”, fue la primera en urbanizarse. Originalmente la entrada se situó donde se encuentra el tanque del agua, y más tarde se trasladó para donde ese encuentra el Servicentro. Después se urbanizaría el “Residencial Alamar”, hacia el centro y finalmente la llamada “Costa Azul” de Alamar, zona que se contemplaba para el turismo y ocio.

En total se urbanizaron 36 caballerías, desde río Cojímar hasta la Ave. “La Noria”. Alamar se parceló con precios oscilantes entre 6 y l5 pesos la vara cuadrada, pagando una entrada y el resto en 60 meses sin interés. Se construyen las calles con rajón del propio lugar, aceras, cunetas, cunetillas y redes técnicas, es decir la infraestructura urbana. De la electrificación se encargarían la “Compañía de Eléctricidad” de La Habana del Este y del abasto de agua el acueducto propio.

El 1 de enero de 1959, Alamar contaba con la infraestructura urbana creada, pero con muy pocas casas construidas, ya que algunos propietarios de terrenos habían esperado a la finalización del proyecto del túnel de la bahía para construir y otros abandonaron muy pronto el país. Solamente se habían construido un total de 31 casas, aisladas entre sí, 14 de ellas en “El Mirador”. Sus habitantes eran fundamentalmente empleados bancarios y de oficinas, pequeña burguesía o clase media.

A principios de los años 60 se construyó el restaurant “El Golfito”, el Servicentro y otras pocas instalaciones y 401 nuevas casas, de modesto tamaño, en la “Costa Azul”. Estas casas inicialmente fueron proyectadas como viviendas para obreros de la construcción, aunque solo 5 familias de ese sector llegaron a mudarse ya que después serían designadas para el uso de técnicos extranjeros, su mayoría rusos.

Y aunque la historia de Alamar continúa, ya conocen que no me ocupo de comentar sobre temas actuales. Sobre ellos que cada cual haga su propia historia…

CUBA EN LA MEMORIA 29/02/2016