Las columnas clásicas

Siempre que viajamos nos gusta visitar los monumentos históricos de los lugares a donde vamos, y estos suelen representar diferentes épocas artísticas y arquitectónicas. Generalmente poco sabemos de ellos, ya que la mayoría no somos ni arqueólogos ni historiadores, y pocas veces nos hemos preocupado por estudiar un poco antes lo que vamos a visitar.

Muchos de los elementos de estos monumentos siguen unos estilos arquitectónicos conocidos como órdenes clásicos, y las columnas son unos de sus elementos más representativos.

Éstas, ya sean de soporte o decorativas, se llevan utilizando desde los tiempos de los egipcios y todas las civilizaciones las han incluido en sus construcciones.

Y es precisamente el diseño de las columnas una de las maneras más sencillas para diferenciar a que tipo de movimiento y período arquitectónico pertenecen las diferentes edificaciones.

Aquí veremos como diferenciar estos estilos clásicos y lo haremos a través de sus columnas.

Los griegos desarrollaron tres estilos de arquitectura diseñados para mantener una armonía en sus edificios otorgándoles una belleza basada en los preceptos clásicos.

Estos estilos son el Dórico, el Jónico y el Corintio, y cada uno de los elementos de los edificios tiene unas características que lo identifican con el orden al que pertenecen.

Los edificios se dividían en cuatro partes claramente diferenciadas; la plataforma, que es la base del edificio, las columnas, el entablamento, situado sobre éstas y que contiene los clásicos frisos decorados, y la cubierta que representaría el tejado del edificio.

Muchos otros pueblos, sobre todo los romanos, utilizaron estos órdenes en su arquitectura, aportaron algunas modificaciones e incluso añadieron nuevos órdenes, como el orden Compuesto y el orden Toscano (este último creado por los etruscos y adoptado por los romanos).

Como hemos apuntado, para aprender a distinguir los diferentes órdenes clásicos nos fijaremos en el diseño de las columnas, cuyas características nos permitirán descubrir a que estilo corresponde cada construcción.

Las columnas están compuestas por tres partes, probablemente inspiradas en la forma de los arboles, que serían la baseel fuste y el capitel (que corresponderían a las raíces, el tronco y las ramas del árbol respectivamente).

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Como mencionamos al inicio, los tres ordenes principales son el Dórico, el Jónico y el Corintio, y cada uno de ellos tendrá un tipo de columna que lo represente.

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Los dos primeros estilos, el Dórico y el Jónico, son los más antiguos (surgieron entre los siglos VII y VI a.C.), y dos siglos después apareció el Corintio, que se trata de una evolución del orden Jónico.

Veamos las características de las columnas de los tres ordenes clásicos:

Dórico: es el estilo más sobrio, sencillo y tosco, otorgando a la columna sensación de robustez. Se utilizaba sobre todo para columnas exteriores.

Las columnas carecen de base y el fuste es corto, ancho y estriado. El capitel está integrado por tres piezas bastante elementales: el ábaco, el equino y el collarino.

Encontraremos este tipo de columnas en el famoso Partenón de Atenas.

Jónico: las columnas de este orden sí tienen base y el fuste es estriado como en las dóricas, pero con las canaladuras más separadas entre si, dejando un pequeño espacio entre ellas. Lo más representativo es el capitel, donde encontramos el equino esta adornado por unas volutas que distinguen perfectamente el estilo jónico.

En el templo de Atenea Niké vemos la fachada sustentada sobre columnas jónicas.

Corintio: es similar al orden jónico en la base y el fuste, pero tiene un capitel más grande y elegante, con forma de campana invertida y adornado con hojas de acanto.

La fachada del famosísimo panteón de Agripa está adornada por columnas de estilo corintio.

Como hemos comentado, los romanos aportaron dos nuevos órdenes creados a partir de los clásicos, ambos con los mismos elementos que los anteriores, pero con algunas diferencias en el diseño:

Compuesto: como la propia palabra indica combina en su capitel dos estilos, el Jónico y el Corintio, de manera que presenta la campana invertida de hojas de acanto del capitel corintio y las volutas en las esquinas del capitel jónico.

Toscano: las columnas de este estilo son muy sencillas y derivan de las dóricas, con la diferencia que las columnas toscanas sí tienen base y el fuste es generalmente liso.

La entrada del Museo del Prado de Madrid está sustentada sobre columnas de estilo toscano.

Como podemos ver en este último ejemplo, los ordenes clásicos han perdurado hasta nuestros días, y todavía son utilizados en construcciones modernas, lo que nos da una idea de la importancia que tuvo su creación.