La formalidad e informalidad de las empresas

Las formalidad e informalidad de las empresas en México es un tema importante al que urge prestarle la debida atención. En nuestro país existen diversas paradojas, curiosamente una de ellas está en el ámbito empresarial porque ahí prevalece un menor número de empresas formales en comparación con el comercio informal.

Lógicamente, pensaríamos que aquellas que tienen un mayor número de establecimientos dejarían mayor derrama económica sobre aquellas de menor porcentaje, sin embargo, en la realidad nos encontramos que el “comercio formal” representa mayor contribución al Producto Interno Bruto, que las muchas más empresas informales que significan menos aportación al PIB.

Según datos del INEGI, en 2021 las contribuciones se desplegaron de la siguiente manera: 76.3% para el comercio formal, contra un lejano 23.7% del comercio informal; esto respecto del 100% del Producto Interno Bruto.

Bajo esta premisa, podemos considerar que el sector formal está siendo productivo para nuestro país, sin embargo, la gran mayoría de mexicanos nos encontramos en el sector informal; esto de ninguna manera significa que el sector informal trabaje menos, todo lo contrario, es mucho más demandado y con menos beneficios. 

Por ejemplo, quienes laboran en el comercio informal no tienen prestaciones, seguro médico ni derecho a una pensión. En el sector informal tenemos un reto y una oportunidad de crecimiento exponencial. Algunas de las empresas informales tienen mucho potencial, pero ¿por qué no crecen?, ¿qué les hace quedarse estancadas?

Lo que ocasiona que sigan en la informalidad es la falta de conocimientos, la ignorancia de procesos y técnicas, así como la ausencia de personas capacitadas en diversas áreas. Hoy en día es común escuchar decir a las personas: “Un título universitario no te asegura un buen salario”, por lo que algunos menosprecian estudiar una carrera universitaria u otros no tienen la oportunidad de tener acceso a la educación superior.

Recordemos que existen empresas informales que tienen amplio margen de ganancias. Basta con ir a la Central de Abastos de la Ciudad de México y darse cuenta de ello, sin embargo, los procesos o prácticas comerciales que se realizan en este tipo de establecimientos carecen de técnicas precisas. Es en estas circunstancias donde radica la importancia de los estudios universitarios porque en la Universidad es donde se nos enseña lo relacionado con el ámbito de los negocios, desde la constitución de la empresa hasta el pago de impuestos.

Comúnmente los mexicanos ingresamos al sector informal para subsistir, debido a que si se pretende emprender en el sector formal se piden requisitos complicados de cumplir y si buscamos algún empleo formal nos encontramos con la falta de vacantes.

Es importante señalar que debemos priorizar la oportunidad que tenemos como sociedad de regular el sector informal, ya que representa un beneficio sin precedentes para los diversos sectores de la población, pero ¿cómo podremos lograrlo?

Empecemos con capacitación a los comerciantes informales porque, como lo he reiterado en este artículo, muchas veces carecen de conocimientos precisos para hacer crecer su negocio.

Asimismo, el gobierno, en sus tres niveles, necesita flexibilizar los requisitos para constituir un negocio formal, dado que, al tener más negocios de este tipo, habrá mayor captación de impuestos, lo que repercutiría directamente en la generación de ingresos para el gobierno. Así, existiría amplitud de gasto público hacia programas sociales u obras de infraestructura en beneficio directo de la sociedad.

Este proceso, evidentemente, no sería a corto plazo; implica toda una transformación donde participen diversos actores y sectores de la sociedad, pero si se empieza a realizar desde ahora los beneficios serán fructíferos y evidentes en algunos años.

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad única y exclusiva del autor o de la autora. 

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