La arquitectura preindustrial, desde la megalítica hasta la barroca, perfecciona técnicas constructivas con piedra, barro, madera…es una arquitectura que crea espacios con materiales tradicionales. Emplean dinteles y arquitrabes, y el arco, la bóveda y la cúpula. Es decir, son construcciones adinteladas y abovedadas. Seguidamente se resume una evolución histórica.
La arquitectura adintelada
El Egipto Faraónico, la Grecia Clásica, la India y la Persia pre-Islámica o la América Precolombina conocían y aplicaban el sistema adintelado o arquitrabado. Se habla de construcciones cerradas, sólidas, donde el espacio pasa a un segundo plano, se trata pues de una arquitectura de volúmenes, de masas. Todo parece comenzar con la arquitectura megalítica europea, entre el quinto-tercer milenio antes de Cristo. Religión, astronomía, agricultura…todas estas razones son los auténticos pilares de estas construcciones. Las imágenes ayudarán a comprender mejor las explicaciones.
-Stonehenge (Inglaterra): enormes piedras verticales y coronadas por dinteles ensamblados de igual tamaño.
-Egipto: salas hipóstilas (techos sostenidos por columnas) que crean eso, bosques de columnas.
-Mesopotamia: sus templos contaban con el ladrillo para el exterior, y sus tejados, planos, se apoyan sobre vigas o dinteles de madera.
-Mezquitas musulmanas y palacios persas: no son construcciones tan monumentales (si las comparamos con las egipcias y mesopotámicas) pero sí se consideran sólidas, cerradas. Son pues adinteladas ya que sus muros y columnas dominan ese espacio creado.
-Grecia clásica: son generalmente salas rectangulares (encontramos también circulares, como los Tholos) con techo plano sostenido por numerosas columnas. Buscaban la armonía, la proporción (se incidirá más sobre el tema en sucesivos apuntes).
La Arquitectura abovedada
Con Roma todo cambia. Emplean nuevas fórmulas para cubrir espacios como el arco, la bóveda y la cúpula, que suponen construcciones colosales, interiores diáfanos.
Como primer ejemplo tenemos el Panteón de Roma, construido en tiempos de Agripa y restaurado (o reconstruido) por Adriano. El famoso templo de todos los dioses cuenta con un diámetro de 43,50 metros, la misma medida en altura. Circular, sus muros, de ladrillo, soportan los empujen horizontales, que son los que levantan una cúpula (de misma altura que sus muros) construida sobre numerosas placas de hormigones, éstos se aligeran con árido de piedra pómez.
En lo que respecta a las bóvedas paralelas, Roma las emplea para permitir elevar varias plantas sobre arquerías, como es el caso del Anfiteatro Flavio (El Coliseo), sin olvidar la Basílica de Majencio (también conocida como de Constantino), que cuenta con una bóveda semicircular en su nave central y bóvedas perpendiculares en las naves laterales. Así consiguen absorber los empujes horizontales, así la bóveda central sólo precisa de pilastras como apoyo y así se consigue un espacio abierto, diáfano.
Toda esta técnica influye en la posterior arquitectura medieval, y ya en el Románico se dejan ver, además de arcos de medio punto para las arquerías, bóvedas corridas, semicirculares o de medio cañón, y que cubren las naves sustituyendo las armaduras de madera (tan propensas a los incendios). Todos estos elementos, que trabajan a compresión, y presidido por enormes muros, dejan una arquitectura robusta y recogida, aislada.
En el gótico se emplean las bóvedas nervadas, que son las que liberan los muros abriéndose ventanas en ellos. Esta arquitectura concentra sus esfuerzos en puntos específicos, no por todo el muro portante (como se hacía en el Románico).
En el Renacimiento (también en el Barroco) se vuelve a las ideas grecolatinas. Vitruvio se estudia, y surgen teóricos y arquitectos como Alberti, Serlio, Vignola o Palladio. Una vez más regresa el conocimiento de lo modular, de la proporción y de la simetría. Regresan los órdenes clásicos (dórico, jónico y corintio), la arquitectura arquitrabada con superposición de órdenes en sus fachadas coronadas por techumbre de madera. También vemos cúpulas a la romana, como la de Santa María del Fiore, construida por Brunelleschi en Florencia. Toda esta forma de construir se mantiene hasta el siglo XIX, cuando aparece el acero y el hormigón, los nuevos materiales de construcción.
Para comprender mejor la terminología y el contexto histórico se recomienda consultar los siguientes enlaces
La construcción en piedra, barro y madera
Características arquitectónicas del románico
Características arquitectónicas del gótico
Bibliografía Consultada
(2011) ALEGRE CARVAJAL, E., La construcción preindustrial. Técnicas y medios artísticos (segunda edición). UNED, Madrid
(2003) CALZADA ECHEVERRIA, A., Diccionario clásico de Arquitectura y Bellas Artes. Ediciones del Serbal, Barcelona