Acción, RESEÑA, RETRORESEÑA

Retroreseña: Choplifter! De Atari 7800

Esta vez no les voy a hablar de un videojuego famoso, de un juego que estuvo de moda ni de un juego que estuvo nominado a Juego del Año. Esta vez les hablaré simplemente de un juego que me dio horas y horas de diversión en mi niñez. Y a pesar de haberlo jugado hace 28 años, todavía tengo buenos y gratos recuerdos de él. ¡Me refiero a Choplifter!

Choplifter

Este juego salió en 1987 para el Atari 7800. Fue un port de un juego que salió originalmente para una computadora Apple. También fue lanzado para el Atari 5400, pero la versión que yo tuve fue la del Atari 7800, ya que era la consola que tenía mi papá.

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Historia

El juego comienza con la pantalla azul mostrada anteriormente y una breve melodía que acompaña dicha pantalla. No hay introducción, no hay alguna imagen, cortinilla o texto que explique la historia ni lo que tienes que hacer. ¡Vaya! Ni siquiera hay un tutorial de cómo utilizar el control (aunque no había mucha ciencia: un joystick con sólo 8 direcciones y 2 botones enormes que tenían la misma función dentro del juego). Inmediatamente después de esa pantalla vas directo a la misión. Los detalles de la historia y el gameplay venían explicados dentro de un pequeño instructivo contenido en la caja del cartucho.

Inicio

La premisa es muy sencilla. Eres el piloto de un helicóptero de combate norteamericano cuya misión es rescatar prisioneros de guerra. El juego termina una vez que rescates 60 rehenes o mueras en el intento, así de simple. Por el tipo de diseño en la arquitectura de los edificios donde se encuentran secuestrados los rehenes, pareciera que se trata de una nación árabe (recordemos que en aquellos años, en la vida real E.U.A. combatía contra Irán).

Mecánica

El juego se desarrolla en 2D a manera de side scroll. El objetivo es ir a cada base militar enemiga, bombardearla y rescatar a los prisioneros de guerra que salían de la base. Para ello, debes descender el helicóptero a tierra para que los rehenes puedan ascender al vehículo.

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Obviamente, el enemigo no se quedará con los brazos cruzados. De inicio, te atacan tanques de guerra, cuyos disparos se elevan hacia arriba para impactarte en el aire para después, ese mismo proyectil, caer hacia al suelo. En este acto, el disparo enemigo podía caer en la base enemiga, brindándote algo de ayuda; pero también, podía caer en algún rehén desafortunado que estuvo en el lugar equivocado esperando tu ayuda.

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Conforme avanza la misión, te atacan jets que vuelan a gran velocidad en línea recta y además disparan misiles, los cuales caen en diagonal hacia el piso para intentar golpearte mientras esquivas el vuelo del jet. Por último, aparecen una especie de máquina voladores (parecen más una medusa levitando) cuya única función es estorbarte. Se puede apreciar una de éstas en el extremo derecho de la siguiente imagen.

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Para hacer las cosas aún más interesantes, el helicóptero sólo tiene capacidad para 16 pasajeros. Por lo que una vez lleno, debes regresar a la base estadounidense, esperar a que los rehenes desciendan uno por uno y una vez terminado, regresar por el resto. En la parte de arriba de la pantalla te indican cuántos prisioneros de guerra han muerto (rombo rojo), cuántos rehenes hay dentro del helicóptero (rombo blanco) y cuántos se encuentran a salvo dentro de la base norteamericana (rombo azul).

El juego tiene solamente 1 nivel (sí, leíste bien, 1). Cada vez que regresas a la base americana a descargar a los rehenes y vuelves a salvar más prisioneros de guerra, aumentaba la dificultad. ¿Cómo? Aumentando primero el tipo de enemigos que te atacaba (tanque, jet, máquina voladora, en ese orden) y luego la frecuencia con la que atacan. Sobre todo aparecen cuando desciendes a tierra para que los rehenes puedan abordar el helicóptero. En ese momento eres blanco fácil para cualquier tipo de enemigo, sobre todo los jets que aparecen fugazmente: te cae su misil y mueres. Ese tipo de derrotas enojan bastante.

Sólo cuentas con una vida. Por lo que si perdías, debías comenzar desde cero, empezando otra vez a rescatar a los rehenes. Esto, en vez de hacerlo aburrido, te motivaba a volverlo a intentar y lograrlo al siguiente intento.

Cabe señalar que por las limitantes de la época, el helicóptero sólo tenía un tipo de disparo y su proyectil/bala salía en forma de un cuadrado blanco. Además, sólo podías disparar de frente, hacia abajo o en diagonal, no más. Esto, junto con los ataques de los enemigos y ciertas acciones, eran los únicos sonidos dentro del juego. No había ninguna música de fondo. A pesar de que esto pueda sonar aburrido, creaba una especie de inmersión en el campo de batalla.

A pesar de las limitantes que pudiera tener el sistema, los valores dentro del juego le agregan algo de reto. Para rescatar a los prisioneros de guerra, debes estar exactamente en el suelo, de lo contrario no pueden abordar el helicóptero, pudiendo ser víctima de un proyecto enemigo. Además, debes aterrizar relativamente lejos de ellos, ya que al hacerlo sobre de ellos, los aplastas, sumando una muerte a tu contador de rehenes muertos (aún recuerdo el sonido característico de cuando aterrizas sobre un rehén). Más aún, al estar en la base amiga, para que los prisioneros desciendan del vehículo, debes colocarte dentro el círculo de aterrizaje, de lo contrario, no bajaban (todavía que acaban de ser rescatados, se ponen exigentes. ¡Caray!).

Experiencia

Cualquier podría pensar que la mecánica y el “desarrollo” de la historia es muy simple, monótono y aburrido. Y sí, quizá sea simple y monótono, pero jamás aburrido, al menos no en 1989, que fue el año en que lo jugué. En aquel entonces, aún no tenía un NES, sólo tenía un Atari 7800 y un gran catálogo de juegos que mi papá adquirió poco después de que yo nací. Por lo tanto, todo este tipo de juegos e historias eran nuevas e innovadoras para mí. El hecho de poder interactuar con lo que veías en el televisor de cinescopio era novedoso. A esto hay que añadirle que era de los primeros videojuegos que había jugado en mi corta vida y el primero de su tipo, por lo que llamaba aún más mi atención.

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A pesar de tener otros juegos para Atari, éste en particular me atrapó bastante. Al principio, seguía linealmente el modo de juego. No siempre lograba terminar el juego de manera favorable, por lo que lo intentaba una y otra y otra vez. Pero después, conforme iba dominando el juego, yo solito me ponía algún reto diferente.

Por ejemplo, tratar de terminarlo sin que ningún rehén muriera; o terminarlo sin disparar una sola bala (era posible si los proyectiles enemigos impactaban la base enemiga, liberando a los prisioneros). Incluso a veces me daba la loquera y de los prisioneros que salían de la base enemiga, me gustaba rescatar uno y aplastar al siguiente, en esa secuencia, y así me tardaba más en terminar el juego (si es que lo lograba). No es que sea psicópata ni mucho menos, pero por alguna razón que desconozco, me agradaba el sonido particular de cuando aplastabas a un prisionero.

Conclusiones

Como les comenté antes, este juego no tenía ni música, pero eso no era impedimento para que me divirtiera y disfrutara de la experiencia de juego. En esos tiempos no se necesitaban televisiones en HD, sensores de movimiento o juego en línea para atraparnos. Nada de eso de existía antes. Todos los juegos de aquellos tiempos tenían algo que le falta a algunos de ahora: rejugabilidad (o replay value, como gusten llamarlo).

A pesar de haber transcurrido casi 30 años de haberlo jugado, aún recuerdo claramente todas mis experiencias con este juego. ¿La razón? Fue muy divertido para mi corta infancia. Recordemos que una de las principales razones por las que jugamos videojuegos es para tener un rato de distracción del mundo real, pero sobre todo lo que buscamos es simplemente la diversión.

Nunca dejen de divertirse, ya sea con un videojuego, un deporte o su pasatiempo favorito.

Aquí Battousai con ustedes. ¡Hasta la próxima!

2 comentarios en “Retroreseña: Choplifter! De Atari 7800”

  1. Nunca pude jugar esa consola pero me da gusto cuando aún en estas fechas hay quienes se toman el tiempo para hablar de estos juegos. A pesar de no tener gráficos modernos se puede disfrutar de estos escenarios y eso es algo que no cualquiera logra. Casi siempre nos gana la flojera de ver un título tan viejo, pero cuando nos tomamos el tiempo de explorarlo las recompensas son grandes y más cuando éstas vienen con recuerdos incluidos.

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