Devocionales

Actuar alocadamente

“Entonces Samuel dijo a Saúl:
—Locamente has actuado; si hubieras guardado el mandamiento que Jehová, tu Dios, te había ordenado, Jehová habría confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Pero ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un hombre conforme a su corazón, al cual ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó”. 1 Samuel 13:13

 

La Biblia relata que Saúl fue el primer rey de Israel escogido por Dios. Tenía todo el favor de Dios a donde fuera y en todo lo que hiciera.


Pero llegó un día en el que Saúl pensó que esperar a que Dios se manifestara era lo peor que podía hacer. Estaba desesperado, angustiado, impaciente, bajo presión, porque el profeta de su tierra prometió que llegaría y no llegaba.


Así que no lo pensó dos veces y ofreció el holocausto a Dios, que para cualquier persona del pueblo y aún el rey, estaba prohibido hacerlo.


Sólo podían realizar holocausto los sacerdotes, y por esa razón fue desechado Saúl y Dios buscó otro hombre conforme a su corazón para ser rey.


¿Cómo crees que Saúl se sintió en ese momento en que el mismo Dios lo desechó? ¿en que ya no tendría más la posición de rey la máxima autoridad en el Pueblo de Israel?


Se quedaba sin nada y sobre todo sin la aprobación y protección de Dios y tenía que enfrentar sus consecuencias.


Muchas veces actuamos en el primer impulso, porque pensamos que tenemos la razón, o que nuestra verdad es la única


No esperamos ni consultamos lo que Dios quiere hacer en nuestra vida. Deseamos la respuesta o el milagro inmediatamente.


No miramos las consecuencias, lo que sucederá después de que tomamos una decisión.

¿Cuántas guerras se han iniciado?, ¿cuántas veces un esposo mata a su esposa por un arranque de celos, o viceversa, ¿o sólo por un momento de placer cuántas chicas quedan embarazadas sin saber qué hacer después? Son las consecuencias de actuar alocadamente como hizo Saúl.


Cuando estamos desesperados es el peor momento de tomar decisiones. Más bien debemos calmarnos y esperar, porque Dios es un Dios de amor, un Dios de justicia que sólo quiere nuestro bien y que nunca nos abandonará.


Así que si en algún momento de tu vida has actuado alocadamente, pensando que Dios no te escuchaba o no te daba lo que querías, y decidiste actuar a tu manera, piensa ahora un momento y reflexiona en cuánto Dios te ama y que Él te ha dado todo lo que necesitas, y sobre todo, la oportunidad de conocerlo o de buscarlo para vivir en paz con Él y si haz pecado, poder arrepentirte.


Oración:

Señor, ayúdame a no actuar alocadamente, a esperar tu respuesta, a buscarte en todo momento sin pensar hacer lo que yo quiero, sólo estar con confianza ante ti, esperando tu voluntad. Amén.


Escrito por Rosario Guerrero para CBN