Divergente

divergente

Anoche vi una pelicula en Antena3 que me pareció interesante de comentar por las sugerencias que obtuve de su visionado aunque es bastante mala. Quiero decir que contenía una buena idea que me recordó a Ray Bradbury y a George Orwell a partes iguales. Se trata de una de esas pelis de politica-ficción donde se describe un mundo futuro distópico donde la raza humana -y después de un guerra apocalíptica-, ha decidido tomar cartas en el asunto y neutralizar desde la más tierna infancia los vicios humanos fundamentales y sustituirlos mediante entrenamiento por sus virtudes opuestas. Asi:

La historia sigue a Beatrice Prior, una chica de 16 años, que vive en una sociedad que ha decidido agrupar a las personas en cinco facciones que tratan de erradicar los males que les llevaron a la guerra: quienes culpaban a la agresividad, crearon Cordialidad; los que culpaban a la ignorancia, se agruparon en Erudición; Verdad surgió de aquellos que estaban en contra del engaño; contra el egoísmo se fundó Abnegación, y contra la cobardía, Osadía. A los dieciséis años, los chicos deben hacer una prueba que determinará a cuál de las cinco facciones pertenecen; Beatrice decide abandonar su facción (Abnegación) pues no sabe si es lo suficientemente altruista como para dedicar su vida a los demás. La difícil elección de Beatrice marca el inicio de la historia, ya que ahora ella debe hacer frente a las pruebas de iniciación de la facción que ha elegido, donde hará aliados y poderosos enemigos, aun así, Beatrice debe cuidar que nadie conozca que ella en realidad es una Divergente, es decir, pertenece a más de dos facciones y representa un peligro para la sociedad.

Muchas veces me he planteado porque en las elecciones votamos partidos, que son en realidad marcas ideológicas absolutamente arbitrarias. ¿Por qué no votar según nuestros intereses, edad, profesión o cualquier otra variable cercana?

Lo que se propone en «Divergente» es la necesidad de afiliarse a una de estas facciones que en realidad son partidos que pugnan por el poder como los partidos convencionales. Solo que las facciones son en realidad «rasgos de personalidad» o preferencias naturales y no ideologías, cada persona ha de elegir a cierta edad a qué facción debe apuntarse con tal de ser útil a su comunidad. Rasgos de personalidad que se parecen mucho al modelo conocido como los 5 grandes de Costa y Mc Rae con algunas variaciones. Tambien hay cierto parecido con el modelo de Cloninger y sus endofenotipos.

Y tambien lo hay con  las «vías de perfección» de las ordenes religiosas y tambien con lo que Santa Teresa denominaba, caminos de la fe. Cada monje o monja ha de elegir a qué regla servir y cada cual tiene predilección por una vía: la humildad (franciscana), la devoción (carmelita) la disciplina (jesuíta) o la del conocimiento (dominicos). Cada cual tiene que adherirse a la que mejor se acople a su menester.

El mundo que describe «Divergente» es un mundo postbélico donde todo parece haber quedado entre muros que dividen a la población y la instalan en guettos al cuidado de los «osados» que son en realidad los soldados, el ejército o la policia de este mundo postapocalíptico: su misión es matar o morir. Dicho de otro modo; los «osados» son precisamente los que tienen el poder real, más aun cuanto que el entrenamiento de estas personas persigue convertirlos en perfectos soldados-zombies, algo que recuerda a la fanatización de los yihadistas actuales, conseguido esta vez con métodos psicofarmacológicos e implantes de memorias biónicas.

Métodos que son proporcionados por los «eruditos» que son en realidad una invocación a los cientificos. Esos que no se preguntan para qué fines sirven sus hallazgos, simplemente los llevan a cabo, poniendo sus avances en las peores manos.

Pero en realidad los que llevan el cotarro y dirigen todo este mundo son aquellos que han encontrado la «verdad», es decir lo que llamariamos «perfeccionistas» o anancásticos en otras terminologías. Estos tambien están dispuestos a morir por su versión de «la verdad» y son en realidad el enemigo a batir por nuestra heroína, una mujer que es en realidad una divergente.

Un divergente es aquel que se niega a ser clasificado, a ser victima de esa categorización cerrada que impide que las personas sean libres para encajar en según qué contextos. El sueño de un divergente es ser altruista y amable, pero también erudito y osado, valiente diríamos. El guerrero perfecto en su dimensión esotérica. Como aquel entrañable personaje de Orwell que trabajaba en el ministerio de la Verdad y que cae en manos del terror (Gran Hermano) precisamente cuando se enamora. Pues el amor está prohibido siempre en cualquier distopía. Pues es el amor lo que nos hace diferentes.

Aquellos que no pertenecen a ninguna de estas facciones son «los abandonados» y se parecen a los leprosos bíblicos, viven una vida de parias que nos recuerda la vida de los homeless de nuestras ciudades, separados del resto, de las granjas de los abnegados y del contacto con los altruistas.

Ls peliculas de ficción politica sirven en realidad para hacernos pensar en nuestro presente y encontrar simetrías entre la ficción y nuestra realidad. Sirve también para hacernos pensar en las consecuencias de la filiación, sobre todo cuando esta filiación se enrosca en lo imaginario, pues no existe nada más imaginario que la ideología politica, cuyos menús no se encuentran nunca disponibles para sus consumidores. Incluso las facciones descritas en la pelicula fuerzan a las personas a elegir un determinado rasgo cerrado y forzado que es en realidad un plan para dominar a una sociedad aletargada por ese universal que llamamos paz y en cuyo nombre puede ocultarse una tiranía.

Y es que la libertad consiste precisamente en ser un divergente que es lo mismo que ser un diferente.

¿Y tu a qué facción te apuntarias?

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