Reflexiones sobre el ateísmo, el agnosticismo y la fe

Es un hecho verificable que algunas de las grandes religiones están en franco retroceso, sobre todo los ritos cristianos, singularmente el católico. (Imagen: especial)

Tema complicado y conflictivo como pocos, desde mi punto de vista la complejidad de este asunto supera a otros temas polémicos como lo son el aborto, la pena de muerte o si debemos o no votar por tal o cual candidato de radical ideología.

La discusión sobre la existencia de un ser supremo ha sido un tema central en el ámbito filosófico, científico y religioso a lo largo de la historia de la humanidad.

En su libro “El Espejismo de Dios”, el conocido biólogo evolutivo Richard Dawkins aborda esta cuestión desde una perspectiva puramente científica y crítica, eso sí, desafiando las creencias arraigadas en la fe religiosa y explorando las nociones del ateísmo y el agnosticismo.

Los defensores de la creencia en un Dios omnipotente y omnisciente por lo general argumentan desde una perspectiva puramente teológica y metafísica. Afirman que la complejidad y el orden del universo son suficiente evidencia de la existencia de un diseñador inteligente detrás de todo. Afirman que la existencia misma del universo y las leyes naturales que lo rigen apuntan hacia un ser supremo que lo creó todo con un propósito concreto, que escapa a nuestra comprensión como simples mortales.

Algunos de los defensores de la fe abandonan toda pretensión científica y se fugan hacia adelante relatando o señalando experiencias personales como prueba de la existencia de lo divino. Estas experiencias ellos las interpretan como “revelaciones directas” de un ser superior que interactúa con el mundo y con los individuos. Pero salta una duda, ¿por qué los escogen a ellos y no a otros? Eso no lo aclaran.

Muchos críticos cuestionan estos argumentos, señalando que la complejidad del universo y la vida pueden explicarse a través de procesos naturales y la evolución. También plantean que las experiencias personales son subjetivas y pueden ser interpretadas de varias maneras, sin necesidad de recurrir a la existencia de un ser divino.

El agnosticismo adopta una postura de suspensión de juicio respecto a la existencia de un ser supremo. Los agnósticos argumentan que, dada la evidente limitación del conocimiento humano, es imposible afirmar con absoluta certeza la existencia o inexistencia de un ser divino. Reconocen por lo tanto que la pregunta sobre la existencia de un Dios puede estar más allá de la capacidad de la mente humana para responder de manera definitiva.

El ateísmo, en contraste con la creencia en un Dios omnipotente, sostiene que definitiva e inequívocamente no hay evidencia suficiente para justificar la existencia de un ser divino. Los ateos argumentan que la carga de la prueba recae en aquellos que afirman la existencia de Dios y que, hasta que se presente evidencia sólida y verificable, la postura más razonable es la no creencia

Por si lo anterior no fuera suficiente algunos ateos señalan inconsistencias y contradicciones en las narrativas religiosas tradicionales como razón suficiente para rechazar la creencia en un Dios omnipotente. Argumentan que históricamente muchas creencias religiosas están basadas en mitos y leyendas antiguas que no tienen ningún fundamento empírico.

En cuanto a la tendencia de la religiosidad en el mundo, hay evidencia que sugiere un declive en la afiliación religiosa en muchas partes del mundo occidental. En países como Estados Unidos y varios países europeos, las encuestas muestran una disminución en la asistencia a servicios religiosos y una creciente identificación como ateos, agnósticos o simplemente no religiosos. Es también un hecho conocido que muchas iglesias en Europa han sido convertidas en centros culturales y bibliotecas.

Este declive se atribuye a una serie de factores, incluyendo el avance de la ciencia y la tecnología, el aumento del nivel de educación y diversos cambios culturales que han llevado a una mayor aceptación de visiones del mundo seculares. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas tendencias pueden variar significativamente según la región y el contexto sociopolítico.

En conclusión, el debate sobre la existencia de un Dios omnipotente, el agnosticismo y el ateísmo continúa siendo un tema de gran importancia e interés en la sociedad contemporánea. A través de un examen crítico de múltiples argumentos se puede fomentar un diálogo abierto y respetuoso sobre estas cuestiones que han influido en la historia y la cultura de la humanidad.

Es cuánto.