Junio en Alicante es sinónimo de fiestas. Escribo “fiestas” porque no solo se celebran las Hogueras. Este año coincide con el Corpus. No es todo. Eclipsada por el “resopón hogueril», disfrutando aún cada noche de los castillos de fuegos, Tabarca celebra sus fiestas de San Pedro. En definitiva, junio es un crisol de celebraciones alegres y populares. Es innegable el protagonismo de San Juan. Sin embargo quisiera apuntar unas líneas sobre las otras dos.

El Corpus marcaba antaño el inicio del verano y en la Explanada ya se podía saborear el aigua cebà, el “helado del Corpus» o la horchata. Hace unos años se ha recuperado lo mejor de esta tradición: la Carrera Oficial, los altares y adornos, las danzas, el “toque de ciudad», los gigantes y enanos, los impecables primocomulgantes. La custodia “de la Caridad» pisa fuerte nuestra calle.

En Tabarca, la llegada de la banda por mar marca el inicio de la fiesta. Noche de pregón, reinas y verbena. El día del santo somos llevados por el pasacalles al almuerzo en la Plaça Gran. La Misa nos devuelve al mar, a la procesión marinera, popular, devota y la más “salada». El 30 acaba en manos de los más pequeños. Cada día es aderezado con unas vistas espectaculares, el olor del Caldero, la verbena y el ambiente familiar.

Alicante en junio es un mar de fiestas.