La prisión de Alcatraz

Madrid

Ubicada en la isla de Alcatraz, frente a la bahía de San Francisco, la prisión gozaba de una ubicación totalmente aislada, lo que sirvió para colocar el primer faro de la costa oeste, construido a mediados del siglo XIX, para conducir a las embarcaciones en el Pacifico. Fue un fuerte defensivo armado con un centenar de cañones listos para proteger a las costas californianas de cualquier ataque marítimo. Su acceso inexpugnable hizo que en 1934 el gobierno estadounidense erigiese en su suelo la penitenciaría federal de mayor seguridad del país. Sus celdas cobijaban a los condenados más peligrosos de la nación. Se pensaba que las corrientes y las frías aguas del Pacífico la convertían en una prisión a prueba de fugas.

Fue el español Juan Manuel de Ayala quien redescubrió este islote en 1775, y la bautizó como ‘La isla de los alcatraces’ por la colonia de estas aves que allí encontró. Su estratégica ubicación la pusieron en el punto de mira del Departamento de Justicia de Estados Unidos en 1933, un año después Alcatraz pasaba a formar parte de la Agencia Federal de Prisiones que llegó a albergar un total de 1.545 reclusos. La prisión contaba con 336 celdas individuales que nunca se ocuparon por completo. Los presidiarios de Alcatraz se duchaban con agua muy caliente para evitar que su metabolismo se acostumbrase al agua fría.

Sujetos a una férrea disciplina, ante cualquier falta o intento de motín, el infractor podía acabar en ‘El agujero’, un calabozo sin luz en el Bloque D donde el que el preso permanecía desnudo y aislado durante semanas. Alcatraz tuvo prisioneros famosos en sus celdas, entre ellos Al Capone o el ínclito Robert Franklin Stroud, alias ‘El Hombre Pájaro’.