Maria Antonieta de Austria

Acusada de manirrota y promiscua fue juzgada y condenada por traición y murió en la guillotina en 1793, nueve meses después de la ejecución de su marido

Maria Antonia Josefa Joana de Habsburgo-Lorena ha sido una de las figuras más importantes en la Revolución Francesa. Su comportamiento frívolo y superficial ayudó a aumentar la agitación de la población pero según algunos académicos ha sido injustamente valorada. Era acusada de favorecer los intereses de Austria antes que los de Francia.

Desde que Luis XVI y María Antonieta se convirtieron en reyes de Francia y Navarra, ella intentaba influir en la política del Rey nombrando y destituyendo ministros según su capricho y así rodearse de una pequeña corte de favoritos que suscita la envidia de los demás. Amplió su vestuario, las fiestas, las partidas de cartas y se realizó un nuevo protocolo más lujoso y personal. Otra de las acusaciones que se le hacen es la de ser promiscua y tener varios amantes como el Conde de Artois o el Conde Hans Axel de Fersen, pero también con mujeres como la condesa de Polignac o princesa de Lamballe.

Caso del collar

En 1785 el joyero Bohmer reclamo a la Reina 1.5 millones de libras por un collar de diamantes encargado en nombre de la soberana por el cardenal de Rohan. La Reina no solo no se hace cargo sino que insiste en arrestar al Cardenal al que se le acusa de insultarla al achacarle la compra del collar. El Rey confía el asunto al Parlamento que condenó a Jeanne Valois de La Motte y a su marido, saliendo tanto la Reina como el Cardenal como inocentes. Este caso supuso una etapa de odio por parte del pueblo que se sintió insultado por los bajos negocios de falsificaciones e incluso después Napoleón aseguró que fue el detonante de la Revolución Francesa.

Su testamento

Antes de ser ejecutada, cuando se encontraba en el calabozo, la Reina María Antonieta escribió una carta dirigida a su cuñada la princesa Madame Isabel, la cual nunca recibiría ya que fue interceptada y entregada a Robespierre. La carta desapareció hasta 1816 cuando salió a la luz con motivo de la restauración borbónica en Francia con el Rey Luis XVIII

En la carta se podía leer como la Reina le decía a Madame Isabel "Estoy tranquila porque la conciencia no tiene nada que reprocharnos, tengo un profundo dolor por abandonar a mis pobres hijos. Además añadió "Que mi hijo no olvide jamás las últimas palabras de su padre, que yo le repito expresamente: -Que no busque jamás vengar nuestra muerte-..