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Romance del "lunático": chulesco en casa, vomitado fuera
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Graciano Palomo

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Romance del "lunático": chulesco en casa, vomitado fuera

El debate del pasado miércoles en el Congreso, con sus 186 (que exigen pan), dejó una fotografía exacta de un primer ministro que suele confundir valor y precio

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)

“Toda su vida ha intentado presentarse como un ganador, sin percatarse siquiera que siempre ha sido un perdedor. No entiende lo que hace a un hombre ganador. Un ganador trae alegría, salud, conocimiento, verdad, camaradería, amistad. No divide a las personas, las une”.

—Francis Ford Coppola.

El 2020 agoniza entre estertores de mal parto. El debate del pasado miércoles en plenario del Congreso de los Diputados con sus 186 (que exigen pan), rendidos a sus talones, no te engañes presidente, dejó una fotografía exacta de un primer ministro que suele confundir valor y precio.

En efecto. El presidente, ensoberbecido, metido a imitador de los líderes de la oposición, mal imitador de Trump en estos menesteres, ignoró los argumentos serios para volver a la “derecha y ultraderecha”, predicando todas aquellas virtudes de las que carece, esto es, humildad, realismo, sentido común, sentido de Estado, unidad y búsqueda del interés general por encima de sus 'Falcons' y sus pumas.

Foto: Sanitarios de la 5º planta del Hospital de San Pedro, de Logroño. (EFE)

Es tal su miedo a que le recuerden el número de compatriotas que han padecido durante una gestión pandémica objetivamente mejorable que, siguiendo las instrucciones de la legión de asesores que le sirven los platos fríos, mete su cabeza entre sus papeles en un ficticio tome de apuntes. Es tal su pavor a que le recuerden los millones de españolitos que se están “quedando atrás”, que su machacona táctica parlamentaria es la descalificación de los distintos mensajeros que le recuerdan lo que es, lo que hace y lo que persigue.

Un primer ministro que se cree en la reencarnación divina de Willy Brandt, De Gaspari, Schumann, Mitterrand, Roosevelt y hasta Alejandro Magno no puede admitir siquiera –por ignorancia supina– que hay frases que no se pueden inventar sencillamente porque otros antes que él ya pusieron sujeto, verbo y predicado.

Pues bien, mientras le vemos perorar orondo en la tribuna, el mundo libre y sus instituciones propinan con continuidad bofetadas históricas en el rostro de los españoles. Solo Zapatero tiene el dudoso honor –en ese mismo mundo libre– de ser más zapateado por Europa cuando ya el delirio de un pobre hombre le insiste en defender el genocidio del pueblo venezolano tal y como recientemente decretó Naciones Unidas y la Corte Penal Internacional (CPI); esperamos ahí al juez De Prada y al exjuez prevaricador Garzón ejercer la acusación particular.

Mientras le vemos perorar orondo en la tribuna, el mundo libre y sus instituciones propinan bofetadas históricas en el rostro de los españoles

La UE abofetea al Gobierno en los intereses de la inmortal ciudad de León mandando la sede de la ciberseguridad europea a Bucarest. La UE suelta un sonoro varapalo a Sánchez dejando al ministro Duque sin la dirección general de la Agencia Espacial Europea. El mundo libre desprecia al Gobierno socialextremista negando cualquier posibilidad de presidir la Organización Mundial del Comercio (OMC) a la ministra González Laya. Las grandes agencias de información antiterroristas del mundo libre excluyen a España de sus últimas reuniones. La Comisión Europea insiste en que no transferirá fondos de tipo alguno si el Gobierno en el que manda un neocomunista/bolivariano insiste en el control del Poder Judicial, prácticamente el único de los poderes del Estado que se le resiste. De Marruecos/Sáhara, mejor no escribamos. Un régimen sátrapa que desprecia –¡de qué manera!– al jefe de Gobierno de la todavía cuarta potencia europea.

Pretende, exige, ordena que la oposición de centro-derecha le resuelva los desaguisados que perpetra a diario. ¡Porque yo lo valgo! ¡Soy el presidente, eh, soy el presidente! Me recuerdan mucho estos estertores del fatídico 2020 a aquellos que no han hecho otra cosa que llevar manguitos y lamer los botines del que les han dado de yantar y que de repente les toca por turno presidir la comunidad de vecinos.

Pero, sobre todo, viene a colación aquel refrán tan castellano como certero: dime, Sánchez, de qué presumes y se sabrá de qué careces. Aunque a estas alturas ya no hace falta.

“Toda su vida ha intentado presentarse como un ganador, sin percatarse siquiera que siempre ha sido un perdedor. No entiende lo que hace a un hombre ganador. Un ganador trae alegría, salud, conocimiento, verdad, camaradería, amistad. No divide a las personas, las une”.

Comisión Europea