Alcancil

ALCANCIL

Alcancil es el nombre local de la ‘alcachofa de huerta’. Cada vez más relegado por el nombre oficial de la hortaliza estrella de la famosa dieta. Por lo común se emplea el plural alcanciles. Cogió el escardillo y se fue a regar los alcauciles del huerto.

Se llama así para distinguirla de la alcachofa silvestre un cardo frecuente en eriales conocida en Feria por algachofa o argachofa. La cabezuela de este cardo montaraz con brácteas o pencas provista de una robusta espina y base carnosa (queso) que, aunque de sabor áspero, recogían y comían los muchachos con fruición en tiempos de menos remilgos y más escasez que los actuales. Es conocido su empleo como cuajo para la leche. Se distinguía de la algachofa burriquera con que se denomina a cualquier otro cardo no comestible.

Zamora Vicente recoge alcancil en la comarca de Mérida (1943) como nombre de la alcachofa de huerta o cultivada, pero su uso se extiende por la Baja Extremadura con las variantes arcancil y alcaucil (también en el DLE como otro nombre regional de la alcachofa). En Olivenza pervive el portugués alcachofra.

El Diccionario de Autoridades (1726) ya recoge alcaucil:  «Lo mismo que alcarcil y alcacil. Llaman en la Andalucía con estos nombres a la alcachofa». Por lo que se considera una andalucismo. Procede del hispanoárabe al-qabsíl colectivo de qabsila, de origen mozárabe equivalente a ‘cabecilla, cabezuela’ por la forma de la alcachofa, diminutivo derivado del latín hispano capitia ‘cabeza’.

También se emplea en Canarias. En América es más usado con el sentido de ‘persona que delata o acusa a alguien’ (Argentina y Uruguay).

En Tierra de Barros, Murga Bohígas localiza la más extendida alcaucil («Habla popular de Extremadura» 1979). La segedana Dulce Chacón, pone en boca de un personaje de «Cielos de barro» (2000) esta palabra:

Pero la más chica, la muy trolera, me quiere dar en creer que los morgaños son arañas, y que los alcauciles son alcachofas y los peros manzanas.

©Juan-José Becerra Ladera

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