cien años

Al fin llegó el día

todo se había logrado

trabajar, enlazar

proyectar y desesperanzar

eran cosas del pasado

llegó el día

que de alguna forma

había buscado toda mi vida

pero también

lo temía

era ese momento cuando

no había nada más que perseguir

todo lo que quería se había concretado

fue en ese entonces

cuando un silencio invadió

mis entrañas

como una neblina que cae entre edificios

sin avisarle a nadie

era un silencio y una calma

que me permitía permanecer acostado

el tiempo y las mareas perdieron relevancia

era como si la muerte se acercara lentamente

irrevocablemente

y no quería lamentar ni llorar

simplemente

esperar

acostado lo que fuese que llegara

aunque sea dulcemente la muerte

o el tejido de cien años más.