Destroyer una mujer herida o cuando Nicole Kidman saca partido al afeamiento

Por Ferran Martínez-Aira

Destroyer, una mujer herida, nos mantiene en vilo durante los  125 minutos de metraje, pero sobretodo encandila el personaje que interpreta soberbiamente Nicole Kidman, sacando partido a su afeamiento cinematográfico que a buen seguro le deparará más de un premio. Otro subidón viendo en acción a esta polifacética actriz australiana que se atreve con todo y con todos.
El rostro de esa policía herida, marcada físicamente por el rencor, el odio, el pesar, los remordimientos y la sed de venganza, es el folio en blanco sobre el cual se escribe la historia de un vía crucis sustentado en el sacrificio. Nicole Kidman, en una de esas operaciones de transformación física que siempre conquista a los encargados de nominar y dar galardones (como si una actriz o un actor a cara lavada o súper guapos no fueran considerados respetables intérpretes), lleva sobre sus golpeados hombros todo el peso de un film que bebe sin esconderse, y sin ningún tipo de prejuicios o remilgos a la hora de fusilar secuencias, personajes e ítems, del policíaco áspero de la década de los 70 del siglo XX. Las líneas entre lo correcto y lo que no lo es, entre el Bien y el Mal, lo justo y lo injusto.
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