EL HISOPO, LA PLANTA PURIFICADORA

Palmira Pozuelo llama al hisopo -(Hyssopus officinalis)- la hierba de la purificación. El uso de esta planta como remedio herbal se remonta a los tiempos bíblicos: se dice que Salomón uno de los mayores naturalistas de la Biblia estudió y utilizó el hisopo. Esta planta aparece mencionada tanto en el Antiguo como en el Nuevo testamento como un agente de limpieza y purificación y parece ser que ramos de hisopo se utilizaron para dispersar agua bendita ya desde muy antiguo y por eso también se llama hisopo en la liturgia católica el instrumento de plata para dispersar el agua bendita. El hisopo en la Biblia se menciona varias veces y siempre en relación con la purificación.

Pero antes de seguir con curiosidades históricas os voy a hablar de las características botánicas del hisopo ya que no es frecuente que la encontréis en estado silvestre si bien es cierto que se puede cultivar muy fácilmente en nuestros jardines. El hisopo pertenece a la familia de las salvias y de las mentas ya que es una labiada o lamiácea como se llama en la actualidad. Aparece en estado silvestre en zonas de montaña soleadas y calizas.

Una característica especial para que podáis identificar al hisopo es que todas sus flores que son de color añil o azul purpúreo aparecen dispuestas hacia un mismo lado del tallo.

De ella se utilizan tanto las hojas como las flores, posee un intenso y agradable olor aromático y alcanforado y se utiliza en usos medicinales, aromáticos, cosméticos, culinarios e incluso en perfumería y en licorería.

Volviendo a los libros sagrados quizá una de las referencias bíblicas más bellas de la planta de hisopo es la que usa David en el Salmo 51 para rogar al señor que lo limpie de pecado, dice así:

“Purifícame con hisopo y seré limpio lávame y seré más blanco que la nieve”

Al hisopo se le relaciona con la cena de Pascua y con la celebración del Pésaj festividad judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto.  Así figura en el libro del Éxodo: “Y tomaréis un manojo de hisopo y lo mojaréis en la sangre que está en la vasija y untaréis con la sangre el dintel y los dos postes de la puerta y ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana siguiente”, era la señal para que el ángel destructor supiera que allí vivían judíos y no recibieran el castigo de la muerte que cayó sobre los primogénitos egipcios.

Aparece también citado varias veces en la Biblia en oposición al cedro el más pequeño frente al más grande y siempre estuvo asociado a rituales purificadores.

Venerado sobre todo por los hebreos: hisopo viene de la palabra hebrea azov que significa hierba sagrada.

En la antigua tradición cristiana el hisopo simbolizaba el bautismo y la recuperación de la pureza además de la humildad.  Se usaba para limpiar a los leprosos o en la purificación de una casa en la que había vivido un enfermo también se purificaban con hisopo artículos o personas que eran declaradas impuros por el contacto con muertos.

Los romanos la utilizaban para protegerse de la peste, desinfectar habitaciones y purificar a los leprosos.

Dioscórides se refiere al hisopo como una muy buena planta para tratar los problemas respiratorios, la inflamación del pulmón, el asma, la tos incluso las lombrices intestinales y recomienda tomarla bebida con higos.

En los jardines de los monasterios de la época medieval se cultivaba hisopo para aderezar las sopas y salsas además era uno de los ingredientes necesarios para la fabricación de licores como el licor de los cartujos.

Si visitas las ruinas del Monasterio de Sta. María de Rioseco, puedes disfrutar de unos jardines de plantas aromáticas y medicinales espectaculares, en los que encontrarás el hisopo.

La medicina oriental le atribuye a grandes efectos reconstituyentes y estimulantes para calentar y dinamizar la energía Yang con masajes.

Como todos los estimulantes tiene una ligera propiedad afrodisíaca que en ayurveda se potencia con tomillo pimienta y jengibre.

El hisopo en tiempos antiguos era considerado como una verdadera panacea muy apreciada, gozaba de una gran consideración, se usaba para limpiar lugares sagrados y como protección en caso de epidemias y muchas de las virtudes que se le atribuían ya han sido confirmadas en la actualidad.

En principio, debemos saber -tal y como ya adelantaba Dioscórides- que es una planta de las más indicadas en el tratamiento de las afecciones del aparato respiratorio: es expectorante,  antiespasmódica, indicada en casos de asma bronquitis agudas y crónicas resfriados fiebre del heno, catarros o faringitis, calmando la tos. Su acción balsámica sobre las afecciones bronquiales es un hecho demostrado, así como en catarros crónicos.

Gracias a la marrubina, uno de sus principios amargos, fluidifica las secreciones bronquiales, y favorece su eliminación.

Es muy interesante la utilización de esta planta para limpiar y detoxificar las vías respiratorias especialmente en personas fumadoras o que vivan en ambientes con mucha polución.

Recomendación:

Por eso, la infusión de hisopo se recomienda para los que quieran dejar de fumar: moco y flema se desprenderán de la parte baja de los pulmones, y parte de las toxinas serán removidas y eliminadas. Al ser espasmódica, esta planta calmará la tos y su propiedad sedativa contribuirá a reducir la ansiedad.

También actúa estimulando las secreciones digestivas lo que le hace ser un buen aperitivo y digestivo: acelera el tránsito digestivo y se recomienda en digestiones lentas y pesadas. Se utiliza en casos de trastornos intestinales, anorexia y calambres estomacales. Es directamente diurético y eficaz en la eliminación de los cálculos de la vejiga.

Es un gran depurativo de la sangre y posee la virtud de impedir su coagulación además de devolver a sus niveles normales la tensión demasiado baja.

Su contenido en taninos le confiere un poder astringente que se puede comprobar al tratar heridas llagas y otras patologías como la leucorrea, sin embargo, no se recomienda tomar en altas dosis ya que podría desencadenar episodios epilépticos.

En uso externo es externamente es eficaz también en casos de eccemas y dermatosis.

Con el hisopo podemos preparar una loción de belleza que tonifica los músculos de la cara y del cuello.

Su aceite esencial concentra todas estas propiedades medicinales, sin embargo y sobre todo en uso interno, debe reservarse a su uso de manos de personas cualificadas, por sus posibles contraindicaciones. Sin embargo, para uso ambiental es totalmente recomendable.

Receta:

Podemos elaborar un ambientador con 5 gramos de su aceite esencial disueltos en 95 gramos de alcohol de 80 grados, para pulverizar el ambiente ya que no sólo aportará un agradable aroma, sino que aseguraremos la correcta desinfección y la mejora de nuestras vías respiratorias.

Con ambientadores de origen natural como éste, podemos ir desterrando los de origen químico, que ya han demostrado que se comportan como disruptores endocrinos que alteran nuestro funcionamiento hormonal y que en muchos casos además causan jaquecas y alergias ya que estas sustancias aromáticas de origen químico y sintético imitan a los componentes de las plantas pero no provienen de las plantas. Si realizamos una prueba veremos la diferencia entre respirar una sustancia de origen natural como el hisopo la salvia o el romero que causan una sensación de apertura en nuestras vías respiratorias y la sensación oclusiva que se produce tras respirar los ambientadores químicos que imitan las los olores de flores y de plantas pero que no provienen de ellas. Con un sencillo test kinesiológico también podemos comprobar como al inspirar una sustancia de origen químico se debilita nuestra musculatura.

Remedio herbal:

Podemos realizar una infusión añadiendo 2 o 3 cucharadas de planta a un litro de agua, cuando rompa a hervir se aparta, se tapa y se deja en reposo 10 minutos antes de filtrar para tomar tres veces al día en afecciones respiratorias como asma bronquitis para digestivo o carminativo.

Jarabe:

Con miel podría hacerse un jarabe dejando reposar la anterior maceración durante 24 horas, y añadiendo 160 gr. de azúcar integral, para tomar 3 cucharadas al día.

Clara Castelloti nos aconseja también realizar una decocción de hisopo añadiendo a un litro de agua unos 50 gramos de esta planta cuando rompa a hervir y manteniéndola durante 5 minutos con una ebullición controlada y con el recipiente tapado. Después se deja reposar y se filtra. Podemos usar esta decocción en enjuagues de garganta, como vulneraria para lavar heridas, o para hacer vahos o inhalaciones con la finalidad de fluidificar las secreciones de las vías respiratorias.

El hisopo se utiliza actualmente en perfumería y licorería y entra a formar parte de la composición del vermut y de otros licores famosos.

Florece en los meses de junio y julio se utilizan las sumidades floridas que se recolectan en verano.

Es muy interesante que podamos contribuir al cultivo de esta planta medicinal y poco conocida ya que no es muy común encontrarla en estado silvestre.

Se puede multiplicar por semillas o por esquejes en lugares soleados y cálidos y puede crecer fácilmente en una maceta o en cualquier tipo de jardinera incluso en el alféizar de una ventana.

Desde nuestro jardín cultivada podemos aprovechar todo su poder medicinal, hacer uso de ella en infusiones porque aportan un agradable aroma incluso la podemos utilizar para aromatizar platos, guisos o realizar algún licor de hierbas o un perfume natural.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.