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Aves Exóticas

Abubilla Euroasiática

Existen algunas especies que se han extendido bastante a durante el último siglo, llegando a poblar una gran cantidad de países, como es el caso de la abulilla euroasiática, la cuál está más distendida de lo que puedas llegar a pensar.

¿Dónde se encuentra esta ave?

Se reproduce en casi su totalidad en Europa, salvo en aquellos países que están situados hacía el norte como Inglaterra, Finlandia o Noruega. En España son residentes bastante habituales, incluyendo las islas Baleares, Canarias y Melilla, teniendo una gran población a la que se les suelen unir aves procedentes de África en primavera.

Es precisamente en España donde se encuentra la mayor población europea de esta especie. También se pueden encontrar algunos ejemplares en África, salvo en el desierto del Sahara, y una gran cantidad a lo largo de toda Asia salvo en la parte asiática de Siberia.

¿Cómo es físicamente esta ave?

Se trata sin lugar a dudas de un ave de tamaño mediano, ya que de largo mide entre 26 – 28 centímetros, con un peso aproximado de 90 gramos. Crecen hasta alcanzar los cinco años de edad, por lo que hay ejemplares más grandes que otros. Cuando se ven, son inconfundibles por los tonos pardos rojizos anaranjados de la  garganta y el pecho, además de la cabeza, cara, cuello y la mitad superior.

En la parte posterior tienen unas listas negras y blancas , así como en la cola, con un tono blanco de la zona caudal inferior. Sus alas son anchas y redondeadas, con barras blancas y negras que las recorren salvo en la zona de los hombros que son de color pardo rojizo. Su cabeza tiene un gran penacho de plumas con tonos ocres pero con listas blancas y negras en el extremo, que suele estar plegado hacía atrás. Solo la levanta cuando está en situaciones de alarma, enfado o durante el proceso de cortejo. Su pico es largo y fino, ligeramente incurvado hacía abajo, con un tono de color negro igual que sus patas. Los ojos, también bastante pequeños, son de un tono marrón negruzco con un anillo ocular blanco.

A simple vista puede parecer que no presente un dimorfismo sexual visible, pero lo cierto es que las hembras son más pequeñas que los machos, con una garganta de un tono más pálido y el pecho algo más oscuro. Los machos, además tienen un pico más grande que las hembras. Los jóvenes suelen parecerse mucho a las hembras, lo que hace que de jóvenes sea difícil determinar su sexo.

Su alimentación está compuesta principalmente por insectos, a base de gusanos, lombrices y orugas, pero tienen especial predilección por la oruga procesionaria del pino, encantándole también comer escarabajos como el ciervo volante, los abejorros, los ciempiés o las hormigas. Aunque durante la época de reproducción también se ha detectado que comen caracoles, lagartinas o ranas de pequeño tamaño.

¿Se la puede tener como mascota?

No existe ninguna ley que prohíba tener esta ave como una mascota, pero lo cierto es que puede ser bastante complicado cuidarla. Para comenzar, se trata de un ave que hay dos clases, las que son tímidas y las que son alarmistas. Aunque también hay algunos ejemplares que se han acostumbrado al contacto humano y no suelen tener problemas con su presencia.

Es un ave que requiere de bastante espacio para volar dentro de jaula, por lo que esta tendrá que ser de gran tamaño, además de contener muchas ramas y troncos de árboles para que se encuentren a su gusto.

Para su reproducción, el periodo de celo comienza a mediados de abril, momento en el que los machos luchan entre sí. Por lo que si se quiere conseguir la reproducción, es mejor separar a un macho y una hembra en una jaula. Parece ser que es una especie monógama y que utiliza los meses de abril a junio como periodo de reproducción, teniendo su nido en los huecos de los árboles o en grietas. Suelen poner de 5 a 7 huevos y los incuban durante 18 días hasta que nacen los polluelos, que son alimentados por los padres hasta cumplir cerca del mes, momento en el que ya se valen por si mismos.

Es una especie es conocida como “ave sucia” por el olor que desprenden sus nidos tras la marcha de los polluelos, porque dentro de este quedan restos de animales, además de la secreción de un espeso líquido que desprende un olor fétido. Aunque la verdad es que los padres intentan evitar que el nido esté sucio, pero por norma general dejan ese olor tan desagradable. Así que en el caso de tenerla en cautividad, una vez que los polluelos hayan abandonado el nido, es recomendable entrar en la jaula para retirar el nido o limpiar bien el espacio en el que se encuentra para poder eliminar ese olor tan desagradable.