Los cátaros o albigenses

Auto de Fe, 1495. La escena representa la ejecución de dos albigenses por un Tribunal de la Inquisición presidido por Santo Domingo
Berruguete: Auto de Fe, 1495. La escena representa la ejecución de dos albigenses por un Tribunal de la Inquisición presidido por Santo Domingo

El catarismo, variante maniquea del cristianismo que fue arrasada por la Santa Inquisición en el s. XII, es un tema central en la novela de Umberto Eco El nombre de la rosa. Los cátaros se consolidaron como opción religiosa seria frente a un catolicismo inculto y corrupto en la región de la Provenza, al sur de Francia (Albi, de ahí el nombre albigenses). Se enfrentaron, al igual que ya lo habían hecho los gnósticos, con el «problema del mal«, esto es, con la imposibilidad de compatibilizar la sucesión de catástrofes naturales y morales que envuelven la historia de la humanidad con la existencia de un ser supremo infinitamente bondadoso. La solución de los cátaros está tomada de las religiones maniqueístas de origen persa. Así, según el maniqueísmo, el Universo es el resultado del conflicto entre dos fuerzas en eterna lucha: el bien y el mal. Aplicado este esquema a los textos bíblicos los cátaros observaban que el dios del antiguo testamento era, en realidad, Lucifer, mientras que el dios del nuevo testamento era el auténtico ser supremo. Su lectura del cristianismo a partir de este principio era bastante peculiar: entendían que la materia había sido creada y estaba controlada por Lucifer mientras que el espíritu pertenecía al ser supremo. Por ello, entre las normas de conducta de los que entre ellos se llamaban los «perfectos» estaba el rechazo absoluto de lo material (ni sexo, ni matrimonio, ayuno obsesivo…) y la consideración de que Jesús no había sido realmente un hombre pues no es compatible con una naturaleza divina sufrir o morir pues estas son penalidades materiales. Según los cátaros quienes habían visto a Jesús habían visto no un cuerpo sino una sombra, un simulacro, un proyección, un ser virtual. Así podían ser explicados milagros como caminar sobre las aguas o la concepción inmaculada de la virgen que fue inseminada por espíritu divino a través del oído.

¿Qué interés tiene todo esto? Bien, algunos aprovechan el aspecto esotérico del catarismo así como la afición popular por lo oculto y milagroso en estos tiempos dominados por la ciencia y la tecnología para escribir best-sellers rebosantes de estupideces que el tiempo terminará devorando como los gusanos dan cuenta de un cadáver.

Umberto Eco rescata el catarismo y otras herejías medievales en su novela El nombre de la rosa. Eco realiza una interesante «lectura marxista» de las herejías: en el fondo a la santa inquisición le importaban un comino las distinciones teológicas entre cátaros, patarinos, valdenses y bogomilos pues su objetivo era hacer a la parrilla por el bien de su alma a todos aquellos que desafiasen el poder político y económico de la iglesia de Roma. El éxito que tuvieron todas esas variantes del cristianismo, que iremos explicando progresivamente en esta sección, tuvo su principal causa en la corrupción generalizada de la iglesia católica cuyos representantes tenían un comportamiento que estaba lejísimos de lo expuesto en el nuevo testamento.

Bibliografía recomendada

Otto Rahn: Cruzada contra el grial. La tragedia del catarismo. 2ª ed. Madrid: Hiperion, 1986.

2 comentarios en “Los cátaros o albigenses

  1. NO ENCUENTRO NADA DE LA OBRA DEL FRANCES YVES MARIS.UNA DE SUS OBRAS ES LIBRO DE REFERENCIA EN LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA.»LA RESURGENCE CATHARE».
    SUS LIBROS NO ESTAN TRADUCIDOS AL ESPAÑOL
    LO CUAL ES UNA VERDADERA PENA.
    QUIEN SE PUEDE INTERESAR POR ESTAS TRADUCCIONES?.

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