Perrerías de alcaldada

 

 

Los perros huelen mal, peor cuando estuvieran muertos. Muy fino debe de ser el olfato del alcalde si le llegan los efluvios de la perrera a su despacho. Solo cuando el olor de la muerte le aturda los sentidos decide actuar, clausurándola. Así de inactual es su comportamiento, como en los irracionales.

Cuando le lleguen los aromas de Piedralba ya tendrá la pituitaria maltrecha, en carne viva.

 

Ya desde antes de la ‘cacería de la perrera' había abierto la veda. Variopinta y sin cuartel, a menudo, para tapar los disparos, haciéndola coincidir con los zambombazos que machacan e incendian el Teleno: Los periodistas de Astorga, en el resquicio que aún les resta para una información veraz, basada en hechos; las presiones económicas y las amenazas de continua querella criminal, con el objetivo de amedrentar cualquier crítica a su actuación desordenada, -quién no tiene orden dentro no podrá ordenar el exterior-. La culturilla afásica que tratan de imponernos. El desmantelamiento de la Casa Panero. El olor mefítico que vendrá de los lodos de las depuradoras, -quedan avisados-. La invasión del espacio urbano con terrazas en interés de unos pocos (fumadores). Las presiones a las asociaciones independientes como ‘El Casino’ para que le sean cómplices. El abandono de los Trasmontanos a su no-ser. La categorización a la baja de la ‘Ciudad Santa de Astorga’.

No son cuentas de rosario, son los síntomas o señales del desmantelamiento. ¡De qué nos van a hacer más grandes!

 

Entonces, hace lo que haría cualquier mandatario ensoberbecido, “pegarles un tiro en la sién como a un perro” y tirarlos sin sepultura a las cunetas de Piedralba. De allí vendrán los efluvios de la muerte que ya nos van sudando la camiseta. Dirán que no tienen memoria, que nadie les avisara: “A perro muerto los ladridos se le multiplican…”

 

Lo mismo que a sus camaradas de escopeta 'nacional': el de El Val de San Lorenzo disparando con desparpajo a la mensajera; el de Santiagomillas a la chita cazando, si no fuera tan callando a la 'chita'.