Samuel Yebra Pimentel
Viernes, 08 de Marzo de 2024

Sobre el eleatismo impropio de un alcalde de aldea

[Img #67830]

 

 

Lo mismo son pensar y ser. De ahí el insulto es inmediato: “¡Quédese usted con su martillo, so penco!" Por eso las corporaciones anteriores siguen equivocándose cuando ya ni existen ni preexisten. Por eso los juicios de valor que le vuelan por el magín son verdad incontrovertible, también intangible. Por eso es fácil confundirlo todo y los ‘eleatas’ son lo que son.

 

Aunque los ‘eleatas’ nunca supieron que lo eran. Como estos de ahora màs conocidos por sus moños que por sus sinécdoques.

 

Los nombres no hacen las cosas pero las pueden deshacer: "He ahí una bola de billar (...)" . Quería decir he ahí el término ‘elitista’, tal vez lanzado con escasa precisión y con efecto de giro retroactivo de principiante. Se dirige hacia la ‘Casa Panero’ o hacia ‘La Feria de la Torrija’. En otras ocasiones hemos apreciado que siempre que tal o cual vocablo contacta con su objetivo, el vocablo y quien lo usa se contaminan, se desgastan, con la destrucción subsiguiente del objeto de atribución. -aunque desde Zenón de Elea bien sabemos que el alcalde jamás dará alcance a la torrija, mucho menos a la 'Casa Panero'-. 

 

Pues entonces La torrija queda socarrada y aceitosa (Ah! le soleil... Quelle ombre de tortue / pour l`âme,,,) y la Casa de Panero convertida en estampita del "veo, veo”.

 

-¡Veo, veo!

-¿Qué ves?

-¡Una Cosita!

-¿Qué cosita es?

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.