OPINIÓN / Otra "alcaldada" del Ayuntamiento de Val de San Lorenzo contra la pedanía de Lagunas

 

 

El pueblo de Lagunas de Somoza está acostumbrado a no recibir demasiadas atenciones por parte del Ayuntamiento del Val de San Lorenzo al que pertenece. Sin embargo, los vecinos de esta localidad maragata no se acaban de familiarizar con determinadas decisiones que la Corporación Municipal valura, con su alcalde al frente, lleva a efecto de vez en cuando. 

 

La última -tal vez sería mejor decir la penúltima porque seguro que en el futuro vendrán más- pues, la última `alcaldada´ ha consistido en la ejecución de un proyecto, presuntamente, de mejora de la iluminación del pueblo. 

 

Sobre el papel, la iniciativa parece merecedora de todos los elogios. Sin embargo, cuando se comprueba el detalle de la misma, ya no es tan fácil la aceptación – y mucho menos el elogio- de lo que supone tal proyecto, aprobado en su momento, cumpliendo todos los requisitos legales, según afirma el Ayuntamiento, aunque este aspecto también podría ser discutible, como argumentan algunos vecinos de Lagunas.

 

Pero  lo que se debate ahora no son cuestiones administrativas sino las razones que han podido llevar al Ayuntamiento del Val de San Lorenzo a `sobreiluminar´ 140 metros de la calle de La Iglesia en el el pueblo, con la instalación de seis puntos de luz, cuando hay otras muchas que siguen en la más absoluta oscuridad, desde hace años, por carecer de una simple bombilla.

 

 

 

 

Por cierto, a estas calles sin ningún punto de luz hay que sumar otras que un día lo tuvieron, pero que lo han perdido por haberse fundido la luminaria o por haberse inutilizado ésta por un accidente. Concretamente, en la calle de El Trébol hace años dejó de funcionar la farola que allí existía. Pues bien, un vecino lleva años enviando escritos al Ayuntamiento pidiendo su reposición sin conseguirlo  hasta el momento, lo que resulta especialmente sorprendente cuando la Corporación valense ha decidido `sobreiluminar´ otra calle del pueblo. 

 

Es decir,  que el Ayuntamiento del Val de San Lorenzo ha vuelto por donde solía y que los vecinos de Lagunas ya se preguntan que es lo que tienen o pueden hacer para que las atenciones presupuestarias y la dotación de servicios que reciben de su Ayuntamiento se ajusten, no al nepotismo de algún regidor a tiempo parcial, sino a criterios de justicia y ecuanimidad como debería ser habitual en una Corporación que tiene que trabajar para  que todos sus vecinos puedan disfrutar de iguales niveles de bienestar porque iguales son también sus obligaciones tributarias.