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FRANCIA

Aldabonazo de Carlos Soler

El medio se obsesiona con sumar en cada minuto que tiene en el reto del PSG. “Uno no crece quedándose en la zona de confort”, insiste a sus cercanos. Su gol al Maccabi es un aldabonazo más previo a la lista de Luis Enrique.

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Aldabonazo de Carlos Soler

Carlos Soler disputó el martes en el Parque de los Príncipes algo más de 20 minutos en el partido de Champions contra el Maccabi haciendo bueno el principio de que importa más la calidad de los minutos que la cantidad. El exjugador del Valencia salió resuelto, con la intención de reivindicarse como lo viene haciendo cada vez que tiene oportunidad en la pasarela del PSG y lo hizo con su primer gol en su nuevo equipo. Tomó una decisión drástica, se marchó del Valencia, el club de su vida, para afrontar un reto mayúsculo en el que está dando los primeros pasos enfocado y con serenidad. “Uno no crece quedándose en la zona de confort”, repite a sus más cercanos.

Eligió un proyecto largo en el que se va ocupando de avanzar con firmeza. Por eso esos veinte minutos fueron tan importantes. El internacional español llegó con el tren ya lanzado, uno de alta velocidad como es un PSG en el que Galtier acometió grandes cambios. Soler ha entendido desde el primer momento el proceder que debe seguir. Entre otras cosas porque siempre lo ha hecho. Lo hizo en el Valencia. Al medio le gustó siempre respetar los códigos del vestuario. En Mestalla, por ejemplo, lo hizo con Parejo, el capitán y el encargado del balón parado y los penaltis. Aguardó hasta que llegó el momento de acometer esa misma responsabilidad y en París quiere que sea así. Lo primero ha sido adaptarse. Recientemente encontró ya casa, después de ir descubriendo poco a poco la ciudad con su pareja. Y el idioma. Ya es capaz de prescindir del traductor en algunos momentos para entender la nueva lengua. Se está aplicando y rápido.

Su fichaje se cerró a un ritmo vertiginoso. El PSG y Galtier le transmitieron que el equipo debía afrontar una temporada larguísima donde habrá oportunidades para todos con rotaciones y mucha exigencia. El propio técnico ha explicado que tiene diversas ideas para el medio español, ya sea jugando en una línea de tres centrocampistas o entre líneas, algo más avanzado. “¿Mi objetivo? Estoy muy feliz porque trabajo mucho. (…) Sabía que iba a ser complicado cuando llegué aquí. Aprovecho cada minuto que me dan. Estoy aquí para ser feliz. Era el último gol del partido, lo celebré. Estoy aquí y estoy muy feliz de haber marcado este gol”, explicaba Soler en la televisión francesa nada más concluir el choque contra el Maccabi Haifa.

En el periodo de adaptación, Soler ha encontrado, además, el apoyo de antiguos aliados como Fabián Ruiz, su compañero de habitación en la Selección Sub-21. Además, Sergio Rico y Juan Bernat, a quienes conoce de lejos, también le vienen ayudando. Al igual que un Sarabia con el que coincide en La Roja. Con el Mundial a la vista, el gol a los israelíes sirve para recordarle a Luis Enrique su repertorio. El seleccionador siempre busca centrocampistas con llegada y Soler se expresó de esa manera en la Champions. Con él, Luis Enrique lo sabe. Son tres goles en menos de 600 minutos con la Selección. Pero el último gol al Maccabi significa un aldabonazo a la espera de una lista en la que le ilusiona estar, sin perder de vista que su aventura en el PSG es una carrera de fondo.

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