Hace tiempo escuche un sermón sobre David. El predicador explicaba que cuando un león venía y le robaba una oveja del rebaño, David iba decidido a traerla de vuelta. El predicador preguntaba emocionado: «¿Por qué David iba a quitarle el borreguito al león?» La respuesta dejó impresionado a la audiencia: «porque David sabía que, si no recuperaba la primera, el león regresaría y le quitaría las demás». Más aun, el predicador hizo un salto a la actualidad diciendo, «de la misma forma, no podemos dejar que el enemigo nos arrebate una sola de nuestras doctrinas distintivas. Porque si toma una, volverá y se llevará todas las demás».

¿Te parece maravilloso? ¿Una aplicación fresca y aguda? Me temo decirte que ningún teólogo serio la aprobaría. Lo que el predicador hizo se conoce como alegorización, y es mala en todo sentido.

¿Qué es la alegorización?

La alegorización fue una técnica de interpretación bíblica ampliamente usada en edad media, pero prácticamente abandonada por los estudiantes serios de la Biblia desde hace 5 siglos. Consiste en leer el texto bíblico, y en vez de tomar el sentido literal, sobreponerlo a una situación actual.

Usar la historia de David matando al león como ejemplo para proteger doctrinas se categorizaría como alegorización, porque se ignoró por completo el personaje histórico y sus circunstancias originales. En cambio, la historia se moldeó para darle una aplicación completamente desconectada de lo que el autor de 1 de Samuel quería comunicar a sus lectores originales.

Los ejemplos de alegorización sobran: de la misma forma que Josué conquistó la tierra prometida, tu puedes conquistar el trabajo de tus sueños. Así como Jacob tuve que casarse con la hermana fea antes que con la linda, tú debes aceptar tu situación presente para que llegue el futuro deseado.

¿Por qué es mala?

Alegorización es una muy mala práctica porque amoldas el texto a decir lo que tu quieres. No te sometes a la Biblia, sino que haces que ella se someta a ti. Sin ningún parámetro del contexto original convertimos un hecho histórico en una fábula con un número infinito de moralejas.

Por ejemplo, la misma historia de David rescatando las ovejas podría re alegorizarse de las siguientes formas:

• No puedes permitir que el enemigo se lleve a uno sola persona desprotegida (huérfano, viuda, etc.), porque regresará y tomará a todos los demás.
• No debes dejar que una sola persona te haga daño, porque vendrá y volverá a hacértela al saber que no te defiendes.
• No puedes permitir que un falso hermano venga y predique una sola vez en tu iglesia, o vendrá y se llevará todas tus ovejas.
• Y así hasta el infinito

«Algunas de ellas son muy buenas», podrías pensar, » ¿qué tienen de malo?» Lo malo es que, ¡estoy diciendo lo que yo quiero, no lo que la Biblia dice! Las aplicaciones pueden ser muy buenas, pero sin un resguardo en el significado original del texto podemos hacer que lo Biblia diga lo que queramos… excepto su mensaje real. Dios no dio 66 libros como una expresión artística, para que cada quien lo interprete como quiera. ¡No! La Biblia tiene un solo mensaje, y lo que sea que prediquemos debe ser basado en el.

El consejo de Calvin

John Calvin, el exégeta por excelencia, habla fuertemente sobre los peligros de la alegorización (¡hace casi 500 años!)

«La Escritura, dicen ellos, es fértil, y produce una variedad de significados. Reconozco que la Escritura es la fuente de sabiduría más rica y exhaustiva, pero niego que su fertilidad consiste en varios significados que cualquier hombre a su gusto pueda asignar. Sepamos, entonces, que el verdadero significado de las Escrituras está en su significado obvio y natural.”

“El verdadero significado de las Escrituras es el obvio y natural”. Permite que esas palabras se asienten en tu cabeza. El significado natural de la Biblia puede parecer a algunos menos emocionante, pero es el mensaje que Dios quería comunicar a su pueblo. Volvamos al ejemplo de David persiguiendo al león: ¿cuál es el significado original? Al leer el capítulo en el que se encuentra, nos damos cuenta que David está mostrando sus credenciales a Saul. El autor quiere mostrar al pastorcito como alguien valeroso, aguerrido. Al leer el libro entero nos enteramos que este es el rey que YHWH ha ungido. Eso nos ayuda a comprender que la muestra de valor refleja a un rey ideal, que verdaderamente merece el trono. No tiene nada que ver con el diablo robando doctrinas a la iglesia.

Abandona de una vez por todas la alegorización. No tengas miedo de dudar un poquito de tu predicador o escritor favorito, si notas que su profunda «explicación» del texto bíblico no está firmemente anclado al texto original.