Marginacion social: La pobreza

Marginacion social: La pobreza

LA POBREZA:

En todas las épocas se ha indagado en las causas/efectos de la pobreza, buscando argumentos que la justificaran.

Al principio la pobreza no era problema pues se dedicaban a la subsistencia. A medida que el hombre se hace sedentario hay más personas en pobreza.

Durante la Edad Antigua y Media, las justificaciones eran religiosas y/o morales: se consideraba a los pobres dignos de ayuda, caridad, etc.,

Con el inicio del industrialismo y enfoque liberal, se consideró la pobreza como «producto inevitable de la naturaleza (que favorecía a las clases superiores) del desarrollo capitalista y del progreso social, justificándose su existencia y evitando cualquier intervención política a su favor» (D. CASADO).

En nombre y en defensa del progreso, el liberalismo se oponía a nivelar (rentas, ingresos…), por entender que extendería la pobreza a la mayoría de la población. Se defenderá el principio de supervivencia de los más aptos (la pobreza se producía «por la menor capacidad y adaptabilidad laboral de determinados grupos de trabajadores, que serían los responsables de su situación») y se afirmará «que la desigualdad social era necesaria».

A partir del S. XVI, se producen notorias diferencias en los países de tradición católica. Se crean sistemas municipales de atención a indigentes y vagabundos. La lacra del pauperismo (término que definía la situación de extrema pobreza en la cual se encontraban las grandes masas de obreros) comienza a ser una de las preocupaciones fundamentales. Subsiste la concepción de su valor y la exigencia de la limosna como medio eficaz para la vida eterna.

El humanista J. L. Vives es una de las figuras europeas más representativas del llamado movimiento humanístico del Renacimiento. Primer tratadista que enjuicia este problema en términos sociológicos, evidenciando los límites y contradicciones de la histórica concepción de la caridad. Proponían que si la Iglesia no había podido remediar este problema, fuese el «Estado quien destinase a los pobres útiles a trabajar, evitando que estuviesen ociosos y a quienes no pudiesen hacerlo, los enviase a instituciones de recogimiento (hospicios, casas de misericordia, etc)».

Durante los S. XVI al XVIII, este problema se aborda desde distintas ópticas, en un intento de ordenar la caridad. Las vanguardistas soluciones de Vives y las más drásticas de la Ilustración no logran sus objetivos. La iglesia seguirá encargándose de su asistencia hasta que el Estado decida convertirla en una de las funciones de la Administración Pública.

Posteriormente, junto a esta corriente tradicional, aparece una tendencia revisionista. El pobre es visto como símbolo de peligrosidad y subversión social, elemento transmisor de enfermedades y epidemias sobre el que se impone urgente planificación/control. Aparece como calamidad e injusticia social. Se plantea suprimir la mendicidad e iniciar nuevos caminos desde los poderes públicos porque, a sus ojos, la limosna resulta insuficiente e, incluso, perniciosa para la sociedad, y la caridad, viciada en sus inicios, solo sirvió para tranquilizar las conciencias de los ricos.

P. J. Ordóñez, en su «Monumento triunfal de la Piedad Católica» (Madrid, 1673), propone extinguir la mendicidad con Casas de Misericordia. En la línea de Vives, estima lícita su prohibición, siempre que la sociedad y los poderes públicos «les provea del vestido y alimento necesario, conforme su estado», porque «el pobre necesita del socorro ajeno y, lográndolo, cesa el pretexto de mendigar». Tarea, por tanto, que incumbe al gobierno de la República, al Estado.

Su propuesta consiste en aplicar a los vagos la normativa legal y «recoger a los pobres en hospitales con cuartos donde estén separados hombres de mujeres, y se alimenten, vistan y trabajen». Las ventajas de su reforma, serán, según su opinión, las siguientes: «Los niños con educación, los mozos con empleo, los casados con ocupación, los ancianos con asistencia, los débiles con enseñanza, los pasajeros con descanso, los peregrinos con devoción[…]».

Los ilustrados, obsesionados por solucionar de modo eficaz la pobreza, reorganizan el gobierno interior abordando este escollo con la generalización de las manufacturas y el desarrollo del trabajo.

En 1778, J. de Guevara Vasconcelos, redacta una «Memoria» que refleja la intencionalidad productiva que subyace en los hospicios, criticando su fracaso y aconsejando otras medidas.

B. Ward en su «Obra Pía» aporta para su solución integrarlos en la Sociedad y dotarles de un trabajo, sugiriendo un programa basado en encauzar la caridad, procurar la asistencia de los pobres inútiles, facilitar ocupación a los válidos y desempleados… Posteriormente, en su «Proyecto Económico», adopta una postura más dura y utilitaria donde modifica sus planteamientos. Su fin es desterrar la mendicidad, aliviar a los verdaderos pobres y procurar que los «vagos» se conviertan en seres útiles al Estado.

En los sistemas políticos contemporáneos, la pobreza, se basa en la desigualdad producida por la producción e intercambio de riqueza, servicios y bienes, que la crean y mantienen. Nace de las estructuras sociales e implica que los hombres no tienen las mismas posibilidades a obtener derechos (laborales, políticos…) y beneficiarse de los bienes y servicios existentes.

DEFINICIONES:

Pobre es alguien «que escapa a las normas sociales y culturales ordinarias y que nos molesta por ser diferente» (C.E. Pobreza…, Trab. cit.).

En sentido estricto la pobreza supone la carencia de lo necesario para sustentar, mantenerse y vivir, la falta de ingresos para poder adquirir bienes y servicios mínimos indispensables para mantener un nivel de bienestar aceptable en la sociedad.

Definir la pobreza entraña muchas dificultades al no existir un concepto válido para todos los tiempos y lugares. La pobreza referencia al contexto social en que se la define y resulta evolutiva porque se modifica al pasar el tiempo y variar las circunstancias sociales. Se define:

– Por su etimología: Del latín «Pauper»: «persona que apenas tiene lo necesario para vivir».
– En sentido estricto: «Carencia de lo necesario para sustentarse, mantenerse y vivir» (DRAEL).

Según autores:

«Situación carencial a la que llegan los individuos o grupos al no tener acceso a los bienes, como consecuencia de la desigualdad originada por las relaciones de producción capitalista y que conduce a la marginalidad» (FDEZ-UTRILLA).

«Los individuos, familias o grupos de población se encuentran en la pobreza cuando carecen de los recursos para: obtener el tipo de dieta, participar en actividades y tener las condiciones e instalaciones de vida que son acostumbradas, o al menos, ampliamente aceptadas y defendidas en las ciudades a las que pertenecen. Sus recursos están por debajo de los que disponen los individuos o familias medias y se ven, de hecho, excluidos de los modos, costumbres y actividades normales de la vida» (TOWNSEND).

«La pobreza consiste en la carencia o escasez de bienes esenciales y básicos que configuran el bienestar de una ciudad determinada: cultura, trabajo, ocio, convivencia, vivienda digna, estima, etc. como consecuencia de la desigualdad social y mal reparto de los bienes existentes» (Foessa, 1996).

Es pobre quien:

– No puede ganarse el sustento y no cuenta con remanente para afrontar las situaciones de la vida cotidiana y requiere ayuda de personas o instituciones
– No tiene y sufre por esas carencias.
«No está en condiciones de satisfacer, de forma adecuada, el conjunto de necesidades, en términos de bienes y servicios que otros, en un determinado período consideran necesarios, y carecen de recursos para vivir con dignidad».
«Carece de vivienda, trabajo, alimento, atención sanitaria… en fin, de unas condiciones mínimas de vida» (ARNAND Y ARDID).

En general, las definiciones señaladas, se sintetizan, según su especificidad:

– Identifican al pobre como carente de medios económicos, sin sustento ni remanente para cubrir sus necesidades.
– Admitir, además del económico, otros factores (sociales, afectivos, culturales, etc.).

Se pueden distinguir unas:

* Carencias primarias relacionado con la falta de bienes esenciales para el individuo como vivienda, alimento.. Para evaluar, a grandes rasgos, la situación objetiva de pobreza de una persona se debe disponer de renta, que es la suma de:
– La retribución de los factores de producción (capital y trabajo), denominado «distribución primaria» (representa la renta privada bruta).
– Las transferencias del sujeto a las administraciones públicas o privadas, en impuestos directos o indirectos, contribuciones, cotizaciones, etc. ( ahorro socializado)
– Las prestaciones sociales en dinero (pensiones o asignaciones), que es la «distribución secundaria» (representa la distribución del ahorro socializado) .
– Los bienes y servicios colectivos (vivienda, enseñanza, salud, medio ambiente, etc.), que representa la distribución del ahorro socializado.
* Carencias secundarias como acceso a la educación, cultura, ocio…

Desde que la Comunidad Europea (CE) adoptó una definición de pobreza:

«Se considera pobres a los individuos, familias y grupos de personas cuyos recursos (materiales, culturales y sociales) son tan escasos que están excluidos de los modos de vida mínimos aceptables en el Estado miembro en el que viven», y, en términos de medición, pobre es toda aquella «persona que no cuenta con la mitad de los ingresos medios por habitante de su país» (C.E. La comunidad combate la pobreza, Documentos, núm.4/87, 1987, p.3).

Desde diferentes perspectivas de análisis:

* Sociológica: «Carencia o falta de bienes […] material o no material» (FAIRCHILD); «algo deseado o muy valioso, una situación comparativamente desfavorable con respecto a otras». Incluye la idea de estrechez.
* Psicológica: «Conjunto de situaciones de abandono, derrota y pasividad que impide aprovechar las oportunidades sociales y crear una seguridad mínima alrededor del individuo, como cierto nivel de propiedad o de ahorro». Reyes Mate, «la raíz del sufrimiento humano por antonomasia, que causa discriminación, desigualdad y conciencia de injusticia».
* Estadística: Se identifica a los pobres a partir de la idea de «media» que remite a las necesidades razonables de la población y a partir de esa media relativa se mide la pobreza. En general, «una situación de ingresos muy bajos, de escaso o nulo consumo de un determinado producto o de falta de servicios mínimos en el hogar» lo que, según HARRINGTON, «impide vivir a unos niveles mínimos de bienestar y seguridad». CH. VALENTINE señala que «la pobreza es un continuum, antes que un punto sobre una escala de valores absolutos».

Pobreza es:

– Manifestación, resultado y efecto de la desigualdad social (permite acumular riqueza y poder en unas minorías a costa del empobrecimiento de amplios sectores sociales), que se expresa en la situación de desventaja de individuos, familias y grupos situados en los puestos más bajos de la escala social.
– Un fenómeno multidimensional resultado de desigualdades de diversa índole: Económica, social, educativa, cultural, de salud, pobreza personal y social cada vez más extendido
– Sinónimo de: Marginación, dependencia, situación socioeconómica desfavorable y de inferioridad; factor de marginación y aislamiento: Los pobres están en el fondo de la escala social y fuera de su estructura: Porque la Sociedad los excluye.
– «Inquietante y angustia, no sólo por la situación y el sufrimiento de quienes la padecen, sino también porque nos interpela y acusa» (D. CASADO).
– Perpetuadora de un panorama desolador: Hacinamiento, carencia de equipamiento doméstico, deterioro en la dinámica de las relaciones familiares, deficiencias educativas que impiden el acceso al mundo laboral para el que se exige cada vez mayor cualificación, etc.
– «Supone un estrato social falto de riqueza» que se denomina «clase pobre», con nivel de vida de subsistencia (HOBSBAWN).
– Tiene su origen en numerosos factores interrelacionados. Se genera en todos los ámbitos de la actividad social: Educación, Sanidad, Economía, Vivienda, Justicia, Trabajo, Cultura, etc.

Perspectivas de la pobreza:

– Perspectiva del ingreso: Una persona es pobre sólo cuando su nivel de ingreso es inferior a la línea de pobreza que se ha definido.
– Perspectiva de las necesidades básicas: La pobreza es la privación de los medios materiales para satisfacer en medida mínimamente aceptable las necesidades humanas, incluidos los alimentos. Este concepto de privación va mucho más allá de la falta de ingreso privado: incluye la necesidad de servicios básicos de salud y educación y otros servicios esenciales que la comunidad tiene que prestar para impedir que la gente caiga en la pobreza. Reconoce además la necesidad de empleo y participación.
– Perspectiva de capacidad: La pobreza representa la ausencia de ciertas capacidades básicas para funcionar, una persona que carece de la oportunidad para lograr algunos niveles mínimamente aceptables de esos funcionamientos. Los funcionamientos pertinentes a este análisis pueden variar de los físicos, como estar bien nutrido, estar vestido y vivir en forma adecuada, evitar la morosidad prevenible, hasta logros sociales más complejos, como participar en la vida de la comunidad.

El fenómeno de la pobreza no solo se define únicamente por la falta de ingresos y recursos económicos, sino que también incluye la noción de vulnerabilidad y factores como la imposibilidad de acceder a una alimentación adecuada, a la educación y a la sanidad, a los recursos naturales y al agua potable, a la tierra, al trabajo y al crédito, a la información y a la participación política, a los servicios y a las infraestructuras.

La falta de acceso a la educación y cultura bloquea el desarrollo del potencial humano. No sólo la economía es un factor de poder, también el dominio de conocimientos, la acumulación de información y saber. Y quien no posee medios de producción ni bienes culturales es víctima de una doble marginación social. La educación y la cultura de calidad pueden ayudar a los pobres a enfrentar por sí solos los difíciles problemas que sufren en el día a día. Adecuados niveles de educación constituyen un indicador esencial de la sustentabilidad social de la población pobre.

La reducción del espacio habitacional a un mínimo, reduce también a un mínimo las posibilidades de movimiento y de vida al interior de la vivienda, limita gravemente las posibilidades de convivencia familiar, impide el crecimiento individual de cada miembro de la familia…

La vivienda constituye un factor esencial en el momento de marcar el límite de la pobreza. La carencia habitacional, implica un desarraigo territorial, la falta de un lugar físico y geográfico donde instalarse para construir identidad personal y ser reconocido por la comunidad

Podemos distinguir entre: pobreza tradicional (precariedad económica, indigencia, miseria), pobreza cultural (analfabetismo, ignorancia), pobreza ecológica (calidad del habitat), pobreza rural/urbana, pobreza absoluta/relativa, pobreza de solemnidad (dependencia de los demás para sobrevivir), pobreza subjetiva (incapacidad de comunicar y entender), pobreza psicológica (abandono, pasividad), pobreza persistente (desarraigo y subsistencia en base a la mendicidad, delincuencia, prostitución), nueva pobreza (falta de aptitudes para responder a los cambios introducidos por las nuevas tecnologías), pobreza «ajena» (los pobres que se intercambian entre lugares)…

Todos los estudios coinciden en señalar que la pobreza consiste:

– En la carencia que sufre una persona/hogar por la falta de bienes y servicios considerados indispensables para cubrir las necesidades vitales: Vivienda y todo lo que comporta el alojamiento, vestimenta, alimentación, protección sanitaria, formación (escolar, profesional, universitaria), etc.
– En el grado de incapacidad para participar en todos los aspectos de la vida (social, cultural, cívica, profesional), así como en la imposibilidad de comunicarse…

En el enfoque estructural la pobreza se alinea con la definición de un miembro del Comité Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud:

«La pobreza es la manifestación de unas estructuras sociales de dominación, explotación y exclusión. Los conceptos de pobreza y desigualdad están inseparablemente ligados» (P. Caba. Medicina y pobreza. Anuario El País 1989, p.154).

– Por explotado: Sustentadores con empleo precario o sumergido, son los más idóneos para percibir los salarios más bajos o mínimos. Además, la percepción de estos ingresos es frecuentemente irregular por ser los más vulnerables a quedarse en paro ante los vaivenes de la coyuntura económica.

– Por excluidos se distinguen dos situaciones:

* La exclusión por paro, frecuentemente de larga duración o que no percibe subsidio de desempleo. Esta situación origina un descenso de los ingresos, dando ocasión al empobrecimiento colectivo de todos los familiares que conviven en el hogar.
* La exclusión de la población no propietaria que se convierte en inactiva por una serie de circunstancias (edad, etnia, enfermedad, sexo, color, etc) muchas personas se ven obligadas a depender de un sustentador en vez de «ganarse la vida» por su propia participación en el proceso productivo. Vuelve a ser evidente que el grado de bienestar/malestar al que estas personas excluidas están expuestas dependerá de si el sustentador principal que las protege obtiene una renta por encima o por debajo de la línea aritmética de pobreza.

El concepto de exclusión social fue usado por primera vez en los años sesenta en Francia por el Abate Pierre para describir la situación de marginalidad y pobreza vivida por ciertos grupos sociales dentro de un país desarrollado y próspero.

– Por estructura social de dominación: Formado por los parados y el resto de los inactivos no-propietarios, el sistema capitalista los necesita para mantener la explotación y la disciplina laboral.

No toda la marginación conlleva siempre pobreza, por la simple razón de que, como «miembros de», los individuos-marginación dependen del nivel de ingresos del sustentador principal. Sólo en el caso donde el nivel de ingresos del sustentador principal, o de la familia, sea de pobreza, los individuos-marginación sufrirán las consecuencias de la pobreza.

Tampoco se puede decir que toda la pobreza signifique marginación.

Los marginados son personas que están al margen de la sociedad debido a sus condiciones sociales, económicas, sexo, religión, cultura, raza… aun a pesar de la voluntad de estar integrados.

El desarrollo económico no implica necesariamente la reducción de los niveles de desigualdad, pobreza o marginalidad de la sociedad. El progreso debe alcanzarse de modo que se mantenga el equilibrio entre los aspectos sociales y económicos. La existencia de colectivos como los jóvenes con cargas familiares, los parados de larga duración, los inmigrantes, las mujeres y las personas con cualquier tipo de dificultad, corren el riesgo de hacer crónica su situación y, por tanto de perder las posibilidades de integración socioeconómica. Es por ello que el desarrollo industrial y económico debe encontrarse siempre acompañado de procesos de información y formación que favorezcan la búsqueda activa de empleo, evitando la desmotivación de los trabajadores y trabajadoras parados y su pérdida de contacto con el mercado de trabajo.

Sus características:

– Histórica: La pobreza ha sido diferente a lo largo de la Historia, con características propias en cada tiempo y lugar: cambia según el tiempo en que se produce y el espacio en que se materializa.
– Dinámica: La pobreza es un fenómeno en constante evolución sobre el que influyen factores económicos, culturales, políticos, etc. que se manifiestan con peculiaridades propias en cada Comunidad, grupo o, incluso, en cada individuo.
l Social: La pobreza trasciende del ámbito particular al social, porque e genera por las contradicciones del Sistema Social; su presencia produce preocupación social; se manifiesta en conductas con consecuencias sociales; se proyecta en grupos de la Sociedad y su resolución exige de diferentes actuaciones, prestaciones, servicios, etc.
– Estructural: La causa principal de la pobreza está en el sistema Social, basado en un concepto utilitarista de las persona y en una filosofía de la desigualdad. La explotación de los más débiles, marginación de los menos útiles y justificación ideológica de las posiciones dominantes, son su verdadera explicación causal.
– Carácter complejo: Presenta una estrecha relación con otros problemas, necesidades…

«Y es que el carácter dialéctico de los pobres reclama a su contraparte, que son los ricos, los que tienen el poder y control de las decisiones. Si los pobres son los oprimidos, los ricos son los opresores; si los pobres son los reprimidos, los ricos son los represores» (I. ELLACURÍA).

– Relativa: Refiere a situaciones por debajo de determinados limites (ingresos, consumo…) en comparación entre Estados y contextos (rural /urbano…). No es término unívoco con definición universal para todo tiempo y lugar… alguien es pobre o rico en relación a su entorno. El sentimiento que el hombre tiene de su pobreza refiere a su entorno existencial, intuye su lugar en el reparto social, y si este es equitativo, o no, respecto a su situación, frente a la pobreza objetiva (diferencia entre lo que el sujeto posee y recibe en términos reales, y lo que le correspondería en un reparto hipotéticamente equitativo).
– Cualitativa: La pobreza está conectada con la idea de Calidad de vida de individuos, grupos y Ciudades, implicando la satisfacción de necesidades de todo tipo (económicas, culturales, sociales…).

Para OSCAR LEWIS, algunos rasgos de la cultura de la pobreza, son:

– Ausencia de niñez como etapa especial, prolongada y protegida en el ciclo vital.
– Hondos sentimientos de marginación, desvalimiento, inferioridad o dependencia.
– Estructura débil del ego, sentido de resignación y fatalismo y creencia de la superioridad masculina.
– Iniciación temprana al sexo, falta de privacidad en la vida afectiva y predisposición al autoritarismo paterno.
– Fuerte orientación del presente: Viven en función de su ambiente inmediato, con escaso sentido histórico
– Sólo saben de sus problemas, posición, vecindario, estilo de vida y carecen del conocimiento que les permita advertir las semejanzas entre sus problemas y los de los iguales en el conjunto social (sin conciencia de clase).
– Condiciones objetivas: Niveles educativos bajos, viviendas pobres (con mínima organización de vida familiar); salarios bajos, desempleo, no ahorran ni tienen recursos monetarios, usan el prestado, fiado, compran en pequeñas cantidades para el consumo…

SIGNOS DE IDENTIDAD DE LOS POBRES:

* El Estigma de la pobreza:

Ser pobre es algo mas que una condición social. Pobres no sólo son aquellos que carecen de los medios necesarios para subsistir, sino que además constituyen una especie de «mal social» en una sociedad «sana». En otros casos la estigmatización está relacionada con la conducta «conflictiva» de determinados sectores de pobres. El estigma reproduce pobreza en la conciencia del que ya es pobre, al depositar culpabilidad sobre la condición de pobre sobre el mismo afectado.

– Tienen una propia cultura, una subcultura dentro de la cultura.
– Están desprovistos de bienes.
– Tienen unos ingresos que están por debajo de la mitad de lo que es necesario para cubrir sus necesidades básicas.
– De las personas en situación laboral activa que viven en la pobreza muchos están en paro.
– Existe un bajo nivel educativo por las condiciones de vida.
– Los cambios del mercado laboral han hecho aumentar la marginación y la exclusión dando lugar a nuevas formas de pobreza que inciden en los jóvenes, en las mujeres, disminuidos, parados de larga duración, ancianos…
– Son un colectivo que percibe su situación como una realidad permanente de la que es difícil salir.
– En las ciudades la pobreza tiene una dimensión territorial situándose en las zonas de bajo nivel como son barrios antiguos deteriorados, suburbios, chabolas, barracas…

* Estudios:

Según destaca Room (1995), existe una línea anglosajona de investigación que tradicionalmente se ha aproximado a la pobreza como un problema de bajos ingresos, de carencia de recursos. Room (1995) destaca que la línea anglosajona ha tenido problemas para incorporar plenamente la exclusión social, ya que la exclusión es un concepto multidimensional y la línea anglosajona ha venido centrando su atención en la falta de recursos y en la distribución de la renta, es decir, en una sola dimensión del problema (Room, G. (1995): Beyond the threshold. The Measurement and Analysis of Social Exclusion. The Policy Press. University of Bristol, Bristol).

El enfoque de las capacidades aboga por una visión de la pobreza como el fracaso de las capacidades básicas para alcanzar determinados niveles mínimamente aceptables. En este sentido, la preocupación principal del análisis de la pobreza es la capacidad para funcionar más que los funcionamientos conseguidos.

Por otro lado, la tradición francesa de análisis sociológico ha sido la que ha creado el término exclusión social y lo define como un proceso social que genera la imposibilidad de participar plenamente en la sociedad como ciudadano. Esta línea se centra en temas relacionales como participación social inadecuada, falta de integración social y falta de poder. Así, la exclusión social puede ser analizada en términos de la denegación (o no realización) de algunos derechos sociales. El análisis de la exclusión social seria el análisis de los patrones y procesos de desventaja en términos de educación, formación, empleo, vivienda, recursos financieros.

El punto de partida del análisis económico de la exclusión social es la combinación de lo que se han considerado habitualmente los «tres pilares de la inserción» (Aliena, 1990) («A la sombra de Speenhamland: Una perspectiva histórica para el Ingreso Mínimo de Inserción», Documentación Social, 78, pp. 71-92): vivienda, familia y trabajo. El pilar que siempre se ha destacado por encima de los demás ha sido el trabajo: Sin trabajo es imposible sostener una familia y tampoco es posible invertir en la adquisición de una vivienda.

García Serrano y Malo (1994) hacen la siguiente lectura económica de estos tres pilares: La vivienda es capital físico; la familia es capital de redes sociales; y el trabajo está en función del capital humano. García-Serrano, C. y Malo, M.A. (1994): «Consumo, ahorro y pobreza en zonas desarrolladas». Revista de Economía y Sociología del Trabajo, nº 23-24, págs. 190-197.

La relación entre estos tres pilares era la siguiente: La educación permitía la acumulación de un capital humano suficiente para obtener unos ingresos suficientes como para mantener una familia, generar un flujo de inversión que le permitía adquirir una vivienda y gracias al trabajo se obtenían derechos como el sostenimiento de rentas ante el desempleo y la jubilación.

En la nueva situación, tras el paso por el sistema educativo no es fácil obtener un empleo y, si se obtiene, puede no tener la suficiente estabilidad como para permitir formar una familia ni para adquirir una vivienda o ni siquiera para pagar un alquiler. Por tanto, el capital humano ya no es tan útil como antes para insertarse y no todos los empleos permiten una inserción social completa y estable.

Utilizando esta conceptualización, García Serrano y Malo (1996) presentan una tipología de la población en tres grupos: integración, vulnerabilidad y marginación. García-Serrano, C. y Malo, M.A. (1996): «El comportamiento económico de los excluidos: un modelo para la política social», en Pobreza, necesidad y discriminación, Fundación Argentaria-Visor Distribuciones, págs. 137-159.


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