Equilibrio entre cuerpo y mente

Equilibrio entre cuerpo y mente

Por nuestra mente pasan aproximadamente 60.000 pensamientos al día y la mayoría son negativos ¡alucinante!; Entonces, ¿Cómo podemos conseguir que tantos pensamientos estén orientados a beneficiar nuestra salud metal?

Para empezar, vamos a definir qué es la salud metal. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el bienestar que una persona siente cuando funcionan bien los aspectos cognoscitivos, afectivos y conductuales, para poder convivir adecuadamente en el trabajo y la vida personal.

Cada día somos más conscientes de que para vivir más tiempo y en las mejores condiciones físicas, hace falta cuidarse. Pero no solo físicamente, sino también mentalmente, ya que la mente influye sobre el cuerpo. En muchas ocasiones, el cuerpo enferma debido a problemas mentales sin existir un motivo físico explicable.

Los pensamientos negativos, o las situaciones estresantes que se alargan en el tiempo, provocan lesiones en las neuronas responsables del aprendizaje. Además, el cuerpo sufre alteraciones hormonales que pueden repercutir en los diferentes órganos del cuerpo, provocando síntomas físicos que no responden a ninguna explicación médica. Estos síntomas se llaman somatizaciones y los más comunes suelen ser: dolores de cabeza y de cuello, trastornos digestivos, dificultad para respirar, palpitaciones, cansancio o dificultad para dormir.

Un estado mental negativo debilita nuestro sistema inmunitario y provoca que el cuerpo sea propenso a padecer más enfermedades. Todas las personas hemos pasado por algún momento negativo en nuestra vida y de repente aparece un herpes labial, infección de orina e incluso granos y rojeces en nuestra piel. Esta es la forma en la que nuestro cuerpo está reaccionando a sentimientos negativos.

Si un órgano está enfermo, desequilibra la salud de todo el cuerpo, y por ese motivo es importante averiguar el origen de las emociones que han causado ese problema.

Según la medicina tradicional China se distinguen las emociones que afectan a los diferentes órganos:

  1. La alegría se relaciona con el corazón y el intestino delgado, que se encargan de la absorción de los nutrientes. Las personas muy sensibles pueden sufrir alteraciones de estos órganos.
  2. La ira, la rabia y la frustración están asociados al hígado y la vesícula.
  3. Las obsesiones están relacionadas con el bazo y el estómago. Suelen ser personas calmadas, pero inseguras a la hora de tomar decisiones.
  4. La tristeza y la melancolía se asocian con los pulmones y el intestino grueso. Los síntomas pueden ser falta de apetito o presión en el pecho.
  5. El miedo y la angustia están relacionados con el riñón y la vejiga. Los síntomas suelen ser dolores lumbares.

Un estudio realizado por investigadores finlandeses en la Universidad de Aalto, concluyó en qué zona del cuerpo se sienten las diferentes emociones y realizaron un mapa corporal de las emociones:

  1. El miedo se siente en el corazón y en el pecho.
  2. La ira aparece en la parte superior del cuerpo: brazos, pecho y cabeza.
  3. El desagrado o el asco se muestran en la zona del estómago y en la cabeza.
  4. La alegría es una emoción de alta intensidad, y afecta a todo el cuerpo, pero sobre todo al pecho y la cabeza.
  5. Por su parte, la tristeza es una emoción con una baja intensidad, y se nota alrededor del pecho.
Mapa de las emocoines
Mapa de las emocoines

Cómo controlar nuestras emociones

Para poder controlar las emociones en las diferentes situaciones que se nos presentan diariamente, te aconsejo que sigas está técnicas que pueden ayudarte a mejorar vida.

Reconocer nuestra emoción. ¿Dónde notas la emoción? ¿Qué sientes? Por ejemplo, imagina que tu jefe te ha despedido y no te lo esperabas. Cuando salgas de su despacho tienes que sentarte a solas, y pensar dónde sientes la emoción, ¿en el pecho?, ¿en la cabeza?, y ser consciente de qué estás sintiendo: sorpresa, tristeza o enfado.

¿Qué provoca esa emoción? En el caso del despido y la sorpresa, porque no te lo esperabas y te piensas que no estás de acuerdo y que no está suficientemente justificado, te sientes decepcionado y enfadado.

Contrarrestar esa emoción.  Estás decepcionado y triste y tienes ganas de enfadarte y gritar a tu jefe, pero si haces eso, no vas a conseguir nada positivo, vas a dar una imagen negativa y descontrolada y lo más probable, es que, comportándome así no te vuelvan a contratar.  Por lo que, después de reflexionar unos minutos, tienes que preparar un discurso en el que muestras tú disgusto y la falta de acuerdo con la decisión. Te planteas los objetivos que has cumplido y que quieres solicitar más explicaciones sobre los motivos de tu despido, de esta forma, te podrás quedar más tranquilo y mejorar tus errores en los próximos trabajos.

Después de situaciones emocionales complicadas, conviene tomarnos un tiempo, relajarnos dando un paseo, hacer deporte o ejercicios de relajación.

Al principio, dominar esta técnica es complicado, pero si aplica en todos los momentos de nuestra vida, desde los poco complicados a los muy complicados, acabaremos dominándola y nuestras emociones estarán bajo control. Lograremos sentirnos mejor y como consecuencia mejorará nuestro estado anímico y nuestra salud en general.

Voy a poneros un ejemplo sobre un seminario al que asistí. El ponente era un médico, y contó una anécdota muy interesante. Tenía una paciente con fuertes dolores de estómago y le realizó multitud de pruebas y no logró encontrar el origen de su dolencia. Le prescribió pastillas para el dolor y realizó un seguimiento de su caso. Cuando habían pasado unas semanas, la paciente le indicó que no mejoraba y el médico le preguntó en qué momentos, días u horas sentía más dolor, y ella le contesto: “de lunes a viernes, sobre todo a primera hora de la mañana”. El fin de semana el dolor disminuía mucho. No pretendo alargar la historia, por lo que os cuento el final, la señora tenía 55 años, sin estudios y no tragaba a su jefe, le tenía manía y cada vez que lo veía “se ponía mala”.  Además, cuando pensaba en dejar su trabajo, no encontraba otra salida profesional y se sentía atrapada en su trabajo. La solución que le dio su doctor fue que, ya que no podía cambiar su trabajo, que cambiase su actitud frente a su jefe. Le dijo que cuando llegase por la mañana al trabajo, le saludase con una sonrisa, que, curiosamente su jefe le devolvió. Por supuesto, no se hicieron amigos, pero la relación mejoró y su dolor, a las semanas el dolor desapareció.

Moraleja: nuestra actitud afecta a nuestra salud de forma muy importante, por lo que tenemos que aprender a gestionar nuestras emociones para cuidar nuestro cuerpo. Y por supuesto, cuidar nuestro cuerpo.

Tenemos que conocer nuestros límites y no forzar nuestro cuerpo. Cuando lo hacemos, nuestro cuerpo reacciona de formas inesperadas sin control: ataques de ansiedad, ataques de pánico…, que, curiosamente aparecen cuando estamos relajados. Nuestro cuerpo es muy inteligente, y cuando estamos pasando por la situación estresante o traumática, no “explota”, porque serían demasiadas sensaciones juntas para el cuerpo. Los síntomas se manifiestan cuando el cuerpo está más tranquilo y es capaz de asumir esa “explosión”.

 

Consejos para conseguir el equilibrio entre cuerpo y mente

Para mejorar la salud metal y, por ende, nuestro estado físico, se pueden aplicar de forma constante los siguientes consejos:

  • Expresar los sentimientos de forma adecuada. Es muy importante comunicarnos adecuadamente con las personas de nuestro entorno y si tenemos problemas o discrepancias con ellos, no guardarlas para nosotros, sino expresarlas de forma adecuada. De esta forma intentamos solucionar nuestros conflictos internos y sentiremos mejor. No expresar las emociones provoca síntomas físicos importantes, como el dolor de estómago, presión en el pecho o dolores de cabeza.
  • Conocer técnicas de relajación o realizar actividades relajantes, como por ejemplo el mindfulness.
  • Cuidar la alimentación. Partiendo de la base de “somos lo que comemos”, deberíamos comer al menos cinco piezas al día de frutas y verduras. Además, deberíamos reducir el consumo que carnes rojas y tóxicos, como el alcohol o el tabaco. Beber al menos dos litros de agua al día y tomar infusiones.
  • Descansar. Dormir como mínimo de 7 u 8 horas al día.
  • Realizar ejercicio físico. Andar por lo menos media hora al día, subir escaleras y realizar deportes que nos agraden.
  • Practicar meditación. La meditación es un entrenamiento de la mente para ser más conscientes de las emociones que sentimos y lograr así un mayor equilibrio mental. Se obtiene una mayor capacidad de concentración, calma interior y positividad. Los beneficios de practicar la meditación son: la reducción del estrés, la mejora del sueño, la reducción de la presión sanguínea y de la tensión muscular, así como una mejoría de la memoria.

 

Los pensamientos y emociones negativas enferman el cuerpo, mientras que las positivas son capaces de mejorar nuestro estado de salud.

Tenemos que aprender a gestionar nuestras emociones y si no lo conseguimos, acudir a un profesional que nos pueda ayudar. Piensa que lo más importante es tu salud y le tienes que dedicar tiempo y si es necesario dinero.

Si consigues un equilibrio entre tu mente y tu cuerpo lograrás ser más feliz y vivir durante más tiempo y mejor.

Si no logras alcanzar por ti mismo el equilibrio entre el cuerpo y la mente, reserva una primera consulta gratuita conmigo y te daré unas pautas básicas para que lo logres en un breve periodo de tiempo.https://angelpsicologo.com/cita-psicologo-especializado-en-ansiedad/

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