Hay que ser indulgente cuando deben señalarse clichés o el uso de fórmulas comunes en películas basadas en literatura de ficción para adolescentes y jóvenes adultos. La razón es que la audiencia a la cual se dirigen estas producciones muchas veces no ha tenido el tiempo de experimentar todo el trasfondo cultural que generalmente subyace e informa estas obras. Pero, con eso dicho, opino que se está volviendo muy difícil ignorar cuán vagabundo se ha vuelto todo este género.

OK, entiendo por qué debe de usarse el trillado escenario de la fantasía/ciencia ficción como una metáfora de los problemas de la adolescencia, o del idealizado ‘sistema de castas’ basado en las supuestas “clases sociales” de los colegios gringos. Esas cosas venden y venden mucho. Pero, ¿sería demasiado difícil pedirle a los autores de estos libros y películas que al menos simulen un deseo de separarse de la manada, en especial si se considera que esa es la blandengue moraleja que uno encuentra en todas estas obras? El caso de estudio de hoy es DIVERGENTE (2014), una película que adorna el conocido esqueleto del relato para jóvenes adultos contextualizado en una antiutopía de ciencia ficción con tan pocas ideas originales, que hace ver a la saga de LOS JUEGOS DEL HAMBRE como si fuera CLOUD ATLAS.

La trama: en un futuro post-apocalíptico, el planeta pareciera haber quedado tan destruido que los únicos documentos que sobrevivieron el colapso fueron una revista de Archie y un DVD de ELLA ES ASÍ (1999). Nos encontramos en las ruinas de Chicago, tras una gigantesca alambrada eléctrica que protegen a la última ciudad humana de un terror no descrito que yace más allá. Aquí los últimos miembros de la raza humana han decidido organizarse según cinco facciones, que son el reflejo de la “biodiversidad social de un colegio gringo”, según SALVADO POR LA CAMPANA. Tenemos a los deportistas, los nerdos, ¿los granjeros?, ¿los abogados? y los “chancletudos” (término que uso aquí con todo el cariño del mundo); y sí, cada facción tiene un ‘nombre futurista’ más chuzo (como es usual en estas novelas), pero no me acuerdo de cuáles eran. Quizás, lo único novedoso que Divergente trae a la mesa es que, en esta nueva versión de la vida tras el apocalipsis genérico, los buenos son los ‘deportistas’ y los ‘nerdos’ son los malos.

Nuestra heroína es Shailene Woodley, también conocida como la nueva Jennifer Lawrence (i.e.: la chica convencionalmente atractiva, pero relacionable, que se ve muy cool “pero que también te endiende, ¿no?”). Ella asume el rol de Tris, una joven que nació como parte de “los chancletudos”, pero que sueña con ser parte de ‘los deportistas’, porque a ellos les toca aprender de deportes extremos y hacer todo lo que hacen los soldados. Verán, sin importar cuál sea el trasfondo, cuando los adolescentes de Antiutopía Genérica # 4.532 alcanzan algún tipo de mayoría de edad, reciben una prueba médica que los ubica en la casta a la que están mejor adaptados… y, casi inmediatamente después, ellos también hacen una ceremonia totalmente distinta en la que tienen que elegir en cuál casta les gustaría estar…

Este… ¡¿Qué putas?! Entonces, ¿para qué demonios ocupan la primera prueba? Si todo funciona como una metáfora del proceso de escoger carrera para ir a la U, y todo el mundo tiene chance de escoger a qué dedicarse ¿para qué tratan esta decisión con la seriedad con la que se toma el filme?

Por su puesto, la respuesta narrativa es totalmente artificial, un Macguffin para mover la tontería de trama. Verán, el examen de Tris resulta inconcluso, dado que ella es divergente. En otras palabras, ella es alguien quien, para nuestra “sorpresa” (y ésto sí lo digo en el tono más insultante e irónico posible), no calza nítidamente dentro de las facciones previamente establecidas. Esto es un problema porque esta sociedad post-apocalíptica no le gusta que sus miembros sean multifuncionales. La película nunca explica satisfactoriamente por qué los divergentes son una amenaza al sistema, lo cual es una contradicción en la trama porque, tanto Tris, como su hermano, como al parecer cualquier otro cabrón en este lugar, puede unirse a la facción que les de la gana, sin importar su trasfondo personal.

En fin, el pedazo más grande de la trama involucra ver a Tris tratando de superar las pruebas de ‘los deportistas’, con secuencias que parecieran copiadas de Starship Troopers, Ender’s Game, etc… Todo esto mientras los personajes pacientemente esperan que sus arcos narrativos empiecen a desarrollarse, sólo para ser resueltos en alguna de las dos (o tres) secuelas que siguen. Entre estos individuos tenemos a Theo James como ‘Sexy Interés Amoroso de Tris’, Zoë Kravitz como ‘Amiga Negra’ y a Miles Teller como ‘Nuestra Versión de Draco Malfoy’. El gran problema de este capítulo es ver como Tris evita que se conozca su condición como divergente. Con este fin, ella resuelve superar sus pruebas al estilo ‘deportista’ (i.e.: golpeando gente y cosas), y evitando ser multifacética en la resolución de problemas, pues, al parecer, el superpoder de los divergentes es ese: que uno sabe hacer más de una cosa. Todo esto a pesar, de que todos los adolescentes que conozco son perfectamente capaces de cambiar la dirección de sus vidas, haciendo uso de una gama de habilidades.

Esta trama avanza reclutando muy poco interés del público, hasta que Tris y ‘Sexy Interés Amoroso’ (quien también es divergente, y como bono narrativo de +2 para sus puntos de romance, también tiene un papá abusivo) descubren una conspiración malvada a cargo de la líder del Equipo Nerdo (interpretada por Kate Winslet), que implica usar a las tropas de ‘los deportistas’, por medio de controles mentales, para masacrar al Equipo “Chancleta”, y tomar control del gobierno. Por algún inexplicable motivo, los divergentes son inmunes al control mental, depende de Tris e Interés Amoroso salvar a todo el mundo en un aburrido tiroteo.

Las actuaciones son normales para una película de este tipo, no son malas pero tampoco algo que valga la pena recordar, lo cual es lamentable si se considera el talento contratado para la cinta. Como dije, Kate Winslet hace acto de presencia en la cinta en lo que podría considerarse como un cameo glorificado; hecho que marca su adhesión a la extensa Hermandad de Buenos Actores Británicos que han decidido cobrar el “cheque fácil para profesores de Hogwarts”.

En síntesis, la vagabundería del contexto narrativo y del guión está presente a lo largo y ancho de la producción de DIVERGENTE. Ésta no es una revelación para este tipo de adaptaciones, pero aquí la pereza es bastante más notable. Consideren: LOS JUEGOS DEL HAMBRE al menos deciden construir escenarios, desarrollar vestuario y efectos especiales que permiten dar vida a una sociedad que representa una idea relativamente clara del futuro. En cambio, Tris y compañía no les queda de otra que correr a través de sets baratos que representan de la forma más genérica posible, el imaginario fílmico de una ciudad arruinada. Para una película que habla sobre cómo escapar del conformismo social, Divergente no tiene una pizca de interés de separarse del camino predispuesto por la fórmula.

4/10-INFERIOR

DIRECCION: Neil Burger. GUION: Evan Dougherty y Vanessa Taylor (basada en el libro “Divergente” de Veronica Roth. FOTOGRAFIA Alwin H. Küchler. EDICION: Richard Francis-Bruce y Nancy Richardson. ACTUACION: Shailene Woodley, Theo James, Ashley Judd, Jai Courtney, Ray Stevenson, Zoë Kravitz, Miles Teller, Tony Goldwyn, Maggie Q., Ansel Egort y Kate Winslet. DISTRIBUCION: Lionsgate y Summit Entertainment. PAIS: Estados Unidos. DURACION: 139 minutos.