Alivianar la carga de tu superior. Liderar a tu jefe

Hoy quiero abordar el segundo principio de Liderar a tu superior: Alivianar la carga de tu jefe, es decir, ayudarle a llevar el peso de liderar.

Si ayudas al líder a levantar su carga, ayudas al líder a triunfar – John Maxwell

Cuando ayudas a otro a levantar su carga, no sólo estás mostrando tu compromiso con tu organización, sino que ganas gran notoriedad.  El resultado es que los demás querrán devolver el favor y esta reciprocidad, aumenta tu valor y tu influencia y mejora la productividad en general.

¿Cómo liderar a tu superior?

 Te presento varias formas de alivianar la carga de tu superior como una buena forma de liderarlo: 

Comienza haciendo bien tu trabajo: Deja de ser una carga

Esto es algo que agradecen mucho los superiores. Saber que un trabajo delegado en ti, es un trabajo cumplido a cabalidad. Saber que sigues los temas y los mantienes pendientes hasta darlos por terminados. En este punto de hacer el trabajo bien hecho, intervienen dos factores: la Responsabilidad y la Autonomía:

• Responsabilidad:

¿Cumples a cabalidad y con excelencia tus funciones? ¿Puedes decir que tu trabajo es excelente, incluso cuando nadie te supervisa?
Cuando se da la vuelta tu jefe o estás solo: ¿sigues haciendo lo que deberías? O ¿te pones a navegar en las redes, a hacer charlas más largas con tus compañeros de trabajo?

• Autonomía:

Es el grado de conocimiento y expertise que tienes al hacer tu trabajo. La autonomía te da seguridad en tu desempeño, además de brindarte la confianza de tu jefe.
¿Eres autónomo en tus funciones? ¿O te acostumbraste a que otras personas te digan qué hacer o tomen las decisiones por ti?

Acostúmbrate a estar cómodo en lo incómodo

Alivianar la carga de tu superior incluye hacer lo que otros no quieren, porque prefieren estar cómodos. Esto supone hacer más de lo esperado y hacer tareas que no están incluidas en la descripción de tu cargo.

Aunque tu jefe no te lo diga, es consciente de que estás haciendo un esfuerzo mayor por él y por tu equipo y esto te redundará más temprano que tarde, en tu favor.

¿Qué tanto estás dispuesto a extralimitarte en tiempo y en funciones?

Provee soluciones cuando aparezca un problema o un desafío

Como comentaba en la publicación anterior, intentar responder primero a nuestras propias dudas de tal forma que podamos aportar soluciones y alternativas a los retos que se nos presentan.

Cuando nos acostumbramos a buscar entre el sinfín de alternativas que existen para un único problema, nuestra mentalidad se expande y cada vez vemos menos problemas y más posibilidades.

Si quieres saber qué tan bien te estás desempeñando en este punto, puedes hacer el siguiente ejercicio: la próxima vez que te reúnas con tu jefe, revisa del total de los temas que van a discutir, cuál es el porcentaje de los temas que son problemas o quejas por tu parte.
¿Cuántas posibles soluciones llevas para que él elija la mejor, si no está en tus manos la decisión?

Si quieres más ideas sobre cómo liderar a tu superior, las dos semanas anteriores hablamos sobre cómo para hacerlo, primero tienes que liderarte a ti mismo: gestionando tu persona en cuanto a niveles de energía, tus emociones y tus palabras y también gestionando tus recursos con: enfoque, prioridades, manejo del tiempo tuyo y cuidado con el tiempo de tu jefe para que él entienda que es valioso para ti.

Espero que me compartas qué te ha parecido este post y cómo te ha ayudado en tu día a día.