El abstencionismo electoral es la opción «A» del sistema

El abstencionismo electoral es la opción "A" del sistema
Estudios de campo arrojan que solo el 20% de los electores sabe que la próxima elección es el 4 de junio del presente año

En el Estado de México, desde la época de Arturo Montiel Rojas frente al Comité Directivo Estatal, que es cuando se perfeccionó el uso de estructuras de promoción y defensa del voto, se empezó a observar el porcentaje de participación ciudadana como una variable a considerar en las contiendas electorales cerradas.

El mismo personaje vivió en carne propia la presión de un adversario que casi le arrebata la gubernatura. Corría el año 1999, cuando se enfrentó al panista José Luis Durán Reveles, a quién derrotó por estrecho y cuestionado margen.

Cuentan los que vivieron las horas previas al cierre de las casillas, la tensión e impotencia que provocaba en el cuarto de guerra priista que la gente siguiera saliendo a votar.

De ahí en adelante, el abstencionismo es algo con lo que se ha jugado para preservar el poder. Muchas historias se cuentan de cómo se rogaba a Dios para que lloviera y parara el flujo de las personas que se dirigían a las urnas.

Una de las principales causas del abstencionismo electoral es la falta de interés que la ciudadanía muestra en los comicios. Esto obedece, entre otras razones, a la poca credibilidad que se tiene en la institución que guiará la elección.

En el proceso electoral actual para renovar la gubernatura, estudios de opinión serios indican que al preguntar a los encuestados «cuando piensa en elecciones, ¿qué emoción le produce?», un 55.8% responde que una suma de apatía, enojo y frustración.

Adicionalmente, también estudios de campo arrojan que solo el 20% de los electores sabe que la próxima elección es el 4 de junio del presente año.

Lo anterior, genera que las personas no salgan a votar. Además, si se propicia violencia en redes y declaraciones por parte de actores políticos, fake news, manipulaciones y la autoridad electoral no hace su trabajo de difusión, lo que se tiene como consecuencia es un caldo de cultivo propicio para que el abstencionismo sea mayor, beneficiando a quien detenta el poder.

A menor participación ciudadana, mayor posibilidad de que las estructuras de los partidos -principalmente el gobernante- triunfen.

Es decir, que una vez más pocos decidan el destino de muchos, de ahí la exigencia de que las autoridades electorales dejen de ser complacientemente omisas y hagan un efectivo trabajo de promoción.

Pero nada superará el apoyo de medios de comunicación independientes y socialmente comprometidos. Así que corra la voz, el próximo 4 de junio hagamos que nuestra voluntad se sienta.