Leonor Watling en la trigésimo segunda gala de los Premios Goya
Leonor Watling en la trigésimo segunda gala de los Premios Goya / GTRES

Leonor Watling (‘Chinas’): «Estas historias merecen ser contadas»

El lunes 2 de octubre en los Cines Verdi de Madrid pudimos entrevistar a parte del equipo de la nueva película de Arantxa Echevarría ChinasCon Leonor Watling pudimos tratar los temas que están implícitos en el largometraje.

En el nuevo trabajo de la directora vasca, Leonor interpreta a una madre que adoptó a una niña china y que quiere que su hija mantenga las raíces de su país de origen.

P: ¿Qué has aprendido en esta película?

LW: He aprendido a decir hola, gracias y adiós en chino. He aprendido a mirar un poco más allá de una comunidad con la que convivimos desde hace mucho con la que no nos mezclamos mucho. He aprendido mucho de ellos.

P: ¿Se pueden imponer las identidades?

LW: No. No funciona. En esta película se habla de una familia china que tiene un bazar, cuyas hijas ya han nacido aquí y de otra que tienen una hija adoptada china,  sin ninguna relación con su país de origen más que sus rasgos físicos. La madre de la segunda (mi personaje) se enfoca mucho en que su niña aprenda mandarín, que no olvide sus raíces; mientras que el padre cuestiona esto considerando que a lo mejor esta es su cultura. También la madre es la que le quiso mantener el nombre chino, aunque la hija no lo quiere por ser demasiado difícil y con el que no está comoda. Es una conversación muy interesante.

P: ¿Qué diferencia ves que existe entre ser de un lugar y sentirse de un lugar?

LW: ¿Qué significa ser español? Por poner un ejemplo: somos apasionados. Como los italianos o los colombianos. Si lo vas deconstruyendo, se diluye.

No sé quién dijo eso de «el narcicismo de las pequeñas diferencias». Los pueblos que están al lado se caen fatal. Pasas por al lado de dos pueblos y piensas que son iguales, pero tienen muy claro su identidad, su procedencia y su diferencia con el otro.

Chinas (2023) - Filmaffinity
Una escena de ‘Chinas’ (Foto: A contracorriente Films)

P: En la película también se trata cómo existe una falta de conciencia de los países que acogen sobre los países de los acogidos.

LW: Arantxa dice que se habla mucho de integración, que está bien, pero muy poco de convivencia, que hace falta de ambas partes. Yo me reía mucho cuando le decía que yo llevaba el colonialismo en mis venas al ser española e inglesa. Cuando me hablaban de integrarse, pensaba en los ingleses en la India, o los españoles en Filipinas, o los franceses en cualquiera de sus colonias. ¿Así cómo te vas a integrar?

P: En la rueda de prensa que diste en el Festival de San Sebastian, decías que, como madre, el desarrollo de la sexualidad por las redes sociales te preocupaba.

LW: Creo que las redes sociales tienen su culpa, pero sobre todo el acceso a Internet sin control y con unos algoritmos completamente descontrolados. Por ejemplo, a un niño lo que más gracia le hace es la palabra ‘culo’, buscas eso y lo primero que te sale es muy heavy. No tienen educación sexual y no saben cómo reaccionar a productos directamente pornográficos.

P: Como madre, ¿qué modelo seguirias de los que se presentan en la película?

LW: No hay una receta única. Arantxa hizo una gran labor documentándose y preguntando en asociaciones de este tipo y es una de las dificultades: abordar que no vienen de la nada, sino de un lugar diferente de en el que están viviendo. Algunos no quieren. Yo creo que depende de escucharles.

P: ¿Crees que esta película puede ser un referente en el futuro para las familias que adoptan niños extranjeros?

LW: Me encantaría. Me haría mucha ilusión que fuera un primer contacto de representatividad, ese término tan en boga. Es algo que nos enriquece mucho como sociedad y sus historias merecen ser contadas. Quiero que sea una puerta que se abre para el conocimiento de sus realidades.

La película consigue abrir los ojos con mucha compasión y con una cosa maravillosa que tiene Arantxa: la comprensión. Escucha mucho para que el espectador pueda entenderlo. Y creo que lo consigue una vez más en su cine. Porque mis tradiciones anglosajonas han sido muy fáciles de asimilar en España, se veían como guay, pero la china cuesta más porque en nuestra escala de valores están más debajo.

P: Arantxa consigue transmitir de una manera muy pura y sin juicios la realidad ¿Lo ves así?

LW: Sí. Hay algunas escenas que yo siento que estoy mirando por una ventana porque siento mucha curiosidad por saber como viven detrás de esas puertas.

P: Naciste en España, pero tu ascendencia es inglesa. ¿En algún momento sentiste lo que pueden sentir las niñas chinas de la película?

LW: No, es lo que te decía. Sí que sientes prejuicios pero era otra época. Ahora vas a Londres y puedes comprar lo mismo en Madrid que en la capital inglesa. Cuando yo era más pequeña todo era distinto. Como ya te he dicho, desde la óptica española, lo que venía de Inglaterra molaba.

P: Por último ¿Por qué tienen que ir nuestros lectores a ver la película?

LW: Un saludo, gracias por leer sobre cine. Yo creo que deben ir porque es una película maravillosa, muy divertida y disfrutable. Además, si eres un poco curioso te encantará, porque ves muchas cosas que no son fáciles de ver.