ALGO MÁS, SOBRE LA «REFORMA DEL ESTADO» 

La “reforma del estado”, su achicamiento ha sido funcional a la libre inversión y a los bancos, que han visto crecer ampliamente sus ganancias financieras con esta política macroeconómica

En estos días se han desarrollado importantes conflictos en la vida nacional, lo que muestra que la vida de los trabajadores no está de acuerdo a las necesidades económicas que le impone el sustento y las necesidades de su familia.
En estos días además se ha conocido de nuevas designaciones de altos sueldos en lo concerniente al comercio exterior, por parte del gobierno nacional, así como el mantenimiento de una amplia gama de medidas financieras que están anticipando el sostenimiento de una política, lo que constituye un verdadero contraste con la actitud del gobierno con las maestras y profesores.
Es notorio que la tan proclamada “reforma del estado”, tiene una concepción propia del capital financiero, que reside en que el estado que regula, ocasiona gastos, pero cuando los bancos se funden y tienen que ser rescatados allí aparecen los dineros públicos, que pagan con sus salarios e impuestos los trabajadores, para salvar las aventuras del capital financiero.
Ahora le ha tocado a la educación, en un conflicto sin precedentes en los últimos años, donde también esta es parte de la “reforma del estado”, sí, del achicamiento del estado, y de las nuevas proyecciones que tiene el impacto de ello en la enseñanza pública.
La reforma del estado, está precedida de una amplia gama de privatizaciones, o de ceder partes de la vida pública lo que es más o menos lo mismo. Ello es sin duda una de las mayores exigencias del capital internacional, y también de los grandes empresarios locales, que en su afán de ganancia retrasa a sectores sociales muy amplios especialmente a los jóvenes.
Las privatizaciones, han promovido que crezca un importante nivel de inversiones, y el estado ha sido uno de los grandes objetivos financieros de estas inversiones en el área pública.
No hay más que observar, la salud, la enseñanza, la vivienda, o también los recursos naturales y que es lo que está sucediendo allí y en nuestro país.
Es cierto, que el viejo Uruguay liberal, ha agotado sus expresiones políticas y económicas, y necesita otras.
Pero en la época actual, cuando se necesitan grandes respuestas para las necesidades populares no resueltas, resulta una quimera golpear al estado para que el capital y los grandes propietarios privados, resuelvan los problemas del desarrollo.
Por éste camino, el gobierno ha optado por depositar a los grandes inversores de capital, a las zonas francas y exportadores las principales orientaciones económicas del país, mientras los trabajadores continúan empobreciéndose y ver esfumarse la riqueza que crean sus manos, en manos de grandes inversores privados.
Muy poco han dicho los sindicatos oficiales sobre éste proceso, de pérdida de vida social y productiva, que redunda en beneficio de unos pocos.
La “reforma del estado”, su achicamiento ha sido funcional a la libre inversión y a los bancos, que han visto crecer ampliamente sus ganancias financieras con esta política macroeconómica. En todo este tiempo además han subido los impuestos, para resolver los problemas financieros, en forma formidable, sobretodo a los efectos de mantener las exigencias del endeudamiento.
Pero si se toma en cuenta, las reformas que se han producido con la DGI, el BPS, y el amplio proceso de actualización tecnológica, la “bancarización”, en algunas de las esferas de la vida social, han llevado a una mayor alienación de las nuevas generaciones y sujeción política.

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