Cantabria
San Martín de Elines
(Valderredible)
42º 49,739'N ; 3º 52,154'O
Es uno de los edificios más
importantes de la zona y su esbeltez y riqueza escultórica nos hace pensar que
ya desarrollaba un papel importante en la edad media. Desgraciadamente
se han perdido buena parte de los documentos que nos hablaban de este
edificio, que primero fue monasterio y después colegiata. Según los pocos
documentos conservados, era de patronato particular y se encontraba dentro de
la diócesis de Burgos. También sabemos que en 1165, Alfonso VIII donó al abad
de
Nelines, las villas de Repentidos y Espinosilla.
En 1925 se descubrieron en el muro norte
del claustro dos ventanas de un edificio anterior, probablemente la antigua
iglesia prerrománica, que se derrumbó el año 1102.
El arco de herradura está practicado en
un sillar, que está bellamente decorado con motivos vegetales y motivos de
soga.
También hay restos de este antiguo
templo en el sector del cementerio, donde se pueden ver dos arcos de
herradura, actualmente cegados.
También observamos una estancia, muy
deteriorada y cubierta con una bóveda apuntada, de factura posterior y que
necesitó ser reforzada por dos arcos formeros adosados a los muros
laterales. Estos y la bóveda todavía conservan fragmentos de pintura, que
reproducen sillares. En el interior de algunos vemos estrellas dibujadas.
En el muro más occidental, vemos un
calvario, donde se representaba a Cristo crucificado entre los dos ladrones,
María y san Juan. Desgraciadamente, Dimas, el buen ladrón, ha desaparecido
casi por completo y sólo vemos parte de sus piernas. Son pinturas de carácter
popular.
La colegiata fue perdiendo su poder e
influencia a partir del siglo XIV, hasta que el tercer marqués de Aguilar de
Campoo, que a su vez era embajador extraordinario en los Estados Pontificios,
pidió al papa Paulo III que conviertirtiera en colegiata la iglesia de San Miguel,
situada en medio de Aguilar de Campoo. También pedía que fueran suprimidas las
comunidades de Castañeda, Escalada y San Martín de Elines y anexadas a la
nueva colegiata.
Este es un templo monumental, que
destaca por sus proporciones y por sus detalles. Está formado por una sola
nave de poco más de diez metros de altura y nueve de ancho.
Creemos que el proyecto inicial
contemplaba cubrir la nave con una bóveda de piedra reforzada con arcos
fajones, a juzgar por las pilastras que encontramos en los muros laterales.
Probablemente no se atrevieron a crear una bóveda tan ancha y alta y terminaron
el templo con una cubierta de madera.
Pero cuando se acaba la nave nos
encontramos con uno de los grandes tesoros que esconde este templo: Cuatro
grandes columnas circulares sirven de apoyo a los arcos torales que delimitan
una especie de crucero, sin que exista una nave transversal, que está cubierto
con una cúpula.
Esta se ha vuelto a pintar recientemente
imitando los motivos que se habían conservado en algunos pequeños fragmentos.
Las cuatro grandes columnas tienen unos
capiteles igualmente monumentales y esculpidos. Si nos fijamos en el capitel
más cercano a la nave del lado sur vemos que está dedicado en parte a la
matanza de los inocentes. Vemos esculpidas madres desconsoladas y soldados
cumpliendo las órdenes del rey Herodes, también representado con una lanza en la
mano. En la cara orientada hacia el ábside se ve a María con el Niño en el
regazo recibiendo la visita de los Magos de Oriente. El cimacio está decorado
con unos entrelazados que van generando espacios interiores romboidales.
El otro capitel de este arco tiene
representados a dos leones enfrentados. Justo encima del punto donde se
confrontan las dos cabezas, vemos otras tres cabezas,
la central humana y las de
los lados también de león. En la mitad del capitel más cercano al ábside vemos
un gran león luchando con un hombre, Sansón que está cogiendo la boca del león
con sus manos. Esta bestia tiene una cabeza humana en las patas delanteras.
Completa la escena una cabeza de animal indescifrable que encontramos junto a
la de Sansón. Su cimacio también está decorado a base de entrelazados, que en
este caso crean espacios interiores romboidales.
Nos situamos ahora en el otro arco
toral y volvemos a fijarnos en el del lado derecho. Vemos dos leones que están
devorando a dos personajes, que parecen niños. El resto del capitel está
decorado con piñas y volutas. El cimacio en este caso tiene dos motivos
escultóricos diferentes: en la parte de los leones vemos palmas, mientras que
en la otra parte se representaron parejas de pelícanos, grajos y grúas.
El último capitel tiene representada
una escena con dos leones, entre los que hay un personaje. Algunos estudiosos
la han identificado como Daniel y los leones, pero la presencia de unas alas
junto a la cabeza de la figura humana no cuadraría con esta temática. Al otro
lado del capitel encontramos un hombre luchando con un león, que parecería
Sansón, pero nos sorprende que se represente esta escena en dos capiteles. El
cimacio está decorado con motivos vegetales.
Los muros laterales que hay entre estos
dos arcos torales están decorados con una gran arco ciego doble, que descansa
en los capiteles y pilares circulares. Por debajo de éste, encontramos otro
arco, que se apoya en columnas adosadas con capiteles esculpidos. En el arco
del lado norte vemos el capitel izquierdo decorado con bestias de aspecto
simiesco, un hombre y un león, que coge con la boca una cuerda. Esta cuerda la
tiene cogida también el personaje humano. El otro extremo de la cuerda está
rodeando el cuello de los simios, que están sentados. El capitel derecho
presenta a dos leones enfrentados con la cabeza única en el ángulo.
El arco del lado sur tiene la misma
estructura, si bien en su interior tiene dos arcos ciegos. El arco principal y
los dos más pequeños descansan en dos columnas adosadas, con los capiteles
esculpidos. En el lado izquierdo hay esculpidos dos leones enfrentados bajo
volutas, mientras que el derecho es de temática vegetal.
En el muro norte, bajo este arco
encontramos una ventana, bellamente decorada con una arquivolta que descansa
en dos columnas. En el capitel de la izquierda vemos unos entrelazados,
volutas y pequeñas cabezas de animales. En el de la derecha se representaron
palmetas, volutas y también algunas cabezas de animal. Actualmente la ventana
está cegada.
Por debajo de la ventana, encontramos
la puerta de la sacristía. Por el lado de la nave no presenta ninguna
decoración, pero por la sacristía podemos ver una arquivolta apoyada en dos
capiteles y las respectivas columnas. Ambos tienen temática vegetal. En el del
lado derecho también vemos algún cabeza humana. Probablemente era la puerta
que comunicaba la iglesia con el cementerio.
Tanto el presbiterio como el ábside
están decorados con un conjunto de arcos ciegos. En el caso del tambor
absidal, éstos están distribuidos en dos registros. Todos son de medio punto y
descansan en columnas con los capiteles esculpidos. Los del presbiterio son
más simples que los del ábside.
En el lado norte del presbiterio
encontramos un capitel muy dañado por la acción del hombre. Debido a los
golpes de martillo que ha sufrido, nos resulta imposible deducir que se quería
representar, pues sólo podemos ver lo que queda de varias figuras humanas. El
capitel central, a pesar también de haber sufrido numerosos desperfectos,
conserva en buen estado el lado izquierdo donde se representaron a pelícanos,
que se pican a sí mismos. El tercer capitel tiene esculpida una figura humana muy
mutilada, de la que vemos que está en actitud de bendecir con la mano derecha.
La rodean cuatro leones, que parece como si estuvieran lamiéndole. Se ha
interpretado como la escena de Daniel y los leones.
Por encima de estos arcos, encontramos
una imposta decorada con un ajedrezado. Por encima de la moldura se abre una
ventana, decorada con una arquivolta con columnas, que tiene sus capiteles
esculpidos. El del lado izquierdo presenta una decoración a base de
entrelazados, mientras que el del lado derecho es de tipo vegetal. Rodea el
arco de medio punto un guardapolvo ajedrezado. Por encima de la ventana,
encontramos otra moldura, en este caso decorada con palmas.
En el lado sur del presbiterio se
repite el esquema de dos arcos ciegos apoyados en tres columnas. El capitel
izquierdo presenta una decoración con dos leones enfrentados. En los ángulos
superiores vemos cabezas humanas. El capitel central está decorado con unos
entrelazados. En el tercer capitel vemos a dos personajes totalmente rodeados
por serpientes.
Como en el caso del muro norte, por
encima de los arcos hay un espacio delimitado por una imposta ajedrezada
(inferior) y una decorada con palmas (superior) en el que se abre una ventana.
Esta fue modificada para proporcionar más luz al presbiterio, eliminando
completamente su decoración románica.
Como hemos comentado, el ábside también
está dotado de estos arcos ciegos, si bien están organizados en dos registros.
En el inferior podemos encontrar cinco capiteles donde descansans los arcos.
Estos, como los del presbiterio, han sufrido diversas mutilaciones. El primer
capitel, si empezamos el recorrido desde la izquierda, tiene esculpida en su
parte izquierda a un personaje que parece estar volando y que tiene sus manos
sobre un león, que está enfrentado con otro león situado en la cara central .
Ambos se dan la pata derecha. En el otro ángulo volvemos a encontrar a dos
leones enfrentados, que han perdido la cabeza. Encima del cuarto león,
encontramos una figura "volando" como en el caso del primero. Encima del
segundo y tercer león vemos a dos personajes desnudos, parecen niños, que
huyen de la cabeza de una bestia que quiere engullirlas.
El segundo capitel es de factura mucho
más tosca. Tiene esculpido un león en cada cara, encima del cual hay cinco o
seis perlas. Bajo el león de la cara central hay esculpida una espiral.
El tercer capitel está bastante
deteriorado y se han perdido las cabezas de las bestias representadas. En el
ángulo izquierdo vemos a dos leones enfrentados. El que ocupa la parte central
del capitel tiene la cola que le sale por debajo del vientre y sube hacia
arriba enroscándose con la de otro león, situado a su derecha y de menores
dimensiones. Este león abraza a otro situado en la cara derecha del capitel.
El siguiente capitel es mucho más simple
y es de temática vegetal con también bolas esculpidas.
El último capitel de este nivel
inferior tiene representaciones figuradas. En el lado izquierdo podemos ver a
dos personajes armados con lanzas, que parecen estar luchando. Uno de ellos
introduce la lanza en la boca del otro. Al lado hay un personaje que apoya su
mano en la cabeza de un niño desnudo. Ya en la cara central del capitel
encontramos otro personaje que también apoya su mano en la cabeza de este
niño. Un quinto personaje intenta atacar con un arma blanca al anterior. Se
completa la decoración del capitel con una lucha cuerpo a cuerpo entre dos
jóvenes.
En el nivel superior tenemos cinco
arcos, en tres de los cuales se abren las ventanas que iluminan el interior
del ábside. Los cinco arcos están reseguidos por un guardapolvo que esta
decorado con un ajedrezado en los dos arcos de la derecha, mientras que los
demás tienen esculpidas palmetas.
En el capitel de la izquierda vemos un
águila con las alas abiertas, mutilada. El segundo presenta una decoración a
base de entrelazados. El tercer capitel también tiene entrelazados que rodean
a piñas.
El cuarto capitel es de temática
vegetal con palmetas rodeadas por sus tallos. El siguiente capitel está
decorado con grandes piñas, mientras que el último está decorado con
entrelazados y alguna flor.
En el ábside podemos contemplar los
únicos restos de pintura románica conservadas en Cantabria. Se conservan en
dos espacios diferentes y pese a ser dos pequeñas muestras, nos hacen imaginar
en el espectáculo visual que generaban cuando fueron pintadas. En el extremo
sur del ábside se conservan las imágenes de dos apóstoles, un encima del otro.
El superior se ha conservado casi de forma íntegra. A su izquierda podemos ver
un pequeño fragmento de lo que parece un capitel. Probablemente el apóstol se
encontraba debajo de un arco de medio punto apoyado en dos columnas. El otro
apóstol no ha tenido tanta suerte y sólo se ha conservado su busto.
También podemos ver restos de pintura
mural en dos arcos de la galería inferior. Uno de los cúales ha sido repintado
durante la última restauración. En él vemos una paloma que baja hacia una copa
(rehecha casi en su totalidad) y que está flanqueada por dos águilas.
En el arco se conserva un fragmento de
una cenefa vegetal.
El otro fragmento no ha sido repintado
y cuesta ver lo que se representó. Sólo se pueden ver algunas aves, una de las
cuales parece estar boca abajo. También conservamos un fragmento de cenefa en
el arco.
Otros restos de pintura mural, si bien
de época posterior, los encontramos junto a una credencia del presbiterio. Se
trata de pequeños restos de pintura que simulan la forma de sillares.
En el ábside podemos ver varias
esculturas, de las cuales sólo dos son de época medieval. Fueron talladas en
el siglo XIII y representan a San Pedro ya San Andrés.
En el lado sur de la nave vemos una
imagen moderna de Santiago, colocado encima de un antiguo capitel decorado con
bolas y volutas.
También encontramos decoración en el
exterior del ábside. Está dividido externamente en tres calles gracias a dos
columnas, que se alzan sobre un podio.
Cada una de estas columnas está
rematada con un capitel bajo la cornisa. El primer capitel tiene representado
a Daniel en la cara central dentro de un arco de medio punto y los leones en
las caras laterales. El otro capitel es mucho más simple y tiene esculpidas
piñas en la parte superior.
En cada uno de los espacios en que se
divide externamente el ábside se abre una ventana. La norte y la central están
más trabajada que la sur.
La del lado sur está formada por una
ventana de medio punto. Los laterales y el arco están decorados con dos líneas
paralelas a modo de bocel. Recorre el arco un guardapolvo ajedrezado, que
sigue por el tambor absidal a modo de imposta. Rodeando a la ventana
encontramos una arquivolta ciega, decorada con un guardapolvo esculpido con
flores. La arquivolta está apoyada en dos columnas, con los capiteles
esculpidos. El del lado izquierdo es de tipo vegetal, con volutas, flores y
bolas. También tiene temática vegetal el del lado derecho, pero mucho más
básico.
La ventana central es más elaborada. El
arco exterior está decorado con un guardapolvo esculpido con palmas y otros
motivos vegetales. Los capiteles en que se apoya este arco están decorados con
motivos vegetales.
La ventana en este caso, está decorada
con una arquivolta, que se apoya en dos columnas con capiteles esculpidos. En
el del lado izquierdo vemos a leones enfrentados, mientras que en el lado
derecho hay dos personajes tocando el cuerno. Estos están dirigidos hacia una
cabeza humana que hay en el ángulo del capitel. Su cimacio es diferente a
todos los demás, pues está hecho con motivos ondulantes de tradición visigoda
y en un tipo de piedra diferente. Algunos autores creen que podría haberse
aprovechado de una edificación anterior.
La ventana del lado norte tiene la misma
estructura que la central, si bien todos los capiteles son de temática
vegetal.
La cornisa, que encontramos bajo el
tejado del presbiterio y del ábside, está decorada con un motivo de soga. Esta
se apoya en canecillos, también esculpidos. En el muro sur del presbiterio
encontramos el primer canecillo decorado con tres rollos, el segundo, según
algunos autores, tenía esculpida a una mujer dando a luz, pero está bastante
mutilada y no acabamos de ver si es realmente así. La siguiente tiene dos
rollos con una especie de lazo y pequeñas volutas en los laterales. A
continuación vemos a un animal que con las patas delanteras tiene sujetada una
presa, otra bestia con la cabeza girada hacia el este, un monstruo que engulle
a un hombre y una pareja, que parece abrazarse, aunque algunas fuentes apuntan
a que serían dos luchadores.
Ya en el ábside encontramos una canecillo
hecho con cuatro cilindros sobre los que hay una flor de cinco pétalos, le
sigue otro de doble caveto y encima un botón floral, uno con tres rollos, una
cabeza de bestia con las dos patas delanteras juntas y dos rollos con otro
botón floral entre ellas.
En el tramo central del ábside vemos a
una figura humana que lleva un tonel en sus hombros, una mujer situada boca
abajo, con las piernas abiertas mostrando su sexo y que sostiene una olla
sobre sus piernas, una cabeza de monstruo, un canecillo erosionado, un cerdo,
dos cavetos con una especie de V, que no sabemos interpretar y un monstruo
devorando a un animal.
En el último tramo podemos ver dos
canecillos rotos, uno formado por tres cavetos en gradación, una cabeza de un
demonio con cuernos, una pequeña cabeza barbada sobre cavetos en gradación y tres
rollos.
Ya en el presbiterio vemos que dos
canecillos fueron eliminados al construir un contrafuerte. El primero que se ha
conservado representa una cabeza de animal. A continuación hay uno totalmente
destrozado, uno con un monstruo que engulle a un hombre desnudo, un animal que
muerde las manos a un hombre y dos figuras humanas, que han perdido la cabeza.
También encontramos canecillos esculpidos
bajo la cornisa del muro sur de la nave. Allí podemos ver a un oso que sujeta
con la boca y las patas delanteras un palo, un hombre sentado con un bastón en
forma de T, un ángel que nos bendice con la mano derecha y lleva una cruz con
la izquierda, una cabeza de animal con la boca abierta, una canecillo roto en
que parece que se representó en un animal sentado, un personaje que sostiene
un tonel sobre sus hombros y parece que nos muestra su miembro, otro canecillo
roto que podría representar un pez, una figura humana, probablemente una
mujer, con turbante o cofia y una cabeza de carnero.
Si continuamos con nuestro recorrido,
encontramos una cabeza que está a medio camino entre un rostro humano y uno de
animal, una cabeza de cabra, un animal en una posición extraña y con la cabeza
entre las patas, una águila que tiene una cabeza humana entre sus patas, un
ciervo, un hombre con cabeza de simio, que tiene una soga alrededor del cuello
y que está unida a un palo, que sostiene con las manos. También enseña
ostentosamente sus atributos masculinos. A continuación tenemos un canecillo
similar al tercero descrito en este párrafo, una cabeza humana con la boca
abierta y calvo y un oso sentado y que mira hacia el este.
El siguiente canecillo está decorado con
dos bolas. A continuación hay uno con dos volutas superpuestas, uno con una
cabeza de animal fantástico o de una serpiente, una cabeza de hombre con barba
y calvo en la parte central de la cabeza, un canecillo roto, que tenía
esculpida la cabeza de un animal, dos elementos que parecerían capullos de
seda entre los que hay una bola con caperuza y flanqueados por volutas, un
animal que ha perdido la cabeza, dos serpientes entrelazadas y una paloma.
También encontramos canecillos esculpidos
en la parte exterior del crucero, si bien sólo en sus caras este y norte.
Están situados bajo una cornisa ajedrezada, desaparecida en gran parte. El
primer canecillo del lado norte representa una cabeza de animal, muy
deteriorada. A continuación tenemos una especie de aspa, con dos bolas en la
parte inferior. El tercero está decorado con otra cabeza de bestia erosionada.
Seguimos el recorrido con un canecillo con un disco sobre un doble caveto, una
pequeña cabeza de animal al final de unos cavetos en gradación, un hombre barbado,
sentado y mostrando su miembro, la cabeza de un monstruo, un personaje que la
erosión no nos permite saber que hace, un monstruo que engulle a un hombre
desnudo, que intenta huir y un hombre sentado que toca un instrumento o lleva
una caja. Volvemos a encontrar otro hombre o un mono enseñando su miembro, una
cabeza de carnero, una cabeza humana calva, cavetos en gradación sobre los que
encontramos una cabeza, similar a la anterior pero más pequeña, tres toneles,
una cabeza de cabra , un canecillo mutilado que podría representar a un
contorsionista y un canecillo liso, probablemente añadido en alguna época
posterior.
El lado norte ha sido reformado con el
paso de los siglos y de hecho necesitó la construcción de un contrafuerte en
la parte central. En general, las canecillos que encontramos, presentan un
estado de conservación bastante deficiente. El primero vuelve a ser liso, al
que sigue uno con una cabeza humana. El tercero presenta cavetos en gradación,
encima de los cuales hay una bola. A continuación vemos un caveto con volutas
en los laterales y que encima parece tener una agrupación de dos rollos y una
bola. Realmente nos cuesta interpretar su significado.
En el muro sur de la nave y del
presbiterio, podemos ver empotrados entre los sillares dos elementos
escultóricos aprovechados. En uno de ellos se pueden ver los rastros de tres
personajes. El central está sentado con el brazo doblado y hacia arriba
(pantocrátor?). Le flanquean dos figuras más pequeñas de pie. Las tres tienen
nimbo. Desgraciadamente no podemos saber de quien se trata, pues están muy
deterioradas, pues al parecer los chicos del pueblo les tiraban piedras durante
la Cuaresma.
El otro, situado en la parte alta del
presbiterio, tiene esculpidos a un grifo y un pájaro entre las hojas y los
frutos de una vid.
En el muro sur vemos una puerta de
medio punto adovelada, actualmente cegada. Probablemente era el acceso al
templo para los habitantes de la zona.
En el interior del templo se ha
aprovechado este espacio para alojar la pila bautismal, totalmente lisa y sólo
con un bocel en la parte superior.
En el muro norte, también encontramos una puerta de medio punto cegada, en
este caso de menores dimensiones.
Adosada al muro sur encontramos la
torre campanario. Inicialmente fue concebida para alojar una escalera de
caracol, que llegaba hasta la parte superior del crucero. Se accedía a ella
desde el interior del templo, pero posteriormente se cegó este acceso y se
abrió uno desde el exterior.
También se sobrealzó la torre con el
piso de las campanas en el siglo XVI.
Se accede al templo por una puerta que
lo comunica con el claustro.
Es de factura sencilla, formada por dos
arquivoltas de medio punto, apoyadas en dos columnas con los capiteles
esculpidos con motivos vegetales de muy sencilla factura.
El claustro actual se construyó en los
siglos XVI y XVII. En él se conservan diversos elementos traídos de otras
parroquias de la zona, así como algunos sepulcros nobles.
Distribuidas a lo largo de las galerías
del claustro encontramos algunas tapas de sepulcro románicas. Una de ellas
pertenece al abad Pedro, muerto en 1183. Así consta en una inscripción situada
en la parte central. A ambos lados hay decoraciones a base de flores
circunscritas y hojas vegetales.
Hay otra tapa de sepulcro con una
inscripción, muy erosionada, que desgraciadamente no nos describe quien fue
enterrado.
Encontramos también otra cubierta de
sepulcro a dos aguas, que conserva la inscripción en una de sus caras, datada
en el año 1119.
La otra tapa de sepulcro que se conserva
en las galerías del claustro está decorada totalmente con hojas de cuatro
pétalos.
Pero la pieza más interesante es un
sepulcro completo bajo un arcosolio. Desgraciadamente, está bastante
deteriorado, pero aún podemos ver con claridad sus trazas góticas. El sepulcro
está apoyado en leones y un perro.
Su tapa está decorada con motivos
vegetales que rodean una gran espada.
La cara frontal tiene varias
representaciones humanas.
En la parte central encontramos el
Pantocrátor dentro la almendra mística, rodeada del Tetramorfos.
A ambos lados, encontramos a unos
personajes en cuatro arcos apuntados. En un extremo vemos a un ángel que con
su trompeta llama al Juicio Final. En el otro, San Miguel con la balanza se
dispone a pesar las almas. El resto de figuras están tan deterioradas que no
se permite su identificación. Encima de estas figuras hay un conjunto de
motivos heráldicos. Se desconoce la identidad de los restos que habían en su
interior. Sólo conocemos que fue enterrado en 1231.
Sobre este sepulcro vemos una curiosa
ventana en forma de Tau, probablemente procedente del templo anterior. No se
puede descartar que inicialmente fuera una cruz circunscrita.
En una capilla, que se abre en la galería
norte del claustro, vemos otro sepulcro interesante.
Su tapa está decorada con dos motivos
de entrelazados. Están enmarcados por un motivo de soga.
Los laterales están decorados con una
serie de arcos. Presenta la curiosidad que los de un lado son diferentes de
los del otro. Por un lado vemos arcos cruzados similares a los que
encontramos en el claustro de
San Juan de Duero
de tradición musulmana. Al otro lado vemos arcos de medio punto apoyados en
columnas.
A los pies del sepulcro vemos esculpida
una pequeña flor de cuatro pétalos.
El techo de esta capilla presenta una
decoración muy básica de época gótica. Como en la capilla que hemos visto en
los restos del antiguo templo, la decoración está hecha imitando sillares y
con una estrella en el centro.
También podemos ver un sillar esculpido
con dos personajes, tallados de manera muy tosca y que procede de la iglesia
de Villaescusa de Elines.
En una de las paredes de la capilla se
ha empotrado un antiguo canecillo en forma de cabeza humana, que tiene grandes
ojos y la boca abierta. Encontramos una cabeza de características similares
empotrada en una de las paredes del claustro. Se conserva otro canecillo, en
este caso mutilado. No sabemos si se trataba de otro personaje humano o de un
animal.
En las últimas excavaciones, se localizó
un capitel, que tiene esculpidos dos felinos enfrentados y algunas cabezas
humanas.
También se conservan tres pilas
bautismales románicas procedentes de otros templos abandonados de la zona y
que fueron recogidas para evitar su expolio. Las tres están datadas en el
siglo XII. La primera que encontramos fue traida desde la iglesia de la
Purísima Concepción de Quintanasolmo. Presenta una decoración en forma de soga
en la cara superior, así como en la parte más alta de la copa. El resto de la
superficie está ocupada por arcos de medio punto, que se apoyan en un anillo,
situado en la unión con la base.
Otra pila conservada es la de la
iglesia de Santa María de Villaescusa de Ebro. Está decorada con dos franjas
de triángulos o dientes de lobo flanqueadas y separadas por tres franjas
decoradas con un sogueado. En la parte inferior, aunque difícil de ver
por la posición, vemos un grupo de arcos de medio punto.
La última pila es muy similar a esta,
sin el friso de arcos ciegos de la parte inferior. En este caso fue traída
desde la iglesia de la Asunción de Santa María de Hito.
Desde aquí queremos agradecer al
padre Ezequiel la amabilidad que tuvo con nosotros, acompañándonos en nuestra
visita por este sector de Valderredible y permitiéndonos visitar, disfrutar y
fotografiar su patrimonio.
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