Reflexión lunfarda: El Día del Padre, y la figura del General Manuel Belgrano.

Compartir

Mi viejo

El sentido y entrañable Día del Padre, invita a la voz canyengue y arrabalera del lunfardo, a elevar su acento, de profundo cariño y emocionado homenaje, a la figura paterna: Lo recuerdo, tenaz y laburante, siempre guapo, yugando sin reposo, con un sueño pulenta y fervoroso, una lucha mistonga y flor de aguante. Lo recuerdo, de un modo bien constante, como padre y gomía – tiempo hermoso -, con su amor y su cuore generoso, que la supo cinchar, hacia delante… Lo recuerdo, con toda su nobleza, su honradez y su kilo de grandeza, sus valores, su parla y su consejo… Y grabado en el bocho, que no olvida, yo mantengo, a lo largo de la vida, el ejemplo debute, de mi viejo.

Al General Manuel Belgrano (3 de junio de 1770 – 20 de junio de 1820)

Hoy, más que nunca, debemos rescatar, recuperar y resaltar, los altos principios éticos, y los valores morales, humanos y espirituales, del general Manuel Belgrano; su profundo y auténtico amor patriótico; su límpida y ejemplar honradez y entereza; su clara austeridad, sencillez, humildad, amplia entrega y total renunciamiento; sus arduas luchas, en favor de la libertad de nuestra tierra, la emancipación americana, el sistema educativo, la enseñanza y la cultura; sus múltiples y enaltecedoras virtudes, que hubieron de jalonar y embellecer, toda su trayectoria pública. Hoy, más que nunca, debemos tener, muy vivo y presente, el modelo, arquetipo o paradigma, del general Manuel Belgrano, en medio del contexto, de una sociedad y de un país, donde suelen imperar y prevalecer, la soberbia, las ambiciones desmedidas, los espurios y sórdidos intereses, económicos y financieros, la deshonestidad, las viles mezquindades y el ruin egoísmo, la injusticia, la falsedad, las desigualdades, la nivelación educativa, hacia abajo, la corrupción, la impunidad, las frivolidades y la indiferencia ciudadana. La sociedad y el país, donde siempre pierden los que luchan y trabajan, y ganan o triunfan, los arribistas y oportunistas, los improvisados, los inescrupulosos, los que delinquen y violan las leyes y, los que carecen de genuinos valores y de verdaderos méritos. La sociedad y el país, del “más de lo mismo”, con ignorancia, miseria, marginación, desempleo, falta de oportunidades y futuro progreso y, por otra parte, exorbitantes incrementos de dietas, de los legisladores nacionales, representantes de la voluntad y las aspiraciones populares, donde, al final, “no cambia nada, nunca pasa nada, todo queda en la nada, siempre se habla mucho, de lo mismo, todos son iguales, todo da lo mismo y, todo termina, inexorablemente siendo, más de lo mismo”.

Y el lunfardo, le dice, al insigne prócer: General, general Manuel Belgrano, hoy, lo juno, en los yornos de la historia, carburando su nítida memoria, con la posta bandera, allí, en su mano… Hoy, lo juno, canchero y más cercano, con su facha, su entrega, su victoria, y la luz tan chipola, de su gloria, sin ninguna matufia, ni un afano… Hoy, lo juno – gran capo y fiel figura -, con su lunga y penosa mishiadura, su sentir, su humildad casi infinita… Y en los brolis, su pinta se agiganta, ante tanto malandra y tipo chanta, que piensan, solamente, en hacer guita. Pero usted, general – triste malaria -, sin fulera codicia y egoísmo, nos da ejemplo – moral extraordinaria -, de honradez y admirable patriotismo.

Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro académico correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.