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Sobre la abreviación léxica subida> suba y bajada> baja en español rioplatense
On the lexical abbreviation subida> suba and bajada> baja in Rioplatense Spanish
Revista Lengua y Literatura, vol. 8, núm. 1, pp. 1-16, 2022
Universidad de Managua

Revista Lengua y Literatura
Universidad de Managua, Nicaragua
ISSN-e: 2707-0107
Periodicidad: Semestral
vol. 8, núm. 1, 2022

Recepción: 01 Octubre 2021

Aprobación: 03 Enero 2022

Resumen: El trabajo se centra en la abreviación léxica y toma como ejemplo de análisis dos formas (suba y baja). La descripción da cuenta de dónde se emplean estas for- mas reducidas y con qué frecuencia aparecen en cada uno de los países. También estudia el tipo de sustanti- vos que aparecen en los ejemplos registrados y si las formas plurales (subas y bajas) son igualmente em- pleadas. Asimismo, se analiza el proceso de analogía y se ofrece una descripción de cómo se han podido for- mar estas nominalizaciones abreviadas, y desde cuán- do se registran en la historia de la lengua española. Por último, muestra que los dos casos estudiados se inscriben en el fenómeno general de la abreviación de sustantivos en español.

Palabras clave: español, gramática, abreviación, reducción, suba/baja.

Abstract: This work focuses on the lexical abbreviation and takes as an example of analysis two forms (suba and baja). The descrip- tion gives an account of where these reduced forms are used and how often they appear in each of the countries. It also studies the type of nouns that appear in the recorded exam- ples, and if the plural forms (subas and bajas) are equally used. Likewise, the analogy process is analyzed and a de- scription of how these abbreviated nominalizations have been formed is offered, and since when they have been rec- orded in the history of the Spanish language. Finally, it shows that the two cases studied are part of the general phenomenon of noun abbreviation in Spanish.

Keywords: Spanish, grammar, abbreviation, reduction, suba/baja.

INTRODUCCIÓN

En algunos países americanos, especialmente los del área rioplatense, los sustantivos subida y bajada (propios del español general) conviven con las formas reducidas o abreviadas suba y baja. Como nominalizacio- nes deverbales, el primer par (subida ~ suba) remite a la acción y efecto del verbo subir (Kany 1962: 215, RAE/ ASALE 2009: 342, Bosque y Mairal 2012) y el segundo (bajada ~ baja) a la del verbo bajar (Kany 1962: 214). Es- ta alternancia se aprecia en los siguientes ejemplos, recogidos en la prensa escrita en línea de Argentina:

Ejemplo 1

a. La sequía le pone presión a la inflación: la subida de precios en julio, de 8,99%, fue la más pronunciada en 12 meses (Google, Clarín.com, 31/08/2021, Argentina).

b. otra vez carnes y pan empujan la suba de precios de alimentos (Google, Cronista.com, 04/06/2021, Argentina).

c. muchos clientes ya aprovechan para ir concretando, de modo de aprovechar la bajada de precios generada por la pandemia y antes de que vuelvan a la normalidad (Google, Clarín.com, 09/09/2021, Argentina).

d. Tucumán lidera la baja de alquileres comerciales (Google, La Gaceta.com.ar, 05/06/2020, Argentina).

Como vemos, en todos los ejemplos de (1) las formas plenas (subida y bajada) y las reducidas (suba y baja) indican algún tipo de acción y se aplican a precios y costes. Según el Diccionario de la lengua española (RAE/ASALE 2020) el sustantivo suba (‘alza, subida de precios’) se emplea en Argenti- na, Uruguay y Paraguay. El Diccionario de americanismos (ASALE 2010, cf. Santamaría 1942), por su parte, extiende este uso también a Chile y, en menor medida, al ser poco empleado, a Perú y Ecuador.

Los diccionarios académicos, en cambio, no limitan geográficamente el sustantivo baja (‘disminución del precio, valor y estimación de algo’). Sin embargo, en español general y dialectal baja se emplea también en contraposición a alza (‘aumento del valor’, cf., por ejemplo, Diccionario del habla de los argentinos).

Por otro lado, como sostiene González (2020: 91-92), las metáforas que explican los usos de suba son distintas. En efecto, siguiendo a esta autora, en un ejemplo como la suba de las tarifas ve- mos que no figura el agente que sube la tarifa, pero se intuye que es una entidad capaz de hacerlo. En este caso subir es un predicado de ‘acción y proceso’, y la metáfora correspondiente sería ‘la ac-

ción es sustancia’. En la suba de temperatura en el planeta, en cambio, aunque tampoco hay un

agente directo que sube la temperatura, sí hay un causante. En este caso subir es un predicado de ‘proceso’, y la metáfora sería ‘el proceso es sustancia’. Este segundo tipo de sustantivos se denomina eventivos (RAE/ASALE 2009: 342).

Como señalaron Santiago Lacuesta y Bustos Gisbert (1999: 4517), y veremos más adelante en este trabajo, la alternancia entre sustantivos abreviados y aquellos que presentan el sufijo -da se docu- mentada particularmente en el español de América. Ejemplos de ello son alza ~ alzada, cala ~ cala- da, soba ~ sobada o toma ~ tomada, entre muchos otros, donde cada lexema constituye una varian- te del otro (cf. Costa Taranto y Muñoz Núñez 2002).

Los objetivos de este trabajo, de corte descriptivo y cuantitativo, son varios. En primer lugar, des- de el punto de vista geográfico, interesa conocer con mayor precisión, gracias a datos de corpus lin- güísticos, dónde se emplean estas formas reducidas y con qué frecuencia aparecen en cada uno de los países del área rioplatense. En segundo lugar, es relevante conocer qué tipo de sustantivos aparecen en los ejemplos registrados y si las formas plurales (subas ~ subidas y bajas ~ bajadas) son igualmente empleadas. Por último, también se puede ofrecer una descripción más detallada de cómo se han for- mado las nominalizaciones abreviadas (suba y baja) y saber, asimismo, desde cuándo se registran en la historia de la lengua española.

Con todo, tras esta breve introducción, se presentan nuevos datos de corpus, así como una pri- mera descripción del uso de las formas reducidas: frecuencias de aparición por países, presencia o no del artículo tras la preposición (suba de ~ suba del), tipos de nombres con los que se construyen y uso de las formas plurales. En el siguiente apartado se ofrecen otras consideraciones en relación al fenó- meno general de la abreviación de sustantivos en español, la formación de suba y baja, el proceso de analogía y su documentación histórica. Por último, las conclusiones cierran el trabajo.

Nuevos datos y descripción del uso de las formas

En lo que sigue se resumen los datos sobre el uso de suba ~ subida y baja ~ bajada en español rioplaten- se (Argentina, Uruguay y Paraguay), registrados en el Corpus del Español del Siglo XXI (CORPES, versión beta, 0.94). Para interpretar mejor los porcentajes obtenidos y las frecuencias normalizadas que alcanzan estas formas en las tablas 2 y 3, en la siguiente tabla 1 se muestra el número de palabras de cada país dentro del CORPES, el número de documentos que contiene y su población, según los datos del Banco mundial (bancomundial.org). Como vemos, el número de documentos está en relación con el peso demográfico, de ahí que el total de pala- bras esté balanceado.

Tabla 1
Número de palabras y de documentos en el CORPES y población, por país

Por otro lado, según los datos del corpus revisado, suba y baja aparecen especialmente en noticias, reportajes y opinión, en temas de política, economía y justicia. La primera (suba) se registra esporádi- camente en otros países como Venezuela, Ecuador, Perú y República Dominicana. La segunda (baja) aparece en todo el mundo hispanohablante, de ahí que los diccionarios académicos no la circunscri- ban a una sola área o región. A este respecto hay que recordar que baja es el opuesto de alta, y que se emplea asimismo en contraposición a alza, tal y como quedó indicado en la Introducción.

Las siguientes dos tablas recogen los casos obtenidos en las búsquedas directas, restringidas a las formas la/ una/ esta/ esa/ aquella/ alguna/ ninguna {suba ~ subida / baja ~ bajada} de/ en, tanto en singular como en plural, en el subcorpus de América: Río de la Plata. Hay que indicar que en estos resultados no se tienen en cuenta los casos en los que los sustantivos subida (‘lugar inclinado’) y baja- da (‘camino o senda’) no hacen referencia a precios y costes, como en la subida de los pasajeros, las subidas de los defensores rivales, la bajada de rafting o la bajada del pasaje Rojas, entre otras; así co- mo cuando el sustantivo baja se emplea como ‘cese, pérdida de un individuo’, como en la baja de los jugadores. Tal y como se ofrece en las estadísticas del CORPES, las frecuencias normalizadas (muy ba- jas en todos los casos), se han obtenido dividiendo el número de casos obtenidos por el número pala- bras de cada país en el corpus (tabla 1).

Tabla 2

Número de casos (porcentajes) y frecuencias normalizadas de suba y subida

suba subida

Países Casos Frec. norm. Casos Frec. norm. Argentina 413 (98.57 %) 0,11 6 (1.43 %) 0,001

Uruguay 134 (93.05 %) 0,03 10 (6.95 %) 0,001

Paraguay 48 (75.00 %) 0,05 16 (25.00 %) 0,01

Totales 595 (94.90 %) - 32 (5.10 %) -

El primer dato que llama la atención de las tablas precedentes es que, en el Río de la Plata, las formas reducidas suba y baja (886 casos en total) son más frecuentes que las formas plenas subida y bajada (41 casos en total): 595 casos (94.90 %), frente a 32 casos (5.10 %) en la tabla 2, y 291 casos (97 %), frente a 9 (3 %), en la tabla 3. En ambos pares de sustantivos los porcentajes obtenidos en cada país son similares. De los tres países considerados, en Paraguay se alcanzan porcentajes de aparición me- nos elevados, tanto de suba (75 %) como de baja (85 %).

Tabla 3
Número de casos (porcentajes) y frecuencias normalizadas de baja y bajada

El primer dato que llama la atención de las tablas precedentes es que, en el Río de la Plata, las for- mas reducidas suba y baja (886 casos en total) son más frecuentes que las formas plenas subida y baja- da (41 casos en total): 595 casos (94.90 %), frente a 32 casos (5.10 %) en la tabla 2, y 291 casos (97

%), frente a 9 (3 %), en la tabla 3. En ambos pares de sustantivos los porcentajes obtenidos en cada país son similares. De los tres países considerados, en Paraguay se alcanzan porcentajes de aparición menos elevados, tanto de suba (75 %) como de baja (85 %).

Al igual que las formas plenas, las formas reducidas suba y baja pueden ir seguidas de un sintag- ma preposicional precedido de artículo (2a-b, de los salarios y de los precios) o no (2c-d, de salarios y

de precios). La presencia del artículo, cuando el sustantivo aparece seguido de la preposición de, es más frecuente en el caso de suba (227 casos de 416, lo que supone un 54.57 %; frente a los 189 casos,

45.43 %, sin artículo), que en el de baja (101 casos de 210, 48.10 %; frente a los 109 casos, 51.90 %, sin artículo). Como es sabido, la presencia del artículo ayuda a interpretar el sintagma nominal como “entidad consabida” (RAE/ASALE 2009: 1121), y sirve asimismo para identificar un tipo de precio o coste (suba ~ baja + del + N). La ausencia de artículo, por su parte, favorece una lectura más idiomá- tica de la combinación (suba ~ baja + de + N).

Ejemplo 2.

a. El incremento del costo de vida es consecuencia de la suba de los salarios y no a la inversa (CORPES, Página/12, 2015, Argentina).

b. algunas ventas que ya han sido casi pactadas se están demorando un poco más de lo habitual, debido a la baja de los precios de los granos, especialmente la soja (CORPES, La Nación, 2004, Ar- gentina).

Eso llevará a que en términos porcentuales la carga del impuesto se mantenga prácticamente sin cambios en el grueso de los casos. Esto no había ocurrido en años anteriores cuando la suba de sa- larios estuvo bastante por encima de la inflación (CORPES, El Observador, 2019, Uruguay).

d. Se inicia en varias empresas productoras de bienes exportables que acusaron el impacto del me- nor comercio global por la crisis que se desató con el problema de la deuda pública griega y la baja de precios internacionales posterior (CORPES, El País, 2012, Uruguay).

Por lo que respecta a los nombres que aparecen con las formas abreviadas suba y baja, como que- dó indicado en la Introducción, y acabamos de ver en los ejemplos precedentes, la mayoría hace refe- rencia a precios y costes, es decir, al léxico de la economía y las finanzas: tasas (3a), tarifas (3b), cuotas, asignaciones, dólar, peso, guaraní, euro, moneda, tipo de cambio, intereses, precios (3c), salarios (3d), bonos, aranceles, impuestos, retenciones, recaudación, mínimo no imponible, riesgo país, rentas, cos- tos, gasto público, PIB, IPC; y los relacionados con montos: pasajes, boletos, ventas, petróleo, combusti- bles y alimentos. También se registran sintagmas preposicionales temporales, locativos y de cantidad, como del miércoles, de las primeras sesiones, de la carne, del maíz o de un 20 %, entre otros.

Ejemplo 3

a. Una consecuencia natural de la suba de las tasas es el encarecimiento del crédito en el mercado local, lo que repercutiría negativamente en el financiamiento de nuevos proyectos (CORPES, El País, 2005, Uruguay).

b. Los pedidos de medida cautelar contra la suba de tarifas reclamaban que se frene el ajuste hasta que se realice una audiencia pública (CORPES, Página/12, 2012, Argentina).

c. El BCP destaca en relación a los alimentos, la suba del precio verificada en los cortes cárnicos res- ponde a una fuerte demanda doméstica y externa, conforme manifestaciones de empresarios (CORPES. ABC Color, 2014, Paraguay).

d. La baja de los salarios reales en febrero estuvo asociada a que los asalariados del sector público tuvieron una pérdida de su poder de compra de 0,53% (CORPES, El País, 2006, Uruguay).

Aunque con menor frecuencia, también se registran en el CORPES otros tipos de nombres, relacio- nados siempre con algún tipo de escala o medición (que indicamos entre paréntesis), como la baja de la

testosterona (nanogramos por decilitro); la suba del nivel del mar (metros), la suba de la temperatura (grados) o la suba de a

presión arterial (milímetros de mercurio), la baja de testosterona (nanogramos por decilitro); la suba del nivel del mar (metros), la suba de la temperatura (grados) o la suba de alquileres (pesos), que vimos an- teriormente. Esta ampliación a otros nombres, fuera del ámbito financiero y económico, muestra la ex- tensión del fenómeno de la abreviación de suba y baja, especialmente en el caso de Argentina.

En relación a las formas de plural (subas y bajas), cabe indicar que son mucho menos frecuentes que las formas en singular. En efecto, en el CORPES se registran tan solo 38 casos en los 886 de ambas formas, lo que supone un 4.29 % del total. Este dato a favor del número singular (suba, baja), que no había sido indicado en los trabajos léxicos y gramaticales consultados, sigue el comportamiento espera- ble en la extensión de un fenómeno gramatical y léxico: singular > plural.

Ejemplo 4.

a. Se espera que el reciente acuerdo para evitar los recortes de gasto y las subas de impuestos juegue favorablemente en las expectativas de los agentes (CORPES, La Diaria, 2013, Uruguay).

b. El nuevo aumento es el resultado de un acuerdo al que hace dos semanas llegó la empresa con Importar imagen el ministro de Economía, Axel Kicillof, que buscó fraccionar las subas de los precios en varias Importar imagen etapas (CORPES, La Nación, 2014, Argentina).

c. Un menor ritmo de crecimiento y un superávit primario más alto -de 4% del PIB- podría hacer que el espacio de maniobra del nuevo gobierno pueda ser menor que en la actualidad y las autoridades podrían verse forzadas a revertir las bajas de impuestos (CORPES, El País, 2005, Uruguay).

d. La creación de la Mesa Nacional de Política Lechera intenta establecer políticas anticíclicas pa-

ra enfrentar las bajas de precios (CORPES, La Nación, 2003, Argentina).

Otras consideraciones en torno a las formas reducidas

En el apartado precedente hemos visto el uso de las formas suba y baja en relación a sus frecuen- cias de aparición en el corpus analizado, la presencia y ausencia del artículo en el sintagma preposicional encabezado por de, el tipo de sustantivos con los que aparecen y su empleo en plural. En lo que sigue nos centraremos en la contextualización del fenómeno de la abreviación nominal, la formación de estas

nominalizaciones reducidas, su proceso de analogía y ofreceremos algunos ejemplos históricos para conocer desde cuando se emplean.

Por lo que atañe a su contextualización, estos dos casos concretos que se han descrito (suba y baja) deben entenderse dentro de un fenómeno más general de abreviación léxica o acortamiento propia del español, ya que la lista de sustantivos reducidos o abreviados terminados en -a es mucho mayor, y no se restringen diatópicamente a la variedad rioplatense. Varios autores, entre ellos Kany (1962: 214-216) y Santiago Lacuesta y Bustos Gisbert (1999: 4518), han ofrecido y descrito otros ejemplos del fenómeno de abreviación sustantiva. Según Kany (1962: 214), en las variedades ameri- canas “hay una marcada tendencia a crear formas cortas y vivaces según la preferencia local o dicta- das por la necesidad”. A continuación, se ofrece una lista (no exhaustiva) en la que aparece indicado el verbo del que deriva cada voz, su significado básico y el país o los países donde se documenta. Al- gunas de estas voces aparecen recogidas en los diccionarios académicos, generales y particulares, pe- ro otras no. La localización geográfica ha sido contrastada en el Diccionario de americanismos (DA):

amansa (de amansar, ‘amansamiento’) en Chile.

aparta (de apartar, ‘apartada’) en México, Colombia y Chile.

aporca (de aporcar, ‘aporcadura’) en México, El Salvador, Honduras, Costa Rica y Chile (DA). brota (de brotar, ‘brotadura’) en Chile.

canta (de cantar, ‘cantada’) en Colombia y Venezuela (DA).

chuma (de chumarse, ‘borrachera’) en Colombia, Ecuador, Perú y Argentina (DA). confronta (de confrontar, ‘recuento de soldados para el rancho’) en Ecuador.

contesta (de contestar, ‘contestación’) en Cuba, República Dominicana, Panamá, Colombia, Venezue-

la, Chile y el español de Estados Unidos (DA).

conversa (de conversar, ‘conversación’) en Honduras, Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú,

Bolivia y Chile (DA).

coteja (de cotejar, ‘igualdad; coetáneo’) en Panamá, Ecuador y Bolivia (DA).

cruza (de cruzar, ‘cruzamiento, cruce de animales’) en Ecuador (DA).

encierra (de encerrar, ‘encerrada’) en Chile.

engorda (de engordar, ‘ceba’) en México, Ecuador y Chile (DA).

friega (de fregar, ‘fregada, molestia; reprimenda’) en República Dominicana, México, Panamá, Colom-

bia, Ecuador, Bolivia, Argentina y Chile (DA).

hierra (de herrar, ‘marcar con hierro el ganado’) en México, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colom-

bia, Venezuela, Bolivia, Paraguay y Argentina (DA).

juega (de jugar, ‘juego’) en Venezuela.

juma (de jumarse, ‘borrachera’) en Puerto Rico, República Dominicana, Cuba, Guatemala, Honduras,

El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Colombia (DA).

junta (de juntarse, ‘compañía’) en Venezuela.

mana (de manar, ‘manantial’) en Colombia (DA).

melisca (de meliscar, ‘recogida de la espiga’) en Argentina.

menta (de mentar, ‘reputación; cotilleo’) en Bolivia, Argentina y Uruguay (DA). monda (de mondar, ‘paliza’) en Cuba, México y Colombia.

ordeña (de ordeñar, ‘ordeñada, ordeño’) en México, Nicaragua y Bolivia (DA).

ostenta (de ostentar, ‘ostentación’) en Ecuador y Chile.

pesa (de pesar, ‘venta de carne, carnicería’) en Nicaragua, Honduras y Colombia (DA). pisa (de pisar, ‘paliza’) en Ecuador.

pisca (de piscar, ‘cosecha, recolección’) en México (DA).

pronuncia (de pronunciar, ‘pronunciación, habla’) Colombia y Ecuador (DA).

raspa (de raspar ‘reprimenda’) en México, Panamá, Colombia, Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay y

Chile (DA).

resaca (de resacar ‘recogida; selección’) en Puerto Rico (DA). riega (de regar, ‘siembra’) en Colombia.

seca (de secar, ‘secado, secamiento’) en Venezuela.

techa (de techar, ‘colaboración voluntaria y amistosa entre vecinos para edificar una vivienda’) en Ar-

gentina.

tusa (de tusar, ‘esquileo’) en Argentina (DA).

Como vemos en los ejemplos ofrecidos, la abreviación léxica (incluida la apócope) es un procedi- miento muy frecuente en la formación de sustantivos, a través de derivación inmediata, “para la que se habilita el formante correspondiente al género” (Iglesias Ovejero 1982: 104); en este caso concreto es el género femenino (-a), con aspecto dinámico. Como recuerdan Hualde, Olarrea y Escobar (2001: 198), el acortamiento de palabras a sus dos primeras sílabas es un proceso característico del habla in- formal, y coloquial (RAE/ASALE 2009: 35 y 167). En el caso de bajada > baja y subida > suba, como en tantos otros ejemplos, el acento se coloca en la primera sílaba de la forma abreviada, que ahora es bisílaba y con la estructura consonante + vocal (CV-CV).

La reducción de subida > suba parece que se ha producido por analogía con bajada > baja. En efecto, desde el punto de vista estructural, puede ser considerado un proceso de analogía morfológica proporcional (Rini, 1999, pp. 13-14), tal y como vemos en el esquema propuesto más abajo (tabla 4). Como es sabido, para que un cambio sea considerado analógico es indispensable que cuente con cuatro constituyentes: i) dos elementos que sirvan de forma base (la forma base 1 y la forma base 2);

ii) que las formas estén relacionadas entre sí morfológicamente; iii) que haya una forma derivada de la forma base 1 existente en la lengua; y iv) que haya una forma nueva creada por analogía con dicha forma derivada.

Sin embargo, también se podría pensar en una derivación de subir > suba, como indica el Dic- cionario del español del Uruguay (2011, p. 507)1. Los siguientes ejemplos, literarios y de la prensa escrita, muestran algunos casos de suba, como forma verbal de subir (5a y 5d), del sustantivo pleno subida como ‘acción y efecto de subir’ (5b) y de la abreviación léxica subida > suba (5c-d), que pue- den mostrar el camino de la reducción (o creación) de esta unidad léxica.

Tal y como hemos presentado anteriormente, en este trabajo defendemos que se trata de una reducción o abreviación léxica, ya que existen ejemplos históricos y actuales de las formas plenas subida y bajada en español rioplatense. Además, en los datos del corpus anali- zado (el CORPES) se comprueba la alternancia entre subida ~ suba y bajada ~ baja en los mismos contextos y con el mismo significado.

Tabla 4
Esquema del proceso de analogía de suba

Ejemplo 5.

a. Perdían la esperanza de mejorar de suerte. Mas como está de Dios que el hombre suba a la cum- bre de la montaña cuando menos lo espera, cayendo en el abismo de la desgracia cuando todo son- ríe a su alrededor, un día los llevaron a presencia del Dictador don Juan Manuel de Rosas (CORDE, Lucio V. Mansilla, Una excursión a los indios Ranqueles, 1870, Argentina).

b. Henderson fue casi corriendo a la otra borda y bajó a brincos a su lancha, en la que seis marineros comenzaron a reinar hasta ponerla paralela con la otra; ambas llegaron juntas al costado del Galeón y Henderson se dedicó a desempeñar en la subida los mismos deberes de urbanidad que había desempeñado en la bajada (CORDE, Vicente F. López, La novia del hereje, 1854, Argentina).

c. En su última Campaña naval, fue este buque la Capitana, y solo en la suba del Paraná lo dejó por su mucho calado transbordándose primero al bergantín Echagüe y más tarde a la nueve de Julio

(Alias Palmar), en la cual mandó la acción de Costa Brava (CORELIA, José M. Ramos Mejía, La neuro- sis de los hombres célebres en la historia argentina, 1882, Argentina).

d. Gloria Cáceres es funcionaria pública y afirma que no se justifica la suba del pasaje. Acotó que los ajustes se deben dar de manera proporcional al ingreso de la gente, es decir, que suba primero el sueldo mínimo y de ahí en más determinar la suba del boleto (CORPES, Última Hora, 2004, Para- guay).

Por último, hay que señalar que la documentación histórica de las formas abreviadas no es muy abundante. No obstante, se pueden registrar ejemplos antiguos de baja por bajada desde los siglos XVI (6a, la baja de la plata) y XVII (6b, la baja de la moneda), y de manera algo más recurrente desde el XVIII (6c, la baja de tres pesos), para generalizarse en el XX (6d, ejemplo literario).

Ejemplo 6

a. Si no bajan el oro, ya la corona no pasará por doce reales como hoy pasa, sino que subirá á cator- ce y á quince, conforme á la baja de la plata; demás de esto, todas las mercadurías luego subirán á la misma proporción que bajaren la plata sin remedio (Corpus del español, Juan de Mariana, Tratado y discurso sobre la moneda de vellón, 1580, España).

b. al Rey su religioso y prudente celo le libra de tus manos, y a los ministros y al valido se las ha ata- do la humildad y conciencia, que a ser otro, ya vuestra Señoría tuviera las suyas donde tirara uñas y no piedras. Pues si decimos de la baja de la moneda, aquí es donde no te das manos a tirar (Corpus del español, Francisco de Quevedo, El chitón de las Tarabillas, 1612, España).

c. no solo no quieren anticipar fondos en ninguna especie a los labradores, sino que aun con la baja de tres pesos en cada fanega de cacao le compran de mala gana (CORDIAM, N-110, AGI, 1785, Ve- nezuela).

d. Cuando me jubile, además, creo que podré contar con una entrada levemente mayor (casi cien Importar imagen pesos más) ya que los aguinaldos me han aumentado considerablemente el promedio de los últimos cinco años y además no tendré descuentos. Claro, deberé afrontar la baja de la moneda, que es la

más segura garantía de inflación (CORDE, Mario Benedetti, La tregua, 1960, Uruguay).

En cuanto a la forma suba aparece en documentos de origen gallego (7a), y desde el siglo XVII en documentos cabildares, después en textos científicos y literarios del XIX y XX (7b-d, y los ejemplos de 5). A este respecto hay que recordar que suba se registra en gallego (Álvarez Giménez 1890, Coromi- nas 1954; Dicionàrio Estraviz), asturiano (Fernández Vior 1998) y portugués (Dicionàrio Caldas Aulete). Sin embargo, para algunos autores como Corominas (1954), suba (‘subida, elevación del coste de un producto’) sería un neologismo “creado independientemente en las hablas de América y del Oeste pe- ninsular” (Corominas, 1954, p. 70).

Ejemplo 7

a. De las diez y seis rentas sincuras (incluso el horno que se reedificó) que sacamos a la mesa los días 24, 25 y 26 del corriente -que solo dos estaban fuera de arriendo y las restantes de puja abierta- se aseguraron nueve, con el aumento de 3805 reales para cada año de los tres de su arriendo en que hemos procurado alentar los postores, y de esta suba se pagaron de prometidos 1073 reales y 9 ma-

ravedíes, en que hemos tenido particular contento (CODEA-1901, AHN, 28/06/1778, Pontedeume,

La Coruña, España).

b. Sediscute si debe tolerarse el aumento del precio del vino bueno, enrazón de que el que hay en cantidad es 'vinagre', disponiéndose que la suba sea transitoria para permitir su disponibilidad, en consideración a la proximidad de Semana Santa y a los enfermos existentes (Google, Actas del Cabil- do de Santa Fe, 29/03/1662, Argentina).

c. Otro fenómeno muy curioso que el año pasado noté igualmente, es la suba de la temperatura en los dias 21 á 25 de Junio. El pueblo aquí suele llamar estos días «el veranito de San Juan» (Ngram, Avé Lallemant, “Observaciones meteorológicas”, Anales de la Sociedad Científica Argentina, 1877, Argentina).

d. ¡Y cuando algún telegrama del consignatario anunciaba la suba de tal o cual fruto!, cualquier mu- chacho, dependiente de mostrador, servía entonces para acopiador; y todo el personal de la casa se desparramaba, galopaba por el campo, a comprar lanas o cueros (CORELIA, Godofredo Daireaux, Recuerdos de un hacendado, 1916, Argentina).

CONCLUSIONES

La realización de este trabajo permite obtener una serie de conclusiones en torno al uso de las formas abreviadas suba y baja en español rioplatense que paso a resumir, a continuación.

En primer lugar, de los tres países considerados, Paraguay muestra porcentajes de aparición me- nos elevados. La presencia del artículo, cuando el sustantivo aparece seguido de la preposición de, es más frecuente en el caso de suba. Por lo que respecta al tipo de nombres que figuran con estas formas, la mayoría hace referencia a precios y costes (léxico de la economía y las finanzas). Sin embargo, tam- bién se registran sintagmas preposicionales temporales, locativos y de cantidad, así como otros tipos de nombres relacionados con algún tipo de escala o medición. Asimismo, las formas plurales (subas y ba- jas) son mucho menos frecuentes que las formas singulares.

En segundo lugar, los dos casos concretos que se han descrito (suba y baja) deben ser enmarcados dentro de un fenómeno mucho más general de abreviación léxica o acortamiento propias del español. Se ha propuesto que la reducción de subida> suba parece deberse a la analogía con bajada> baja.

Aunque la documentación histórica de las formas abreviadas no es muy abundante, los ejemplos

(registrados desde el siglo XVI) muestran que se trata de un uso antiguo.

Por último, hemos visto que las formas reducidas no cambian el significado de las formas plenas, pero sí pueden especializarse contextualmente, es decir, restringen su aparición al ámbito económico y financiero, o se relacionan con alguna escala o medición. Como sostienen algunos autores, esto se debe a que los procesos de abreviación hacen más eficaz la expresión (Kany 1962: 210).

REFERENCIAS

Academia Argentina de Letras (2008). Diccionario del habla de los argentinos. Buenos Aires: Emecé.

Academia Nacional de Letras de Uruguay (2011). Diccionario del español del Uruguay. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental.

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