Periódico ilustrado
de la restauración
8 de octubre 2004 - n°59 -
Acabamos de desforrar, pero no de forrar
Forrar es una aventura siempre renovada. ¡De las 170 tablas que hay que colocar, no hay dos iguales!
Tabla de alefriz
Recordemos que forrar es colocar las tablas del casco sobre las cuadernas.
El pintor inspirado que escribió hace 8 años en la pared
“NSD Candelaria” (Nuestra Señora de la Candelaria)
tuvo una premonición. Esta es la virgen a la que hay que encomendarse,
por la candela que introducimos en el astillero para estofar y curvar
las tablas...
Paradoxalmente, hemos bajado la estufa grande de los burros (se ve detrás,
puesta sobre el suelo) y sustituida por una más pequeña
y más ancha que pueda tragarse una extremidad de la enorme tabla
de abajo y adelante. En efecto, es la única parte que debemos plegar
de esta enorme tabla de puy que no se puede plegar sin vapor. 7 cm de
espesor, por lo tanto 7 horas de candela.
Todo el grupo se mueve para presentar (aplicar sobre la estructura de varengas y cuadernas) esta primera tabla del forro. Originalmente tenía este ancho (40cm) y ese largo (7m 60. La misma tabla, pero en la parte trasera ya está colocada. En la delantera, se le coloca bajo una prensa de madera y presentada con tres gatos, grandes sargentos, puntales con cuñas y una señorita. Esta coreografía fue ensayada antes, ya que todo tiene que estar terminado en 5 minutos, que es el tiempo en que la tabla se enfría.
La operación tuvo éxito. La tabla tomó la forma deseada, la de una piragua indígena. Tan sólo queda... retirar esa tabla a la mañana siguiente (pero la forma se mantiene). Pequeñas correcciones son necesarias para una colocación perfecta. El alefriz es recubierto con asfalto pastoso mezclado con estopa mechada, la tabla del forro pintada con asfalto líquido en la parte interna.
Acabamos de desforrar
La última tabla del viejo forro va a caer. Esta también
es gruesa (7cm) ya que forma parte de la cinta, en lo alto del casco.
Esta buena tabla sólo estaba podrida a causa de la oxidación
de los clavos. Resistió y se necesitaron 4 horas para sacarla.
Adiós forro antiguo, cumpliste muy bien tu función. Varias
tablas eran de origen, en particular las de abajo, no dañadas por
el estancamiento del agua que oxida los clavos y pudre la madera. Un barco
sin esta exposición y protegido de los gusanos podría durar...
¿eternamente?
Karrek Ven será pintado de blanco en el interior para que las infiltraciones
de agua se noten de inmediato. Y además, los clavos que utilizamos
son de bronce con silicona, y no se oxidan. 250 Kg de bronce será
utilizado (8 000 clavos)
No acabamos de forrar
Juan y Carlos, muy atentos, sostienen una tabla que está siendo colocada. Las tablas ordinarias son más fáciles de colocar. Son más estrechas (18 a 20 cm) y menos gruesas. La extremidad más incurvada es fijada, y luego se lleva lentamente el resto, con señoritas y sargentos. Tarea delicada, la madera tiende a romperse cuando la curva es importante. Como para la tabla de alefriz, esta será retirada para efectuar pequeñas correcciones que se imponen ( las tablas deben tocarse entre ellas para que la estopa no pase a través del casco). Luego se pinta, se vuelve a presentar y se clava.
Mientras los aprendices clavan la tabla, los maestros preparan la siguiente: medidas tomadas sobre el casco y anotadas sobre un listón que permite reportarlas sobre la tabla. Luego hay que darle el ángulo requerido a los cantos para que las tablas se unan bien en la parte interna, y tallar la curva de las cuadernas. Volveremos a hablar de esto. En el suelo, el aserrín verde-amarillo, puy, se mezcla con el morado del morao que utilizamos para la parte alta del casco.
Solo queda por hacer de estas tablas puestas unas sobre las otras un casco liso. Es un trabajo largo en el que la mano es mejor que el ojo. Acariciando el barco se notan muy bien los lomos.
La situación
Esta nueva etapa de la restauración va bien. Las nuevas tablas
del forro nos animan cada día. A veces se siente hasta cierta competencia
entre los equipos.
Pero claro, toda esta minucia en el corte, la colocación y las
finiciones están en contra de la rapidez. El grupo no se esperaba
a esto. Un carpintero había estimado que se podrían poner
tres tablas por día y por equipo. Y en realidad sólo pone
una o una y media por día. Es frustrante, pero no podemos sacrificarlo
todo por la velocidad. Los materiales son excelentes. El trabajo debe
serlo también. Intentamos fomentar una mejor organización
del trabajo, punto con el que podemos ganar un poco de velocidad. Quizás
podamos llegar a las dos tablas por día. Ganaríamos tiempo
con más máquinas (otra sierra circular, lijadora, taladro
y otro cepillo eléctrico). Los carpinteros a veces tienen que esperar
a que otro acabe de utilizar esas herramientas. Varias de estas están
viejas y se estropean a menudo. Las echamos en falta y repararlas siempre
toma tiempo. Desgraciadamente, la fragilidad de nuestro presupuesto no
nos permite estas inversiones.
720 €uros de donaciones esta semana, muchas gracias, la curva
verde sigue su despegue. Desgraciadamente, una fuerte factura de madera
vigorizó a la roja y aumentó las diferencias.
Si las obras siguen siendo más baratas en Venezuela que en Europa,
una inflación constante desde abril y mayo ha desequilibrado nuestras
finanzas. Eso es cuando la curva roja despega. La situación puede
controlarse, pero Karrek Ven necesita más ayuda de lo que pensábamos
para volver al mar!
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