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Carabela

De la Enciclopedia Libre Universal en Español
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Carabela en homenaje a Juan de la Cosa, en Santoña (Cantabria).

Una carabela es un barco de vela de los siglos XV y XVI, que solía ir equipado con dos o tres palos y que se empleaba principalmente para el comercio marítimo y más tarde para los descubrimientos; navegaba a diez kilómetros por hora. Los marinos que las utilizaban aseguraban que eran los mejores veleros que surcaban la mar. Por sus avanzadas características pudo afrontar con éxito los viajes a través del océano y fue utilizada por españoles y portugueses en los viajes de exploración durante el siglo XV, en la era de los descubrimientos, siendo las primeras naves europeas que navegaron por el Atlántico en la Edad Media. Fueron también muy apreciadas entre corsos y piratas por sus buenas dotes marineras.

Historia

Carabela «La Pinta».

En los comienzos de la navegación de grandes viajes de exploración durante el siglo XV, algunos países como Portugal habían utilizado distintos modelos de barcos como barineles (embarcaciones pequeñas y frágiles que poseían un solo mástil con velas cuadrangulares fijas), fustas (con remos y velas latinas) y urcas (de profunda calada, se diseñó pensando en una navegación fácil y una gran capacidad de carga). Pero fue la carabela la que finalmente desplazó a todas éstas.

El primer modelo de carabela se dio en Portugal en el siglo XIII; fue un barco pequeño con velas latinas, dedicado a la pesca.[1] Ya para el siglo XV, los portugueses habían perfeccionado este modelo de carabela pequeña[2] que utilizaban más allá de sus propias costas, a lo largo del continente africano. Los grandes armadores hicieron cambios en el casco y perfeccionaron su gobierno, guardando celosamente el secreto de su construcción, aunque es sabido que los marinos de la Baja Andalucía conocían muy bien la utilidad, construcción y comportamiento de estas carabelas.

Durante el siglo XV la carabela se utilizó ampliamente en las expediciones.

Al mismo tiempo que se guardaba el secreto de su construcción se hizo correr la voz de que sólo las carabelas eran capaces de hacer una expedición y regresar enteras y con éxito. Los portugueses llegaron al extremo de demostrar esta teoría con hechos. El 12 de diciembre de 1481, el navegante Diego de Azambuja salió de Lisboa con una flota compuesta por 90 carabelas y dos urcas de 400 toneladas que llevaban una carga de artillería, piedra y otros materiales para construir una serie de fortalezas en la ciudad que fundaría con el nombre Castillo de San Jorge de la Mina, primer establecimiento europeo en Guinea. Después de desembarcar la mercancía cerca de Cabo Verde, fueron destruidas las urcas y sólo regresaron las carabelas, demostrando así la teoría que ellos mismos habían lanzado.[3] En la segunda mitad del siglo XVI comienza el declive de la carabela que desaparece de la navegación en España en los primeros años del siglo XVII. En Portugal se alargó algo más su vida, aunque sólo aparecen de manera esporádica. La última noticia de una carabela data de junio de 1738 en que se cuenta en la Gazeta de Lisboa que

Una carabela se ha encontrado varada en la playa de Esmoriz cuando era perseguida por una embarcación argelina.

Descripción

Era una nave de vela de casco ligero, equipada con 2 o 3 palos, con un tonelaje que no sobrepasaba las 300 toneladas. Las primeras carabelas tenían una sola cubierta y la popa llena de velas latinas, lo que proporcionaba una gran velocidad a aptitud favorable para ganar barlovento. La carabela portuguesa de la época de los descubrimientos tenía entre 20 y 25 m de eslora, 2 palos y a veces 3, con velas latinas. El palo mayor se situaba en el centro del casco y no tenía ni bauprés ni trinquete. Aquellas carabelas del principio no tenían el castillo a proa pues habría estorbado mucho la maniobra del car. La experiencia les hizo ver que siendo todas las velas latinas corrían grandes peligros en los viajes de alta mar con vientos largos, así que cambiaron estas velas latinas del trinquete por velas redondas o cuadras, llamándose entonces el barco carabela redonda.[4]

La arboladura de estas carabelas evolucionadas se componía de 4 palos con velas cuadras en el trinquete más velas latinas en los otros 3.

Algunas carabelas famosas

  • Nuestra Señora de Atocha y Nuestra Señora del Buen Suceso, de ochenta toneladas y 40 tripulantes cada una. Tomaron parte en el siglo XVII en una expedición española a la región austral. La primara iba como capitana bajo el mando del experto marino Bartolomé García de Nodal y la otra como almiranta con el capitán Gonzalo de Nodal. Fondearon cerca del cabo Vírgenes y días más tarde empezaron a navegar dando nombres a nuevos descubrimientos: Cabo Espíritu Santo, bahía de San Sebastián, cabo de Santa Inés, cabo de San Vicente, Peña y San Diego.
  • Niña, nave carabela de eslora total de 21,44 m. Aparejo de 2 o 3 palos con velas latinas a la salida de Palos. Fue transformada en carabela redonda a su llegada a Canarias.
  • Pinta, con aparejo redondo en el trinquete y mayor, y latino en el mesana, antes de salir de Palos

Carabela fragata

Es un barco de pesca que se utilizaba en las costas de Normandía. Lleva también ese nombre en África un barco de guerra turco que generalmente estaba muy mal construido.


Referencias

Artículos relacionados

Bibliografía

  • Martínez Hidalgo, J.M. La mar, los buques y el arte. Editorial Sílex, 1997. ISBN 84-7737-065-6
  • Cazzaroli, Gianni Enciclopedia del mar y de la navegación. Editorial Noguer, Barcelona 1975. ISBN 84-279-4516-7

Notas

  1. Estas carabelas están documentadas en el Foral de Vila Nova de Gaia (1255) y en el Foral que el rey Denis otorgó a los pescadores de Paredes (Foz do Liz).
  2. Se perfeccionó en la Escuela de Navegación de Sagres, fundada por Enrique el Navegante.
  3. En la expedición iban hombres destacados como Bartolomeu Dias y Joâo Afonso da Aveiro.
  4. La carabela redonda ya existía en la flota española. La Pinta era latina hasta que fue transformada en redonda por orden de Colón, antes de salir de Palos y otro tanto se hizo con la Niña en Canarias. La carabela redonda era también conocida con el nombre de carabela de armada y en algunos documentos se llama carabela al modo de Andalucía.