Mostrar a los estudiantes que Dios es real y desea relacionarse con sus criaturas.

He entrevistado a varios alumnos y ex alumnos. Les pregunté si creían en Dios y por qué.

En su mayoría respondieron afirmativamente. Sin embargo, algunos niños creían que descendemos de los monos. Ellos han crecido creyendo en la Teoría de la Evolución.

Una de las respuestas que verdaderamente me llamó la atención fue la siguiente:

-Sí, creo en Dios. Creo que existe un universo paralelo en el que tenemos un doble que hace todo lo contrario de lo que hacemos nosotros. En ese universo paralelo está Dios con nuestros dobles buenos.

Pienso que esa respuesta puede decirnos bastante con respecto a la mentalidad de algunos niños y adolescentes. Sin culpar ni disculpar a nadie, notamos que nuestra sociedad funciona como en piloto automático. Hay poca conversación cara a cara en la familia o la escuela; los niños ya no juegan en el patio o en el parque; dedican su tiempo a estar conectados por medio de la tecnología.

Ha aumentado el uso de las redes sociales y los servicios de mensajería como Whatsapp, Snapchat y Messenger. Algunos ni siquiera llevan un ejemplar de la Biblia o el Himnario a iglesia. Prefieren utilizar las aplicaciones de su teléfono. Y los niños, adolescentes y jóvenes imitan en esto el comportamiento de los adultos. ¿O será al revés?

Quizá parezca que una cosa no tiene nada que ver con la otra. Es decir, podría ser que Dios no tenga nada que ver con la tecnología. Pero el descuido de las relaciones personales por causa de la comunicación mediante nuevas tecnologías es una realidad cotidiana. Algunos adolescentes están pendientes de qué contenidos publicaron sus contactos en las redes sociales, pero cuando ven a esas personas de carne y hueso no se atreven a saludarlas.

¿Será que hacemos lo mismo con Dios? Publicamos versículos, frases religiosas o difundimos cadenas de milagros; pero dejamos de hablar con él por medio de la oración sincera y constante.

No olvidemos que los adultos somos el ejemplo para los niños. Si ellos no ven que Dios es real en nuestra vida, tampoco lo será en la de ellos.

Pequeñas sugerencias para los padres y maestros

  • Vivir más en contacto con la naturaleza.

  • Hacer caminatas con los hijos o alumnos.

  • Al enseñar sobre ciencias, en lo posible mostrar con ejemplos tangibles, no solo usar láminas o imágenes.

  • Experimentar más, saliendo al patio de la casa o la escuela, “ensuciarse un poco”, al aire libre, al sol.

Me quedé pensando en la creencia de ese adolescente… ¿Qué tan cierto es lo del “universo paralelo”? La Biblia es clara. Hay una dimensión, un mundo invisible, repleto de seres celestiales. El enemigo está enfocado en desvirtuar la imagen de Dios en nuestra vida, especialmente se ocupa de desviar a los más pequeños y vulnerables. Mostremos que creemos en un Creador real, y no en un Creador virtual.

“Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.” Efesios 6:12, versión NVI online.