El verbo consta de dos partes: la raíz y las desinencias. La raíz es la parte que nos informa de la acción que ocurre y se mantiene invariable. Las desinencias indican la información más importante, es decir, quién está realizando la acción y en qué tiempo. Por tanto, es la parte del verbo que sí cambia e indican número (singular o plural),  persona (1ª, 2ª o 3ª), tiempo (pasado, presente o futuro) y modo (indicativo, imperativo o subjuntivo).

OBSERVA este mapa mental para entender lo que vamos a trabajar.

Para poder poner el verbo en todas sus formas, tienes que trabajar con la raíz (parte que no cambia) y añadir diferentes desinencias (partes que cambian). Así, sabrás si la acción la realiza una persona o más; si sucede hoy, ayer o mañana y en qué modo se habla.

Por ejemplo, el verbo saltar está compuesto por la raíz salt-y la desinencia -ar. Si modificamos la desinencia, podemos obtener el verbo en otras formas: salt-o, salt-amos, salt-an.

El verbo comer está compuesto por la raíz com-y la desinencia -er. Si modificamos la desinencia, podemos obtener el verbo en otras formas: com-o, com-emos, com-en.

El verbo escribir está compuesto por la raíz escrib- y la desinencia -ir. Si modificamos la desinencia, podemos obtener el verbo en otras formas: escrib-o, escrib-imos, escrib-en.

Aquí tienes unos ejemplos de tres verbos diferentes del modo indicativo según su conjugación.

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