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MUESTRA
Federico Méndez
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muestra artista "METAFISICOS" Metafísicos

Exposición de Federico Méndez
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“El fuerte abocetamiento pone de manifiesto y establece como principal protagonista de la obra al mismo hecho pictórico - la pintura-, desnuda de todo artificio e ilusión. (…)Alguna obras toman a veces un carácter acaso paisajístico, mientras que en otras la mirada es devorada por centros invisibles a los que agrega dramatismo el contraste generado por la línea negra y gruesa sobre tonos altos. Aunque el tema elegido para las obras es precisamente no tener tema, éste sin embargo existe ya que hay en las obras una inequívoca referencia a la tradición de la pintura.”

Alejandro Diaz

- “El arte debe ser algo acorde con el curso de la existencia. No puede haber para nosotros, nada definitivo. Conviene ignorar lo que haremos mañana”. Joaquín Torres García.

"Cuando Torres García retornó al Uruguay en 1934, luego de 43 años de ausencia, lo hizo con el firme propósito de fundar un gran movimiento de Arte Constructivo. El artista distinguía fuertemente a la Pintura -una disciplina que había nacido en el Renacimiento y se estaba agotando luego del furor de las vanguardias- del Arte Constructivo Universal. Este arte basado en la idea de estructura, y de carácter geométrico y monumental que habían practicado las grandes culturas del pasado, no era para Torres García una expresión de la subjetividad del artista sino de un orden cósmico. Ese dualismo entre Arte Universal y Pintura era otra expresión de la batalla que en Torres libraban los impulsos por él llamados clásico y romántico -la norma objetiva y el impulso personal- continua lucha que tanto atormentó al pintor y que tan prolífica fue para su obra. Se puede decir que la pintura que Torres García hizo a lo largo de su vida se alimenta en gran medida de la tensión generada por ese par de opuestos, y que cada aspecto de su obra constituye una solución –que el mismo artista sabía provisional- al conflicto. Pero lo que ahora viene al caso, es que Torres García no trajo al Uruguay una solución definitiva a la problemática planteada por el arte en el siglo XX, sino que trajo un problema claramente formulado y algunas herramientas para encararlo. Y esa eterna tensión entre lo sensible y la norma, entre lo que debe aprenderse del oficio y lo que debe olvidarse para crear libremente, entre lo subjetivo y lo universal, es lo que sigue y seguirá generando obras de arte y artistas.

A sus quince años Federico Méndez alternaba la lectura de los autores románticos y la realización de autorretratos, con una pasión por el mundo de los egipcios que le habría de llevar a la antropología y la arqueología. Algunos años más tarde, gracias a Julio Alpuy habría de conocer el Museo de Arte Precolombino de Francisco Matto, en cuyos fondos tenía su taller Gustavo Serra. El Museo Matto, como se le llamaba coloquialmente, era un espacio mágico en que confluían ambos mundos –antiguo y moderno- y ambos tiempos; lo actual y lo eterno. Y las obras constructivas de Matto se hermanaban desde la planta baja con las piezas de la vasta colección de arte indoamericano del piso superior, uniéndose a ellas con hilos invisibles. El ambiente del Museo Matto era netamente de “Taller Torres García”, esa construcción colectiva que vive en una grieta espaciotemporal en la trama del mundo posmoderno, en la cual se hacen uno las artes de las grandes culturas de todas las épocas y ese singularísimo trozo de arte moderno encarnado por Torres García y sus discípulos.

Hoy, integrado a esa tradición de arte de todos los tiempos, ése es el ambiente que se respira en el taller del joven artista, donde se mezclan los cuadros con el óleo todavía fresco, con los cacharros de barro, libros de poetas latinos y música clásica. Cuando Federico habla sobre arte, su habitual parsimonia se troca en nervio, y habla con el apasionamiento de quién ve - casi puede tocar lo que está diciendo. ¿De qué se ocupa cuando está haciendo un cuadro?. De crear una armonía. De esas formas que se llaman entre ellas, de esa pincelada que construye y que se hermana con las formas, de estar presente en el instante.
Porque es ahí donde se vincula ese tono con la emoción de la que nace, y con tal otro tono del cuadro. En algún momento se fastidia por tener que emplear siempre los mismos términos para referirse a ciertas cosas (universal, eterno), esas palabras algo gastadas por la repetición mecánica, y que han perdido su poder de evocar para ser simplemente “las palabras que usaba Torres”.

Observando en retrospectiva la pintura de Federico se hace evidente el carácter cada vez más personal que toma con los años luego de la –naturalmente- gran cercanía inicial con la obra de Batalla y sobre todo de Serra. Al igual que en la pintura de sus amigos, el fuerte abocetamiento pone de manifiesto y establece como principal protagonista de la obra al mismo hecho pictórico - la pintura-, desnuda de todo artificio e ilusión. Pero a medida que la personalidad se va afirmando, una nueva complejidad se manifiesta. Aparece una forma de estructurar inequívocamente propia, y las obras toman a veces un carácter acaso paisajístico, mientras que en otras la mirada es devorada por centros invisibles a los que agrega dramatismo el contraste que genera la línea negra y gruesa sobre tonos altos. Aunque el tema elegido para las obras es precisamente no tener tema, éste sin embargo existe ya que hay en las obras una inequívoca referencia a la tradición de la pintura. Algunas remiten a la naturaleza muerta, incluso a algunas obras de Torres García del año 24 en que ensayó una particular versión del cubismo. Pero la mayoría son algo así como mundos metafísicos, emparentados con la obra de Augusto Torres, Elsa Andrada y Giorgio di Chirico, unos espacios ideales, tal vez fragmentos de esa “Ciudad sin nombre” en la que según Torres García viven los trabajadores de las cosas del Espíritu.

La escultura en madera, piedra, cemento o ladrillo fue su vocación más temprana, actividad que Federico mantuvo ininterrumpida desde que el arte empezó a inquietarle. Las piezas de la exposición han sido talladas en algarrobo, olivo, fresno o lapacho, y la nobleza del material unida a la paciente labor artesanal les confiere un carácter de cosa monumental, definitiva. Hay algunas piezas, casi bajorrelieves en las que al igual que en muchas maderas de la tradición del TTG, y del propio Torres García, la forma es fundamentalmente plana.
En otras, de carácter netamente escultórico, la tridimensionalidad de las piezas se manifiesta claramente. Los grandes bloques prismáticos no solamente imponen su volumen sino que proyectan sus aristas construyendo una estructura fuertemente espacial en la que se inserta una forma tridimensional, generalmente una forma de cabeza.

El conjunto de la obra es coherente, fuerte y personal, a la vez está ligado con esa tradición moderna que, si creemos en ella, es parte de la ancestral actividad humana de dar forma a la materia para apresar en ella algo del espíritu."

Alejandro Diaz

Federico Méndez CV

Montevideo 1978

1996-97 Crea junto a Marcelo Larrosa y Luis Balbuena el Taller La Piedra.

1998. Conoce y frecuenta a Julio Uruguay Alpuy en sus estadías en Montevideo . A través de él conoce el Museo de Arte Precolombino de Francisco Matto, en cuyos fondos tenía su taller Gustavo Serra.

1999. Expone en la Nueva Congregación Israelita, Montevideo, Uruguay.

2001. Expone en Galería Dinners, Bogotá, Colombia. Expone en Galería Odaly´s, Caracas, Venezuela. Ese mismo año recorre América estudiando yacimientos arqueológicos y museos.

2003. Junto a Gustavo Serra y Luis Balbuena intervino en la creación y desarrollo del Taller de dibujo y pintura del Museo Torres García.

2006.Exposición “Estudios Colectivos”, Museo Torres García, Montevideo, Uruguay.

2007. Exposición homenaje a Gonzalo Fonseca, “Sobre los muros”. Museo de Historia del Arte, Montevideo, Uruguay.

2009. Exposición “Variaciones Colectivas”, Casa de la Cultura, Montevideo, Uruguay. 2010. Viaja a Colombia y realiza diversas experiencias artísticas de carácter colectivo.

Fuente: MTG


Artista(s) / Muestra Lugar... Horarios
Federico Méndez Museo Torres García
Peatonal Sarandí 683
tel. 9162663
Lunes a viernes de 9.30h a 19.30h. Sábados 10 a 18 hs.

Del: 11/11/2011
Hasta: 11/04/2012

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