En esta puerta Ignacio Vergara desarrolla, en alabastro, una temática de raíz regional. Los ríos Turia y Júcar están personificados como portentosos atlantes, que ofrecen, por medio de sus cántaros de la abundancia, todo tipo de bienes a la tierra valenciana. La fachada, de concentración suma, ofrece una especie de horror vacui decorativo que lleva a agolpar, sin espacio físico, elementos humanos, animales, vegetales y textiles en un maremagnum que sugiere la integración de todos los productos de la Naturaleza.